B1.TEMA 4. EL REINO VISIGODO
Los pueblos vecinos del Imperio romano aprovecharon la debilidad económica
y militar que Roma sufrió desde el siglo III para penetrar insistentemente en sus
territorios. Estos pueblos, en su mayoría procedentes de más allá de las
fronteras romanas, del Rin y del Danubio, pero también de Asia, fueron
denominados bárbaros. A pesar de la fortificación de las ciudades (Muralla de
Lugo, siglo III), la decadencia y la corrupción romanas obligaron a los
emperadores a dividir el Imperio y a pactar con estos pueblos y vincularlos
como aliados (foederati o federados).
En el siglo V (409) las invasiones de nuevos pueblos bárbaros en la Península,
suevos, vándalos y alanos, hacen que el emperador fíe la defensa a otro
pueblo, los visigodos. Luego se retiran a Francia donde fundan el Reino de
Tolosa (418). Pero entre el 460 y final del siglo se establecen definitivamente
en la Península. Mientras, los suevos terminaron por establecerse en Gallaecia
donde crearon un reino y acabaron por fusionarse con los romanos del territorio.
Durante gran parte del siglo V, a excepción del reino suevo y del territorio de
los vascones, el resto de la Península era tierra de nadie. También los
bizantinos buscaron asentarse en tierras hispanas, por la falta de control
visigodo, en el siglo VI.
La monarquía visigoda: organización política
En el 507, ya desaparecido el Imperio romano, los visigodos, tras ser
derrotados por los francos, abandonaron Francia y se asentaron
definitivamente en la Península, donde formaron un reino independiente con
capital en Toledo.
Los visigodos, a pesar de contar con el poder político, eran una minoría social
(se calcula que unos 100.000 contra 4-5 millones de población
hispanorronana).Con el tiempo se fueron asimilando visigodos con la población
hispanorromana.
La monarquía visigoda era electiva, es decir, los nobles visigodos elegían entre
ellos al nuevo rey. Eso ocasionó una enorme inestabilidad política por las
luchas por el poder. A partir de Leovigildo (572-586) se inició un proceso de
unificación peninsular: se expulsó a los bizantinos y se conquistó el reino suevo.
(585). El rey quiso lograr también la unidad religiosa, ya que los visigodos eran
arrianos y los hispanorromanos eran católicos (El arrianismo desde el 325 se
consideró una herejía).Fue el hijo de Leovigildo, Recaredo el que
convirtiéndose al catolicismo logró la unidad religiosa.
La unión definitiva entre visigodos e hispanorromanos se produjo mediante la
igualdad legal, establecida en el 654 mediante el Liber Iudiciorum (Fuero Juzgo)
en el reinado de Recesvinto.
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Los pueblos vecinos del Imperio romano aprovecharon la debilidad económica
y militar que Roma sufrió desde el siglo III para penetrar insistentemente en sus
territorios. Estos pueblos, en su mayoría procedentes de más allá de las
fronteras romanas, del Rin y del Danubio, pero también de Asia, fueron
denominados bárbaros. A pesar de la fortificación de las ciudades (Muralla de
Lugo, siglo III), la decadencia y la corrupción romanas obligaron a los
emperadores a dividir el Imperio y a pactar con estos pueblos y vincularlos
como aliados (foederati o federados).
En el siglo V (409) las invasiones de nuevos pueblos bárbaros en la Península,
suevos, vándalos y alanos, hacen que el emperador fíe la defensa a otro
pueblo, los visigodos. Luego se retiran a Francia donde fundan el Reino de
Tolosa (418). Pero entre el 460 y final del siglo se establecen definitivamente
en la Península. Mientras, los suevos terminaron por establecerse en Gallaecia
donde crearon un reino y acabaron por fusionarse con los romanos del territorio.
Durante gran parte del siglo V, a excepción del reino suevo y del territorio de
los vascones, el resto de la Península era tierra de nadie. También los
bizantinos buscaron asentarse en tierras hispanas, por la falta de control
visigodo, en el siglo VI.
La monarquía visigoda: organización política
En el 507, ya desaparecido el Imperio romano, los visigodos, tras ser
derrotados por los francos, abandonaron Francia y se asentaron
definitivamente en la Península, donde formaron un reino independiente con
capital en Toledo.
Los visigodos, a pesar de contar con el poder político, eran una minoría social
(se calcula que unos 100.000 contra 4-5 millones de población
hispanorronana).Con el tiempo se fueron asimilando visigodos con la población
hispanorromana.
La monarquía visigoda era electiva, es decir, los nobles visigodos elegían entre
ellos al nuevo rey. Eso ocasionó una enorme inestabilidad política por las
luchas por el poder. A partir de Leovigildo (572-586) se inició un proceso de
unificación peninsular: se expulsó a los bizantinos y se conquistó el reino suevo.
(585). El rey quiso lograr también la unidad religiosa, ya que los visigodos eran
arrianos y los hispanorromanos eran católicos (El arrianismo desde el 325 se
consideró una herejía).Fue el hijo de Leovigildo, Recaredo el que
convirtiéndose al catolicismo logró la unidad religiosa.
La unión definitiva entre visigodos e hispanorromanos se produjo mediante la
igualdad legal, establecida en el 654 mediante el Liber Iudiciorum (Fuero Juzgo)
en el reinado de Recesvinto.
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