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Sumario Resumen 'De la Ciencia al Sentido Común' de Moscovici y Hewstone
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Resumen, explicación y conclusión, e ideas principales del texto 'De la Ciencia al Sentido Común' de Moscovici y Hewstone.
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DE LA CIENCIA AL SENTIDO COMÚNSerge Moscovici - Miles Hewstone (1988)
Resumen:
A. EL JUEGO DE LA CIENCIA Y EL JUEGO DEL SENTIDO COMÚN
a. El problema que se nos plantea es el de entender cómo los individuos piensan y comprenden su mundo cotidiano, y cómo
utilizamos la información que recibimos, ya sea de la ciencia o de la experiencia común. Aunque la ciencia y sus descubrimien tos
son parte integral de nuestra vida intelectual y social, nosotros, incluso aquellos con formación técnica, no siempre aplicamos un
pensamiento lógico y racional en nuestras decisiones y acciones diarias.
Esta paradoja nos lleva a cuestionarnos por qué ocurre esta discrepancia entre el ideal de pensamiento científico y la realid ad del
pensamiento en el mundo social. La teoría de las representaciones sociales ofrece una vía para entender cómo la ciencia se
transforma en parte del sentido común de las personas. Sin embargo, queda por determinar si esta integración es efectiva o si, de
alguna manera, diluye o distorsiona el conocimiento científico original.
El estudio de cómo interpretamos y aplicamos las ideas científicas en nuestras vidas diarias nos permite comprender mejor los
procesos mentales y sociales involucrados. Esto es crucial no solo para nosotros, los psicosociólogos y filósofos, sino tambi én para
cualquier persona interesada en cómo la información y el conocimiento científico impactan en nuestra comprensión del mundo y
en nuestras interacciones sociales.
b. El tema de la ciencia y el sentido común, o la epistemología científica versus la epistemología popular, es una dicotomía antigua
y fundamental. Nos encontramos ante dos mundos de pensamiento distintos: uno caracterizado por el rigor y la seguridad de l a
ciencia, donde las reglas son estrictas y las respuestas buscan la verdad universal; y otro más informal y accesible, donde el
conocimiento se adquiere de manera intuitiva y se utiliza según las necesidades del momento.
Esta dualidad refleja no solo una diferencia en métodos de conocimiento, sino también una división social y cultural. La cien cia y
la técnica, junto con otras disciplinas especializadas, han ganado autonomía y prestigio, mientras que el conocimiento tradicional
y popular ha sido relegado y a menudo simplificado para el consumo masivo. Esta situación ha llevado a una sociedad dividida
entre expertos y aficionados, donde la brecha entre el conocimiento formalizado y el conocimiento cotidiano es evidente.
Para los psicosociólogos, entender esta dinámica es crucial, ya que revela cómo las personas gestionan y aplican diferentes f ormas
de conocimiento en su vida diaria. Esta reflexión no solo es académica, sino también práctica, dado que la comprensión de cómo
se entrelazan y se diferencian la ciencia y el sentido común puede ayudar a abordar cuestiones sociales complejas y promover un
diálogo más inclusivo y efectivo en la sociedad contemporánea.
B. EL SENTIDO COMÚN: CONOCIMIENTO DE PRIMERA MANO Y CONOCIMIENTO DE SEGUNDA MANO
a. Una vez establecidas estas premisas, podemos adentrarnos en el núcleo del tema. Las herramientas más fundamentales de
nuestras almas son los lazos mentales de la epistemología popular, es decir, el sentido común, un conjunto de conocimientos
reconocidos por todos. Aunque algunos puedan considerar obvio hablar sobre el sentido común, es importante recordar su
relevancia, especialmente en un mundo inundado de información. La epistemología popular se centra en estudiar este tipo de
conocimiento, pero primero debemos describir qué es y quién lo posee, dependiendo del enfoque que adoptemos. Desde la teoría
de las representaciones sociales, podemos entender el sentido común como un conjunto de imágenes mentales y conexiones que
todos utilizamos para resolver problemas cotidianos o prever resultados. Este conocimiento se basa en tradiciones compartidas y
experiencias validadas por la práctica, almacenadas en el lenguaje y la mente de la sociedad.
El sentido común se caracteriza por su aparente ingenuidad, asociada con la percepción directa de la realidad sin influencias
externas. A menudo se considera que los individuos ven las cosas tal como son, lo que refuerza su legitimidad y autoridad. Si n
embargo, la ciencia, lejos de simplemente validar el sentido común, lo transforma y lo desafía. La ciencia sistematiza y clarifi ca el
conocimiento popular, refinando y categorizando las observaciones ordinarias para formular hipótesis válidas y generalizacion es.
De esta manera, la ciencia puede considerarse como una elaboración del sentido común, pero también como su ruptura y
reconstrucción en nuevos términos.
La sociedad contemporánea se encuentra inundada de conocimientos científicos, difundidos a través de diversos medios de
comunicación y tecnologías. Esta exposición masiva a la ciencia ha generado un nuevo tipo de sentido común, influenciado y
enriquecido por los descubrimientos y teorías científicas. Este conocimiento de segunda mano se extiende y establece
constantemente un nuevo consenso en torno a cada avance científico. Es importante reconocer que este nuevo sentido común
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, coexiste con el antiguo, transmitido principalmente de forma oral, pero también se difunde a través de medios impresos y visu ales,
adaptándose a las necesidades y demandas de una sociedad cada vez más tecnológica y científicamente informada. Este cambio
en la esfera del pensamiento humano tiene profundas consecuencias que merecen ser exploradas y analizadas más a fondo.
b. El reciclaje de la ciencia como sentido común nos ofrece una nueva perspectiva sobre cómo entendemos y aplicamos el
conocimiento científico en nuestras interacciones diarias. Esto plantea preguntas fundamentales para la psicología social en
términos de cómo la ciencia influye y se integra en los intercambios cotidianos. El paso del conocimiento ordinario al conocimiento
científico sistemático es central tanto en la filosofía de las ciencias como en la psicología. Mientras que la ciencia racion aliza
diversas esferas de la sociedad, incluyendo el sentido común, la psicología social se interesa en cómo las personas internalizan y
utilizan estos conocimientos de manera cotidiana.
Se observa que existe una discrepancia entre las expectativas de que el público adopte el modelo racional de la investigación
científica y la realidad de cómo se emplean estas normas formales en contextos prácticos. Esto no implica que haya diferencia s
fundamentales en la capacidad mental entre científicos y personas comunes, sino que refleja procesos complejos de socialización
y racionalización. La psicología social, por lo tanto, se sitúa en la intersección de estos fenómenos, explorando cómo indivi duos y
grupos incorporan y adaptan el conocimiento científico en su vida cotidiana.
Esta reflexión subraya la importancia de estudiar tanto la socialización como la racionalización del conocimiento en la psico logía
social, reconociendo que el entendimiento de cómo se forman y transforman las ideas comunes en respuesta a los avances
científicos es crucial para comprender nuestra experiencia humana colectiva.
C. LA GENTE QUE CONSIDERA A LA CIENCIA COMO UN VIOLÍN DE INGRES
El conocimiento que nos interesa describir es el sentido común, concebido tanto como un derivado de la ciencia como una entid ad
independiente que el hombre común utiliza y moldea. Se ha propuesto comparar al hombre común con el científico, a menudo
bajo el término "homo scientificus". Sin embargo, esta analogía presenta limitaciones debido a la falta de formación especializada
del hombre común en campos científicos específicos.
La idea de un científico ingenuo o intuitivo, ampliamente utilizada, parece inadecuada al no corresponder con la realidad
sociocultural observada. Prefiero abordar al hombre común como un sabio aficionado, alguien que consume activamente ideas
científicas de manera autodidacta. Este aficionado se nutre de lecturas y discusiones, aplicando estos conocimientos en decisiones
prácticas cotidianas como cuestiones económicas o dinámicas interpersonales.
No es simplemente un observador ingenuo; más bien, opera dentro de un marco cultural complejo, adaptando y reinterpretando
conceptos científicos según sus propias experiencias y necesidades contextuales específicas. Esta perspectiva resalta cómo el
sentido común se enriquece y transforma a través de la interacción dinámica entre la ciencia formal y las aplicaciones prácticas en
la vida diaria.
Flaubert inmortalizó esta tendencia y el tipo humano que le corresponde en su novela. Describió a personajes en una época don de
la ciencia era un pasatiempo extendido. Abundaban los sabios aficionados, quienes se esforzaban por comprender la naturaleza,
el espíritu o la sociedad por interés y deleite propio. Todos "hacían" ciencia sin buscar provecho o carrera. Se coleccionaban
especímenes, se experimentaba con productos químicos, y algunos construían microscopios y telescopios; otros fabricaban
aparatos. Algunos de estos "virtuosos" alcanzaron gran celebridad, pero la mayoría eran literalmente incultos. No redactaban
tratados ni artículos, ni escribían en absoluto.
Es en este tipo humano, tan extendido en los Estados Unidos, que debía pensar Peirce cuando escribía: “No se propone ser raci onal
y a menudo habla despectivamente de la débil y engañosa razón del hombre. Así que dejadle pensar en lo que le gusta” (Peirce,
1957, pág. 3). Esta máxima es aplicable al estudiar el pensamiento como se presenta en la vida diaria. En cualquier caso, Bou vard
y Pécuchet siguen religiosamente esta máxima, al igual que Flaubert. Estos dos personajes se esfuerzan por estudiar diversas
ciencias, y su método, el del sabio aficionado, se sitúa de forma inmediata en la sociedad y la cultura.
La teoría de las representaciones sociales ilustra este fenómeno. En lugar de aceptar la ciencia tal como se expone, se debe tener
en cuenta la recepción común de los textos presentes. reflejar nuestra
D. EL RECICLAJE DE LA CIENCIA EN TANTO QUE SENTIDO COMÚN
a. El ejemplo anterior nos ha permitido trazar con mayor precisión el retrato del sabio "aficionado" como prototipo del hombre
ávido de conocimientos, al menos acercándonos un poco a la realidad cultural y social. Al mismo tiempo, hemos afinado nuestro
entendimiento sobre las razones que nos llevan a asociar a este tipo con el tipo de conocimiento que nos interesa.
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