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Sumario Resumen 'Tres Ensayos de Teoría Sexual' de Freud
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Resumen, explicación y conclusión, e ideas principales del texto 'Tres Ensayos de Teoría Sexual' de Freud.
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TRES ENSAYOS DE TEORÍA SEXUALSigmund Freud (1905)
Resumen:
I. LAS ABERRACIONES SEXUALES
La existencia de necesidades sexuales en el hombre y en los animales se expresa en biología a través del concepto de "pulsión
sexual". Esto se asemeja al concepto de hambre en el ámbito de la nutrición. El lenguaje común carece de un término equivalente
a "hambre"; la ciencia utiliza "libido" para esto. La opinión popular tiene ideas específicas sobre la naturaleza y las propi edades de
esta pulsión sexual. Se cree que está ausente en la infancia, emerge durante la pubertad junto con los procesos de maduración, se
manifiesta en atracciones incontrolables entre sexos y tiene como meta la unión sexual o acciones que la promuevan. Sin embargo,
estas nociones se consideran reflejos erróneos de la realidad al examinarlas de cerca, plagadas de errores, imprecisiones y
conclusiones apresuradas.
Introduzcamos dos términos: llamamos "objeto sexual" a la persona que despierta atracción sexual, y "meta sexual" a la acción
hacia la cual la pulsión se dirige. La experiencia científica muestra numerosas desviaciones tanto en el objeto sexual como en la
meta sexual, desviaciones que requieren una investigación profunda sobre su relación con las normas supuestas.
1. DESVIACIONES CON RESPECTO AL OBJETO SEXUAL
La fábula poética que divide al ser humano en dos mitades, macho y hembra, buscando reunirse en el amor, coincide notablement e
con la teoría popular de la pulsión sexual. Sin embargo, resulta sorprendente descubrir que hay hombres cuyo objeto sexual no
son las mujeres, sino otros hombres, y mujeres cuyo objeto sexual no son los hombres, sino otras mujeres. A estas personas se les
denomina de sexo contrario o, más precisamente, invertidas; y al fenómeno mismo, inversión. Aunque el número de estas persona s
es significativo, es difícil determinarlo con certeza.
A. La Inversión
Conducta de los invertidos. Las personas invertidas muestran una variedad de comportamientos distintos en relación con su
orientación sexual:
a. Los invertidos absolutos tienen exclusivamente como objeto sexual a individuos de su mismo sexo. El sexo opuesto no despierta
en ellos ningún interés sexual y, de hecho, puede provocarles repugnancia, lo que a veces les impide ejecutar el acto sexual normal
o experimentar placer al hacerlo.
b. Los invertidos anfígenos, o hermafroditas psicosexuales, pueden tener como objeto sexual tanto a individuos de su mismo sexo
como del sexo opuesto. En este caso, la inversión no es exclusiva y pueden sentir atracción sexual hacia ambos sexos.
c. Los invertidos ocasionales muestran una orientación sexual que varía bajo condiciones específicas, como la inaccesibilidad del
objeto sexual normal o la imitación. En tales circunstancias, pueden dirigir su interés sexual hacia personas del mismo sexo y
experimentar satisfacción en el acto sexual con ellas.
Además de estas variaciones en el objeto sexual, los invertidos también difieren en su percepción y aceptación de su orientación
sexual. Algunos consideran la inversión como algo natural, defendiendo vehementemente su igualdad de derechos en comparación
con los individuos normales. Otros, en cambio, perciben su inversión como una compulsión patológica contra la que se rebelan.
Las diferencias temporales también son notablemente variadas. Algunos individuos experimentan la inversión desde una edad
temprana y la mantienen a lo largo de su vida, mientras que en otros casos puede surgir después de experiencias adversas con el
objeto sexual normal. Además, se han observado fluctuaciones periódicas entre el objeto sexual normal y el invertido.
En resumen, estas diversas variaciones coexisten de manera independiente entre sí. Aunque algunos autores prefieren destacar
las diferencias entre estos grupos, la existencia de numerosos grados intermedios sugiere la necesidad de reconocer y estudiar
estas variaciones en serie.
Concepción de la inversión. La primera interpretación de la inversión la consideraba como un signo innato de degeneración
nerviosa, observada inicialmente en enfermos nerviosos o individuos que daban esa impresión. Algunos estudios sugieren que la s
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,autobiografías de los invertidos sobre el momento de la aparición de su tendencia pueden ser poco confiables debido a la represión
de recuerdos de sensibilidad heterosexual.
Degeneración. La noción de degeneración enfrenta críticas por su uso indiscriminado en la atribución de manifestaciones
patológicas que no tienen origen traumático o infeccioso. Según la clasificación de Magnan, incluso personas con una activida d
nerviosa generalmente adecuada podrían ser consideradas degeneradas, lo cual cuestiona la pertinencia del término en estos
casos. Esto plantea la pregunta sobre qué utilidad tiene el concepto de degeneración y qué nuevos contenidos puede aportar al
juicio clínico en general.
Por otro lado, los invertidos no cumplen con los criterios de degeneración en el sentido más estricto del término. Se encuentran
casos de inversión en individuos que no presentan otras desviaciones graves respecto a la norma y que incluso muestran un
desarrollo intelectual y ético notablemente elevado. Además, la inversión no es exclusiva de culturas modernas, ya que se observa
frecuentemente en sociedades antiguas y en pueblos primitivos, desafiando así la concepción tradicional de la degeneración co mo
un signo patológico.
Carácter innato. Parece lógico afirmar el carácter innato de la inversión únicamente en los casos más extremos, los invertidos
absolutos, quienes aseguran nunca haber experimentado otra orientación sexual a lo largo de su vida. Sin embargo, la existencia
de las otras dos categorías, especialmente los invertidos "ocasionales", dificulta esta concepción innata. Esto ha llevado a algunos
a separar el grupo de los absolutos del resto, renunciando así a una concepción universal de la inversión. Según esta perspectiva,
en algunos casos la inversión podría ser innata, mientras que en otros podría surgir de circunstancias externas.
Contraria a la idea de la innatidad, está la concepción que considera la inversión como un carácter adquirido de la pulsión s exual.
Esta postura se fundamenta en varias consideraciones: primero, muchos invertidos, incluso absolutos, pueden rastrear una
experiencia sexual temprana que influyó en su orientación homosexual. Segundo, se pueden identificar influencias externas que
favorecieron o inhibieron la fijación de la inversión en distintos momentos de la vida (como el contacto exclusivo con el mis mo
sexo o circunstancias adversas en relaciones heterosexuales). Y tercero, la inversión a veces puede ser eliminada mediante
sugestión hipnótica, lo cual sería improbable si fuera innata.
En este contexto, se cuestiona la existencia misma de una inversión innata, sugiriendo que muchos casos podrían ser más bien
variaciones frecuentes de la pulsión sexual determinadas por circunstancias vitales externas. Sin embargo, esta certeza se ve
desafiada por la observación de que muchas personas están expuestas a las mismas influencias sexuales sin convertirse en
invertidas o mantenerse como tales de manera duradera. Esto lleva a la conjetura de que la dicotomía innato -adquirido podría ser
incompleta y no abarcar todas las situaciones que la inversión presenta.
Explicación de la inversión. La hipótesis de que la inversión es innata ni explica completamente su naturaleza, al igual que la
hipótesis de que es adquirida. En el primer caso, sería necesario especificar qué aspecto es exactamente innato, ya que de lo
contrario se caería en una explicación simplista: que una persona lleva consigo desde el nacimiento la conexión de la pulsión sexual
con un objeto sexual específico. En el segundo caso, surge la pregunta de si las diversas influencias accidentales pueden exp licar
completamente cómo se adquiere la inversión sin la predisposición necesaria que existiría en el individuo. Según nuestras
observaciones anteriores, no podemos descartar este último factor.
El recurso de la bisexualidad. Desde Lydston [1889], Kiernan [1888] y Chevalier [1893], se ha recurrido a una serie de ideas para
explicar la posibilidad de una inversión sexual, desafiando la opinión popular que sostiene que un ser humano es hombre o mujer.
La ciencia ha demostrado que existen casos en los que los caracteres sexuales son ambiguos, especialmente a nivel anatómico,
donde los genitales pueden mostrar características tanto masculinas como femeninas, e incluso en algunos casos raros pueden
coexistir ambas estructuras de manera plenamente desarrollada.
Estas anomalías anatómicas sugieren una disposición originalmente bisexual que se va modificando durante el desarrollo hasta
llegar a la monosexualidad con restos mínimos del sexo opuesto. Sin embargo, la relación entre hermafroditismo anatómico y la
inversión sexual no es tan directa como se esperaba. A menudo, los invertidos muestran una disminución de la pulsión sexual en
general y ligeras atrofias anatómicas, pero esta relación no es dominante ni regular.
Además, los caracteres sexuales secundarios y terciarios, que a menudo están presentes en los invertidos, no son indicativos
definitivos de inversión, ya que también aparecen con frecuencia en el sexo opuesto. La hipótesis de un hermafroditismo psíqu ico,
aunque sugerente, no se sostiene completamente, ya que no hay un paralelismo claro entre la inversión del objeto sexual y los
rasgos de carácter asociados a cada sexo.
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, Es por ende que, la inversión sexual parece implicar algún grado de disposición bisexual, pero aún no entendemos completamente
su naturaleza más allá de la anatomía, y también están involucradas perturbaciones que afectan el desarrollo de la pulsión sexual.
Objeto sexual de los invertidos. La teoría del hermafroditismo psíquico postula que los invertidos tienden a ser atraídos por
individuos del sexo opuesto al convencional. Esto implica que los hombres invertidos pueden sentirse a sí mismos como mujeres
y buscar hombres que posean propiedades físicas y emocionales femeninas. Sin embargo, esta descripción no es universal para
todos los hombres invertidos, ya que muchos conservan características psíquicas viriles y buscan en su objeto sexual rasgos
femeninos. Esta diversidad se refleja en la prostitución masculina, que a menudo imita aspectos del estilo femenino, sugiriendo
una mezcla de características de ambos sexos.
En la antigua Grecia, donde los hombres más viriles eran conocidos por ser invertidos, la atracción hacia los efebos no se limitaba
a su virilidad física, sino también a sus características psíquicas femeninas como la timidez y la necesidad de ayuda. Sin embargo,
una vez que el efebo alcanzaba la adultez y perdía esas características, dejaba de ser un objeto sexual para los hombres invertidos.
Esto sugiere que el objeto sexual no se limita estrictamente al sexo opuesto, sino que puede abarcar una combinación de
características de ambos sexos, siempre y cuando el cuerpo mantenga una virilidad esencial.
En el caso de las mujeres invertidas, es más frecuente que busquen feminidad en su objeto sexual, aunque también pueden
presentar características somáticas y psíquicas viriles. Un estudio más detallado podría revelar una mayor variedad en los patrones
de atracción y preferencias sexuales de las mujeres invertidas, mostrando que la diversidad dentro de este grupo es más amplia
de lo que sugiere una simple dicotomía entre masculino y femenino.
Meta sexual de los invertidos. En el caso de la inversión sexual, es crucial entender que no existe una única meta sexual. En los
hombres invertidos, el coito anal y la inversión no son siempre coincidentes; con frecuencia, la masturbación constituye la meta
exclusiva, y las restricciones en cuanto a la meta sexual, que pueden llegar hasta el simple desahogo afectivo, son aún más
frecuentes que en las relaciones heterosexuales. Entre las mujeres invertidas también se observan múltiples metas sexuales,
siendo el contacto con la mucosa bucal una de las más destacadas.
Conclusiones. El análisis hasta este punto no nos brinda una comprensión completa de cómo se desarrolla la inversión sexual. Sin
embargo, hemos llegado a una revelación que puede ser más significativa que resolver el problema inicial. Hemos notado que
nuestra comprensión del vínculo entre la pulsión sexual y el objeto sexual era demasiado estrecha. La observación de casos
anormales nos muestra que este vínculo es más flexible de lo que pensábamos, ya que en la norma parece que la pulsión lleva
consigo al objeto. Esto nos indica la necesidad de flexibilizar nuestra concepción del vínculo entre la pulsión y el objeto sexual. Es
posible que al principio la pulsión sexual sea independiente de su objeto y que su origen no esté necesariamente ligado a los
atractivos de este último.
B. Personas Genésicamente Inmaduras y Animales Como Objetos Sexuales
Las personas cuyos objetos sexuales no pertenecen al sexo normal, es decir, los invertidos, pueden ser percibidas como indivi duos
valiosos en todos los demás aspectos. Sin embargo, los casos en los que se eligen objetos sexuales a personas genéticamente
inmaduras, como los niños, parecen ser aberraciones individuales en su mayoría. Esto sucede cuando alguien cobarde e impotent e
busca este tipo de sustituto o cuando una pulsión urgente no puede encontrar otro objeto en el momento adecuado. Este hecho
ilustra la naturaleza de la pulsión sexual, ya que permite una variación tan amplia y una reducción tan drástica de su objeto, algo
que el hambre, por ejemplo, solo aceptaría en casos extremos. Lo mismo ocurre con el comercio sexual con animales, que muestr a
cómo la atracción sexual puede traspasar la barrera de la especie.
Aunque por razones estéticas se podría desear atribuir estos desvíos graves de la pulsión sexual a la locura, esto no es correcto. La
experiencia muestra que los trastornos de la pulsión sexual en los enfermos mentales no difieren de los encontrados en personas
sanas, en diversas razas y en grupos sociales enteros. Por ejemplo, el abuso sexual contra los niños es frecuente entre maestros y
cuidadores simplemente porque tienen la oportunidad de hacerlo. Los enfermos mentales muestran este desvío solo aumentado
o, lo que es más importante, como una práctica exclusiva en lugar de la satisfacción sexual normal.
Esta sorprendente distribución de las variaciones sexuales en el espectro que va desde la salud hasta la enfermedad mental su giere
que los impulsos de la vida sexual son menos controlados por las actividades mentales superiores, incluso en personas normales.
Según mi experiencia, aquellos que son anormales en algún otro aspecto, como en lo social o lo ético, también lo son regularmente
en su vida sexual. Sin embargo, hay muchos que son anormales en su vida sexual a pesar de ser normales en todos los demás
aspectos y haber alcanzado un alto nivel de desarrollo cultural, lo que sugiere que la sexualidad sigue siendo el punto más débil
en el desarrollo humano.
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