Podemos considerar que Descartes maneja dos nociones de certeza:
1. La certeza absoluta o teórica, se alcanza cuando estamos completamente convencidos sin posibilidad de duda
en un sentido auténtico. Así no hay margen para el error, como cuando estamos seguros de que pensamos y
existimos. Descartes sostiene que otras certezas, basadas en ideas claras y distintas, son confiables porque son
respaldadas por Dios, y sólo podemos llamar conocimiento en sentido estricto a todas estas certezas, derivadas
de la intuición de la razón.
2. La 'certeza moral' o certeza práctica, se refiere a los conocimientos en los que no dudamos en la práctica
diaria, aunque podríamos dudar teóricamente. Esto incluye conocimientos basados en los sentidos, que pueden
ser oscuros y confusos. Aunque psicológicamente puede ser difícil dudar de estos conocimientos, no hay una
garantía de que sean infalibles. A veces nuestras certezas morales pueden volverse vulnerables a la duda real y
psicológica.
Cogito
Por mucho que forcemos la duda hasta el límite, resisten un conjunto de verdades como indudables, resumidas bajo el
lema "pienso, luego existo". Ese conjunto de verdades son todas las que se forman bajo la estructura "yo pienso que…”,
así como la verdad "yo pienso", la verdad "yo existo", y la de "mi esencia consiste en pensar".
Podemos razonar, que, aunque esté totalmente engañado y equivocado en todo lo que pienso, al menos está claro que lo
pienso, y que para estar engañado tengo que pensar algo y existir. También se me hace evidente que ese pensar, ese ser
consciente, es lo fundamental para que se pueda decir que sigo existiendo, mientras que estoy sometiendo a la duda todas
mis afirmaciones sobre cosas físicas y materiales, por lo que mi esencia ha de ser sólo pensar, ser consciente. Así se
puede concluir que soy "una cosa pensante" (res cogitans).
Duda
La primera regla del método exige ser estrictos, y aceptar como verdadero lo absolutamente indudable. Para ello hay que
entrar en un proceso especial de duda, la duda cartesiana, que tiene las siguientes características:
1. Es una duda metódica: es una estrategia para intentar encontrar lo indudable, y no es una duda escéptica que
plantee que nunca vamos a adquirir conocimiento.
2. Es una duda universal: nada va a quedar a salvo de ser sometido a la posibilidad de dudar.
3. Es una duda teórica: para encontrar lo indudable, tenemos que forzar la duda al máximo, no esperar a que nos
entre una duda, sino provocarla deliberadamente, aunque psicológicamente no tengamos la duda. La duda
teórica busca fundamentar el conocimiento y no tiene consecuencias prácticas.
La duda cartesiana se desarrolla conforme a dos hipótesis que sumen en la incertidumbre a bloques enteros de nuestros
conocimientos. Esas dos hipótesis son la hipótesis del sueño y la del genio maligno.
, Evidencia
Diremos que algo se nos presenta con evidencia cuando se nos presenta de manera clara y distinta.
Por claro entenderemos aquello que nos resulta presente (lo contrario es lo oscuro)
Por distinto entenderemos aquello que se distingue de cualquier otra idea y no puede dar a confusión con otra
idea.
El resultado es que resulta imposible dudar de ello. Sólo las intuiciones de la razón son evidentes. Por intuición hay que
entender un elemento simple de nuestro conocimiento, al que no hemos llegado por deducción o argumentación: lo
captamos o no lo captamos.
También los pasos por los que sintetizamos lo simple para llegar a lo complejo deben ser simples, intuitivos, aunque al
final ya no haya esa evidencia simple del 1º momento.
Identificar lo evidente con lo verdadero es un rasgo que muestra cómo Descartes ya ha iniciado el camino del
subjetivismo en teoría del conocimiento, que termina en el idealismo: lo decisivo y esencial en el conocimiento es el
sujeto.
Idea
Cualquier contenido del que seamos conscientes. Ese contenido puede ser objeto de una creencia, un pensamiento, una
sensación… Los contenidos mentales que tenemos son evidentes para el que los tiene, sin equívoco posible. En ese
sentido, no puede haber en Descartes contenidos mentales de los que no sepamos lo que nos está pasando.
Clasificamos nuestras ideas en tres tipos, aunque mientras mantengamos las hipótesis de duda, esa clasificación tiene
ninguna validez.
Las ideas innatas son aquellas que el sujeto considera de manera espontánea que no son el resultado de su
contacto con la realidad; es decir, aquellas que por así decirlo tiene la mente ‘de fábrica’; veremos la
importancia de una de estas ideas: Dios.
Las ideas adventicias son aquellas que el sujeto considera de manera espontánea que son el resultado de su
contacto con la realidad externa a él, que le son provocadas desde las cosas, y que de alguna manera transmiten
un conocimiento de esa realidad externa; serían las ideas de la experiencia sensible.
Las ideas facticias son aquellas que el sujeto considera de manera espontánea que él mismo las ha creado, y
que, por lo tanto, no tienen realidad extramental, y serían modificables a voluntad.
Método
Además de poner unos fundamentos que sean indudables, para adquirir auténtico conocimiento, Descartes considera que
debemos contar un método que nos permita desarrollar esos fundamentos sin que haya la más mínima posibilidad de
cometer un error. El método nos debe garantizar pasar de verdades a verdades. Se trata de evitar sistemáticamente el
error. Si lo seguimos, podremos desarrollar todas las ramas del árbol de las ciencias. Una vez que estamos en el buen
camino, el resto es fácil.
Podemos señalar algunas características del método cartesiano:
1. deriva de la propia naturaleza de nuestra inteligencia, no es algo impuesto artificialmente.
2. no es un método sólo para justificar, sino sobre todo para descubrir nuevas verdades.
3. es válido para todo el mundo. Todos somos más o menos igual de inteligentes, y si terminamos en conclusiones
diferentes, es porque hemos seguido métodos diferentes. Sólo hay un método correcto, y llevaría a la humanidad
a estar de acuerdo.
4. es el mismo para todas las ciencias.
El método cartesiano se concreta en cuatro reglas: aceptar lo evidente, analizar, sintetizar y revisar
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