Psicología social - Raquel Lamuño 1 de 9
T5: EL LADO OSCURO DE LA EMPATÍA Y EL LADO BUENO DE LA CONDUCTA AGONÍSTiCA
Los cuentos son un el re ejo de lo arraigados q tenemos los esquemas de quién es bueno y quién es malo, e ilustran Érase una vez
los valores q se nos inculcan desde edades muy tempranas. Este poema de José Agustín Goytisolo es una buena un lobito bueno
muestra de ello. Sólo en sueños (o en la literatura de cción) podemos admitir q esos esquemas se trastoquen. Sin al q maltrataban
todos los corderos.
embargo, ni los lobos son tan malos ni los corderos tan buenos. Todos nacemos con tendencias altruistas y agresivas,
Y había tb
y serán nuestras experiencias a lo largo de la vida las q hagan q desarrollemos y expresemos más o menos cada una un príncipe malo,
de ellas. Esa dualidad, q no es exclusiva del SH sino q está presente en muchas otras especies, tiene un evidente una bruja hermosa
valor adaptativo, puesto q garantiza una gran exibilidad de respuesta ante las demandas del medio. Si sólo y un pirata honrado.
Todas estas cosas
tuviéramos una de las dos tendencias (ayudar y cooperar, o bien agredir y competir), nos comportaríamos igual en
había una vez,
todas las situaciones, o necesitaríamos un largo periodo de aprendizaje para adquirir otro tipo de R, pero la realidad cuando yo soñaba
nos demuestra q no es así. Los niños, desde muy pequeños, exhiben espontáneamente tanto conductas prosociales un mundo al revés.
como agonísticas. Se han encontrado reacciones de empatía en bebés, y lo mismo ocurre con las reacciones José Agustín Goytisolo
agresivas.
Por otra parte, la concepción, imperante incluso en Psicología, q equipara
altruismo y empatía con lo bueno («prosocial») y agresión y competición con lo «La mitad de los resultados de las buenas intenciones son malos;
la mitad de los resultados de las malas intenciones son buenos. "
malo («antisocial») se tambalea cuando nos damos cuenta de q la línea divisoria Mark Twain, «The 0ervish and the O ensive Stranger"
entre ambas tendencias es a veces difícil de de nir.
PUNTOS EN COMÚN ENTRE CONDUCTA DE AYUDA V CONDUCTA AGRESIVA
La capacidad humana aparentemente ilimitada de «inventar» estrategias de adaptación descansa en realidad en unos guiones básicos
q se utilizan de múltiples maneras según la situación. Esto se ve bastante claro en el caso de las tendencias «pro- sociales» (como la
conducta de ayuda y la cooperación) y las agonísticas (como la conducta agresiva y la competición). Aunque en principio parecen
antitéticas, estas dos tendencias tienen bastantes puntos en común, en cuanto a la in uencia del con- texto (los otros) y de la
interpretación q la persona hace de él, así como en su manifestación, y en los factores motivacionales y cognitivos asociados a ellas.
ASPECTOS CONDUCTA DE AYUDA CONDUCTA AGRESIVA
Construcción de la El que la conducta de ayuda tenga lugar, o no, depende El que la conducta agresiva tenga lugar o no, depende de múltiples
realidad (interpretación de múltiples elementos de inf. (señales, actitudes, elementos de inf. (señales, actitudes, normas…), a menudo en con icto
del contexto) normas…), a menudo en con icto unos con otros. unos con otros.
Cuando las situaciones son ambiguas, las personas a veces Cuando las situaciones son ambiguas, las personas a veces miran a otros
miran a otros para ver si es apropiado ayudar. para ver si es apropiado agredir.
In uencia de los demás Las normas (como la norma de reciprocidad o la de «no Las normas (corno la norma ele reciprocidad o la de «métete con alguien De
meterse donde a uno no le llaman») pueden inducir o tu tamaño») pueden inducir o desalentar la conducta agresiva.
desalentar la conducta de ayuda.
A veces ayudan a otras por los bene cios q obtienen. La agresión instrumental y el con icto realista suelen ocurrir cuando las
A veces ayudan a otras o cooperan con ellas con el objetivo personas luchan por obtener algún bene cio.
común de agredir a un tercero. Las personas a veces agreden a otras con el objetivo de ayudar o proteger
Debido al motivo social de pertenencia, a veces ayudan a a un tercero.
Principios otros con los q empatizan o identi can sin tener en cuenta Cuando la pertenencia o el respeto se ven amenazados, se produce
motivacionales los costes q les supone hacerlo. agresión hostil y con icto intergrupal sin tener en cuenta los costes
La empatía y la identi cación son + probables cuando la implicados.
persona q necesita ayuda es un miembro del endogrupo q La agresión y la competición por la identidad social positiva son más
cuando es del exogrupo. probables cuando los provocadores son miembros del exogrupo que
cuando son del endogrupo.
La inf. relevante para la conducta de ayuda puede La inf. relevante
procesarse de forma super cial o en profundidad. para la conducta agresiva y el con icto puede procesarse de forma
Los factores q di cultan el procesamiento elaborado (las super cial o en profundidad.
emociones o limitaciones de tiempo) hacen probable q sólo Los factores q limitan el procesamiento elaborado (las emociones, alcohol,
PI se utilicen las señales + salientes de la situación. E estresantes distractores) ↑ la in uencia de las señales salientes.
El procesamiento elaborado suele hacer más probable la El procesamiento elaborado suele ↓ la conducta agresiva al ↑ el impacto de
conducta de ayuda al ↑ el impacto de múltiples elementos múltiples elementos de inf. (una interpretación precisa de la provocación,
de inf. (una interpretación precisa de la necesidad del otro, normas no agresivas, soluciones alternativas…) y disminuir la ira.
normas prosociales, sentimiento de empatía…)
Nos proponemos explorar otro aspecto q tb pueden tener en común ambas tendencias y q no está recogido en el cuadro anterior: el
de las consecuencias de la conducta. En concreto, nos centraremos en cómo se ha investiga- do en Psicología Social los efectos
«antisociales)) de la empatía y los efectos «prosociales)) de la agresión y de la conducta agonística en general.
EL LADO «OSCURO» DE LA EMPATÍA: COSTES PARA EL INDIVIDUO Y PARA LOS DEMÁS
La empatía es una capacidad cognitiva y emocional q permite al q la posee adoptar la perspectiva de otra persona dándose cuenta de
lo q ésta está sintiendo (empatía cognitiva), y tb experimentar esas mismas emociones (empatía afectiva paralela) o reaccionar
emocionalmente a ellas como si le afectaran directamente (empatía afectiva reactiva). Esta capacidad evolucionó en un contexto de
grupos pequeños en el q vivieron nuestros ancestros durante miles de años. Existen varias razones q explican por qué. En esas
circunstancias, en las q la comunicación entre los miembros del grupo era esencial para la cooperación y, por tanto, para la
supervivencia, ser capaz de comprender lo q piensa y siente el otro debió de ser una ventaja importante para el grupo en conjunto, al
facilitar el entendimiento y la coordinación cuando el lenguaje probablemente no estaba aún muy evolucionado. Tb sería ventajoso
para el individuo, en dos sentidos diferentes: la capacidad para ponerse en el lugar del otro llevaría a las personas a darse cuenta de
cuándo ese otro está teniendo algún problema y, además, a sentir «preocupación empática» (empatía emocional reactiva) por él, lo q
les motivaría a ayudarle. Por otra parte, esa capacidad sería tb muy útil para el propio individuo q la posee, puesto q le facilitaría la
manipulación de los demás en bene cio propio (en este caso, la preocupación empática estaría ausente).
Al margen de las razones evolutivas q explican por qué los seres humanos somos capaces de experimentar empatía hacia los demás,
lo cierto es q, en el contexto actual, tan diferente de aquél en q evolucionó, esa capacidad no sólo proporciona ventajas.
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PROS CONTRAS
• Promueve acciones de ayuda desinteresada • Puede ser perjudicial para la persona q la siente o para la que recibe su ayuda.
• Inhibe la conducta agresiva • Puede provocar «burnout»
• Fomenta la cooperac ión con otros • Sólo se siente hacia individuos concretos, no hacia todos los q necesitan ayuda
• Mejora las actitudes hacia grupos estigmatizados • Puede dar lugar a favoritismos, injusticia e indiferencia hacia el bien colectivo
• Puede favorecer la manipulación de otros
Los bene cios de la empatía son su aspecto más conocido, sobre todo a partir de las investigaciones de Batson y sus colegas acerca
de su relación con el comportamiento de ayuda altruista. Nos vamos a centrar en los inconvenientes, q no por menos mencionados
son menos importantes.
Los inconvenientes de la empatía tienen q ver, por una parte, con el coste q supone para la persona q la siente y, por otra, con las
consecuencias negativas q puede acarrear a otros. Un ejemplo extremo de coste personal sería poner en peligro la propia vida para
ayudar a otro. Pero, sin llegar a ese punto, el simple hecho de sentir empatía hacia alguien q está sufriendo ya es de por sí doloroso,
por lo q muchas veces las personas acaban evitando situaciones q puedan despertar su empatía o insensibilizándose ante el
sufrimiento de los demás, como ocurre con algunos profesionales q llevan mucho tiempo trabajando con personas enfermas o
dependientes, en los q se produce un fenómeno q se conoce como burnout o «estar quemado».
Lo q parece menos evidente es q el mostrar empatía hacia una persona pueda ser perjudicial para ésta. Sin embargo, es lo q ocurre
cuando la empatía, asociada a la compasión, nos lleva a ayudar a alguien q no quiere ser ayudado o q quiere valerse por sí mismo. En
este caso, aunque nuestra intención sea bene ciar al otro, en realidad nuestra conducta puede suponer una amenaza para su
autoestima y podemos estar humillándolo o desmotivándolo. Además, la empatía pu d estar asociada al prejuicio paternalista q se
tiene hacia miembros de grupos considerados como poco competentes pero altos en cordialidad, como es el caso de las personas
mayores.
Por otra parte, la empatía está «diseñada » para aplicarse a personas concretas, q consideramos semejantes a nosotros en algún
aspecto, o q nos resultan familiares o cercanas. No se re ere a necesidades colectivas, lo q limita su alcance a las relaciones
interpersonales. Es cierto q se han obtenido resultados positivos en cuanto a la mejora de las actitudes hacia otros grupos, incluso
hacia grupos estigmatizados, pero siempre induciendo empatía hacia un miembro concreto de esos grupos. Aquí queremos hacer
notar q el q la empatía hacia estas personas no surja de forma espontánea y sea necesario inducirla es una muestra de q no se trata
de una capacidad indiscriminada, lo q habría reducido considerablemente su valor adaptativo. Imaginemos lo q supondría sentir
empatía hacia cualquiera, incluidos aquellos q quisieran hacernos daño, por ejemplo. De hecho, este problema se da en numerosos
casos de maltrato doméstico.
Además, la conducta altruista, aun bene ciando a la persona objeto de nuestra empatía, o precisamente por ello, puede perjudicar a
otros igualmente necesitados pero q quedan fuera de nuestro foco de atención. En este sentido, un fenómeno tan «pro- social» como
el altruismo empático puede estar dando lugar a situaciones de injusticia.
Por último, no podemos dejar de mencionar el aspecto «maquiavélico» de la empatía, cuando se utiliza como arma para manipular a
los demás en bene cio propio. En este caso, se trata más bien de la empatía cognitiva, gracias a la cual podemos po- nernos en el
lugar del otro y saber cómo se siente.
La empatía como amenaza al bien común
Daniel Batson puso de mani esto por 1ª vez estas «consecuencias paradójicas» de la empatía: existe una gran cantidad de estudios,
tanto de campo como de lab. y pruebas anecdóticas, q demuestran q el altruismo inducido por la empatía mueve a la persona q lo
siente a actuar en bene cio del q ha provocado ese sentimiento empático. Ahora bien, ¿q ocurre cuando el bien de ese individuo no
coincide con el bien del grupo? En un estudio sobre reparto de recursos en dilemas sociales, cuando se induce empatía hacia uno de
los miembros, ese recibe + recursos, en detrimento del bien común. Pero no se trata sólo de un efecto restringido al contexto arti cial.
Todos hemos oído hablar de casos de nepotismo y «amiguismo», en los q un político da puestos de responsabilidad a sus parientes y
amigos aunque no estén cuali cados para ello, o el jefe q no despide a un empleado ine caz por lástima, con lo q está perjudicando a
sus compañeros, q deben hacer el trabajo por él, o a los clientes y a la empresa, si esos compañeros se niegan.
Sin embargo, esto no es todo. Lo q Batson planteaba, y trató de demostrar, es q el altruismo puede suponer una amenaza al bien
común más grave y difícil de contrarrestar q el propio egoísmo, q ha sido siempre el prototipo de motivación contraria a la
cooperación en los estudios sobre dilemas sociales. La razón es q contra el egoísmo y la ambición personal existen normas sociales
claras, sobre todo en situaciones en las q está en juego la justicia y el bienestar de todos, mientras q contra la preocupación por el
bienestar de otra persona, sobre todo si está necesitada, aun cuando suponga perjudicar a otros, las normas son mucho menos
explícitas.
Para poner a prueba esta hipótesis; estudio exp. en el q comparaban la in uencia del egoísmo y del altruismo empático en las
decisiones sobre el reparto de recursos y el efecto de la posible evaluación social de esas decisiones. A cada participante se le daba
la oportunidad de asignar un recurso escaso (un taco de boletos para una rifa) bien a alguno de los cuatro individuos q componían un
grupo o bien al grupo en conjunto. Las asignaciones al grupo se revalorizaban un 50%, y se distribuían por igual entre los 4 miembros.
Como consecuencia, el grupo siempre se bene ciaría + con este tipo de asignaciones, y el bene cio para cada miembro sería similar.
Sin embargo, cada individuo saldría ganando si se asignaba el recurso a sí mismo. Eso sí, si los 4 hacían lo mismo, todos saldrían
perdiendo, según las propiedades q deben cumplir los dilemas sociales. 3 condiciones exp.:
• Condición de egoísmo: debían elegir entre asignar los boletos al grupo en conjunto o a sí mismos como miembros.
• Condición de altruismo empático: se les decía q no eran miembros del grupo y, por tanto, no podían recibir boletos, pero sí
repartirlos, y debían elegir entre asignarlos al grupo en conjunto o a un miembro concreto hacia el q se les había inducido
empatía. Esta inducción se hacía dándoles a leer una nota supuestamente escrita por esa persona en la q describía su estado
emocional de abatimiento por haber sido abandonada por su pareja, y pidiéndoles q trataran de imaginar cómo se sentía.
• Condición control (o línea base): tb debían elegir entre asignar los boletos al grupo en conjunto o a un miembro, pero en este caso
no eran miembros del grupo (no podían asignarse recursos a sí mismos), ni tampoco se les había inducido empatía hacia ninguno
de los 4. Era por tanto, una condición neutra, en la q ni el egoísmo ni el altruismo tenían en principio más fuerza q la norma de
justicia o las consideraciones prácticas del mayor bene cio para todos.
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