ESTÁTICA
La mecánica es la disciplina de la física que se ocupa del estudio del movimiento de los
cuerpos. Se divide en dos ramas principales: la estática, que estudia el estado de los cueros
que se encuentra en equilibrio sometidos a un sistema de fuerzas, y la dinámica, que trata el
comportamiento de los objetos materiales que, sometidos a un sistema de fuerzas, se
encuentran en movimiento.
Sistemas de fuerzas
Para poder comprender los resultados de la estática es necesario comprender perfectamente
el concepto de fuerza. La fuerza, que podemos definir como aquello que es capaz de modificar
el estado de reposo o el movimiento de un cuerpo dejado en libertad lo acelerará. La fuerza
más conocida por nosotros es la de atracción que la tierra ejerce sobre todos los cuerpos que
hay en sus proximidades, atrayéndolos hacia su superficie. Sin embargo, existen otras fuerzas
como la de fricción, el empuje, etc.
Otros dos conceptos fundamentales son la masa y el peso. La masa es una propiedad
intrínseca de los objetos materiales, que determina la acción que ejerce una fuerza sobre un
cuerpo y la resistencia que este opondrá a una modificación de su estado de movimiento; por
lo tanto, la masa es en cierta forma una medida de la inercia de los objetos. Cuanto mayor es
la masa tanto menor es la aceleración que les imprime una misma fuerza aplicada sobre ellos.
Por su parte, el peso de un objeto no es una propiedad intrínseca del mismo, sino que está
determinado por la intensidad del campo gravitatorio que tira de él hacia el centro de la
Tierra, es decir, la fuerza que ésta ejerce sobre dicho cuerpo. Por este motivo, un cuerpo que
tenga una masa determinada tendrá pesos distintos en la superficie terrestre y en la de la
Luna, ya que la intensidad del campo gravitatorio de ésta es de tan solo una sexta parte de la
del terrestre, debido a que su masa es menor. Por tanto, su peso en la Luna es seis veces
menor que en la Tierra. Para el estudio de la situación de equilibrio, como resultado de la
actuación de todas las fuerzas externas sobre un cuerpo cualquiera, es de gran importancia la
introducción del concepto de centro de gravedad, que es aquel punto del objeto en el que
podemos suponer concentrada toda su masa. Para hallar la posición del centro de gravedad en
un objeto plano, por ejemplo, se puede suspender éste de dos puntos distintos y trazar las
líneas marcadas por la plomada que parten de ellos. Así, podemos definir la situación de
equilibrio estable como aquélla en que la vertical que pasa por su centro de gravedad lo hace
también por su base, y ambos están próximos. Si no es así, se encuentra en equilibrio inestable
(que puede romper cualquier pequeña perturbación, o indiferente, en el que la posición de
equilibrio es indeterminada. Asimismo, un cuerpo que permanece en reposo puede estar
sometido a rotación, por lo que cabe determinar las condiciones para que esto no suceda. Para
ello nos servimos del concepto de momento de una fuerza, que es la cantidad resultante del
producto de la fuerza por la distancia perpendicular que separa el punto donde actúa ésta y la
línea a lo largo de la cual actúa. Por lo tanto, para definir el reposo debemos añadir el llamado
principio de los momentos, que afirma que la suma algebraica de los momentos de todas las
fuerzas que actúan sobre el cuerpo debe ser cero. Un caso particular de esta disposición de
las fuerzas lo constituye el llamado par de fuerzas, formado por dos fuerzas de igual
magnitud, de sentidos contrarios y separadas una cierta distancia. El efecto al que da lugar
este par de fuerzas es una rotación, como por ejemplo en el caso del volante de un automóvil,
en lugar de producir un movimiento rectilíneo. De todo lo dicho hasta ahora deducimos la