BLOQUE 11: LA DICTADURA FRANQUISTA (1939-1975).
11.1: LA CREACIÓN DEL ESTADO FRANQUISTA. GRUPOS IDEOLÓGICOS Y
APOYOS SOCIALES. ETAPAS DE LA DICTADURA Y PRINCIPALES
CARACTERÍSTICAS DE CADA UNA DE ELLAS. EL CONTEXTO INTERNACIONAL: DEL
AISLAMIENTO AL RECONOCIMIENTO EXTERIOR.
La dictadura de Franco fue personal, autoritaria y de base militar. En sus primeros años
se identificó con el fascismo, tanto por la influencia de la ideología de la Falange como
por la admiración hacia el modelo político de Italia y Alemania. Ejerció una dura represión
y suprimió las libertades y los derechos fundamentales, como los de manifestación,
opinión y reunión. Para la instauración de los valores de la dictadura intervinieron tres
grupos sociales. El Ejército fue fiel a Franco y constituyó la parte central del régimen. Sin
embargo, hubo un descontento por la falta de modernización del ejército y su escaso
protagonismo en la descolonización de las posesiones africanas. La Falange, subordinada
al caudillo, mantuvo un ideario clave para la ideología fascista y para el control de la
sociedad. Perdió peso político con la salida de Serrano Súñer (1942) y la derrota de los
fascismos europeos (1945). La Iglesia se identificó con el nuevo régimen y colaboró con
su política. Obtuvo la educación y el control religioso y moral de la población. De esto
nació el nacionalcatolicismo. Además, Franco contó con el apoyo de la élite económica y
social (empresarios, comerciantes, negociantes, etc). Las instituciones que se
posicionaron en contra de la República coincidían con su oposición al liberalismo, a la
democracia y al comunismo, pero se diferenciaban en su diferente concepción del Estado
y de la sociedad, lo que las enfrentó en una dura y continuada pugna por el poder. Las
partes del régimen con más protagonismo en los sucesivos gobiernos fueron militares y
falangistas junto a los católicos de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas
(ACNdP) y del Opus Dei. El régimen franquista eliminó la obra republicana y prohibió los
partidos políticos y sindicatos. Al carecer de una constitución se inició la progresiva
institucionalización del Estado con la promulgación de leyes fundamentales: El Fuero del
Trabajo, la Ley Constitutiva de las Cortes, el Fuero de los Españoles, la Ley del
Referéndum Nacional y la Ley de Sucesión, entre otras. Al comenzar la Segunda Guerra
Mundial, España se declaró neutral en el conflicto, mientras que FET de las JONS era
partidario de establecer el nuevo orden. El régimen mostró interés de incluirse de forma
activa en la guerra en el bando fascista. España recibiría apoyo en África y recobraría
Gibraltar. Sin embargo, España era un país sin recursos para entrar en guerra, pues
acababa de salir de una guerra civil. Hitler y Franco se reunieron en Hendaya donde
llegaron a un acuerdo por el que España participaría en la guerra, pero este encuentro
fracasó al Hitler considerar excesivas las condiciones de Franco. Meses más tarde,
Franco se reunió con Mussolini en Italia para la participación española en la guerra, pero
tampoco consiguieron llegar a un acuerdo, aunque Mussolini cambió la posición neutral
de España a una posición no beligerante, es decir, no participaba de forma directa, pero
apoyaba a dichos países. La invasión de la URSS por parte de Alemania fue aplaudida por
el régimen y miles de voluntarios fueron a luchar en contra del frente ruso, formando la
División Azul. La colaboración aumentó con el envío de miles de voluntarios para trabajar
en fábricas alemanas. En 1943 España se volvió a declarar neutral y retiró la División
Azul del frente ruso, pero mantuvo la ayuda a Alemania enviando wolframio. Tras la
victoria de los aliados, en 1945 Franco remodeló el gobierno desplazando la Falange
dando entrada a un sector católico con el que pretendía dar una imagen más cercana a
las democracias occidentales. En septiembre se suprimió el saludo fascista y el uso de la
camisa azul, en 1946 se aprobó la Ley Electoral y, por último, en 1947, la Ley de