GISELA UNTOGLICH - CAPITULO 3: CONSTRUCCIONES DIAGNÓSTICAS EN
LA INFANCIA
¿Cómo se diagnostica en la actualidad? Hay una biomedicamentalizción del
sufrimiento infantil que pone en evidencia los cambios profundos tanto socio-económicos como
políticos e ideológicos-culturales que van transformando nuestra sociedad. La medicalización
implica la expansión hacia el campo médico de problemas inherentes a la vida, la
biomedicalización supone la internalización de la necesidad de autocontrol y vigilancia por
parte de los propios individuos, no requiriendo necesariamente la intervención médica.
Diagnóstico en la infancia
Los profesionales que nos ocupamos de la salud mental de los más pequeños tenemos
que utilizar un lápiz para escribir esas primeras hipótesis diagnósticas que por un lado son
absolutamente necesarias y forman parte del proceso de cura, pero que no deberían constituirse
nunca en una marca indeleble en la vida de un sujeto.
Un niño es una persona que se encuentra en proceso de constitución de su subjetividad,
entramado con los Otros y atravesado por la época histórica que le toca vivir. Cuando los
padres de un pequeño realizan una consulta esto puede establecer un hito relevante en su
historia y con frecuencia hay un antes y un después no solo en la vida de ese niño sino también
en la de sus padres.
Los diagnósticos tendrían que funcionar como brújulas orientadoras para los
profesionales, siempre tomando en cuenta que se construyen en un devenir que va
modificándose, ya que por un lado el proceso de maduración propio del crecimiento y por otro
lado el trabajo mismo que el profesional va realizando con el niño, su familia y a veces la
escuela, van cambiando las condiciones, lo cual podrá posibilitar movimientos fundantes en esa
subjetividad. Los diagnósticos se realizan en un proceso enmarcado por la transferencia con ese
profesional y/o institución y tomando en cuenta las múltiples determinaciones del malestar de
ese sujeto. Los diagnósticos se construyen en el espacio transferencial, y pueden sufrir
transformaciones a medida que el trabajo se realiza. Es necesario tener en claro quién y por qué
solicita el diagnóstico y para que se realiza, así como desde qué marco teórico se efectúa el
mismo
Herramientas diagnósticas
Cuando recibimos la consulta por un niño nos encontramos con distintos actores en
juego: el niño, sus padres y con frecuencia la escuela. Será necesario indagar en cada una de
estas instancias lo que está sucediendo, para entender qué le ocurre a este sujeto por el cual nos
convocan. Para esto podemos recurrir a diversas herramientas que nos posibilitan introducirnos
en las múltiples causas que ocasionan el malestar. Las mismas nunca serán fijas.
Para comprender las múltiples determinaciones del malestar por el cual nos consultan,
será preciso abrir un espacio y un tiempo de trabajo, que necesitará de diversos encuentros con
los padres, con el niño y muchas veces con la institución escolar. Asumir el compromiso de
entender qué está sucediendo es abrirse a lo diverso, a lo múltiple, a lo imprevisto es construir
el camino a medida que vamos transitando, lo cual nos permite encontrarnos con lo inesperado
, sin necesidad de tener que transformarlo en lo ya conocido para que encaje en nuestros patrones
preestablecidos.
El trabajo con los padres en la clínica con niños
Hoy sabemos que la familia burguesa y la estructura patriarcal están en revisión.
Aquellos que cumplen con la función parental pueden o no ser los padres biológicos del niño,
pueden o no ser dos personas, pueden o no ser un varón y una mujer. Más allá de las personas
reales que ejerzan la función, es necesario señalar cuáles son aquellas funciones fundantes de la
subjetividad: las ligadas a la interdicción, al sostén, las que el ejercicio se sustenta en una
asimetría fundante de la relación parento-filial. Es necesaria la renuncia pulsional al incesto y a
la violencia física y psíquica sobre los hijos y hacia los cónyuges.
El niño se encuentra inmerso en un medio determinado mito familiar. Es necesario
indagar cómo y de qué elementos está compuesto ese mito que lo atraviesa, determina y
constituye como sujeto.
El modo en que reaparece en los hijos lo desestimado, lo desmentido o lo reprimido de
los padres marca diferencias en la constitución subjetiva. Lo reprimido parental suele retornar
desde el niño en forma de síntomas o funcionamientos sintomales.
Cuando predomina la represión se transmiten las representaciones reprimidas así como
las normas y prohibiciones que impulsaron la represión, tanto como fallas de los mecanismos
defensivos. Cuando se presentifica lo desmentido en los ancestros, esto puede aparecer como
una defensa a ultranza del narcisismo y se pueden repetir mecanismos de actuación
permanentes (el niño muchas veces tiene que desconocer la realidad). Cuando lo que prevalece
es la desestimación, el niño puede pasar a ser la presentificación de lo rechazado poniendo de
manifiesto lo siniestro. Así él mismo se verá con dificultades para sostener pensamientos. La
repetición de una generación a otra puede ser repetitiva o transformadora, la transmisión de
objetos transformables posibilita al que los recibe ejercer sus modificaciones lo cual le permite
la incorporación en su actividad psíquica. Los objetos no transformables son como “cosas en sí”
inertes que atacan el aparato de pensar y permanecen enquistados. Cuando lo que predomina en
los padres es la conflictiva narcisista tienden a identificarse con el niño, a considerarlo parte de
sí mismos. El problema se presenta cuando el niño se distancia del ideal, de lo que se espera de
él, entonces pasa a ser ese “extraño” ese “no-yo” rechazado.
Si el niño se constituye a través de los decires y las acciones de sus progenitores, una
realidad fundamental para el niño es la realidad psíquica de sus padres, por lo tanto se hace
absolutamente necesario trabajar con los padres para poder generar nuevas lecturas de la
realidad, que posibiliten abrir novedosas perspectivas en el trabajo con el niño.
Los primeros encuentros con los padres de un niño son imprescindibles para conocer
cuáles son sus hipótesis acerca de lo que le ocurre a su hijo, como se posicionan ante un tercero
cuando tienen que hablar de él, donde se producen los puntos de quiebre.
Indagar cuales son las suposiciones de los padres, por qué consultan, qué los preocupa
en relación a este hijo, por qué consideran que sus estrategias no funcionan con este niño en
particular, cuáles son los significantes que utilizan para presentarlo, a quién consideran que se