IMPORTANCIA DEL ESTUDIO CON ADULTOS MAYORES
La ONU establece la edad de 60 años para considerar que una persona es adulta mayor, aunque
en los países desarrollados se considera que la vejez empieza a los 65 años.
El aumento de la expectativa de vida en las últimas décadas, ha producido cambios importantes
en los patrones poblacionales a nivel mundial, generando un incremento de la población adulta
mayor de 60 años (Montes – Rojas, Gutiérrez – Gutiérrez, Silva – Pereira, García – Ramos y del
Río – Portilla, 2012, p. 122).
Debido al aumento de la esperanza de vida y a la disminución de la tasa de fecundidad, la
proporción de personas mayores de 60 años está aumentando más rápidamente que cualquier
otro grupo de edad en casi todos los países. El envejecimiento de la población puede
considerarse un éxito de las políticas de salud pública y el desarrollo socioeconómico, pero
también constituye un reto para la sociedad, que debe adaptarse a ello para mejorar al máximo la
salud y la capacidad funcional de las personas mayores, así como su participación social y su
seguridad (OMS).
Considerando el incremento de la población adulta mayor de 60 años tanto a nivel mundial como
en México, es primordial realizar investigaciones que aporten perfiles neuropsicológicos en el
envejecimiento con deterioro y sin deterioro cognoscitivo específico de la población mexicana,
ya que, las afecciones cognoscitivas pueden llegar a ser muy heterogéneas Montes – Rojas et al.,
2012, p. 122).
El incremento de este grupo poblacional impone nuevos retos a la Salud Pública, entre los que se
encuentra, en materia de salud mental, la sistematización de acciones de promoción y prevención
(Sánchez – Gil y Pérez, Martínez, 2008, p.2).
Consideramos que la exploración del funcionamiento cognitivo en el adulto mayor debe
incorporarse a la evaluación sistemática de su estado de salud (Sánchez – Gil y Pérez, Martínez,
2008, p.6).
ENVEJECIMIENTO
, El envejecimiento implica un declive fisiológico natural, que conlleva el incremento en la
probabilidad de padecer deterioro cognoscitivo (Montes – Rojas et al., 2012, p. 122).
Desde un punto de vista biológico, el envejecimiento es la consecuencia de la acumulación de
una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un
descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, un aumento del riesgo de enfermedad, y
finalmente a la muerte (OMS).
El envejecimiento humano es un proceso gradual y adaptativo de tipo biológico, psicológico y
social que es resultado de cambios programados por la genética. A medida que esto sucede,
ocurre una disminución en la eficiencia del funcionamiento de los órganos y sistemas del
individuo (Villa, 2017, p.264).
Se considera que el envejecimiento es un proceso normal como parte del ciclo de vida y
representa por lo tanto el nal del proceso vital (Cabrera, y Osorno Chica, 2013, p. 1765).
El proceso de envejecimiento del ser humano forma parte del ciclo biológico natural. Envejecer
con calidad es una necesidad cada vez mayor en el entorno familiar y social (Velasco –
Rodríguez, Godínez – Gómez, Mendoza – Pérez, Torres – López, Moreno – Gutiérrez, Hilerio –
López, 2012, p. 92).
El proceso de envejecimiento trae consigo un deterioro de las funciones orgánicas y por ende, de
la calidad de vida del adulto mayor (Velasco – Rodríguez et al., 2012, p.92).
DATOS BIOLÓGICOS
Durante la ejecución de pruebas cognitivas, los patrones del flujo cerebral sanguíneo se vuelven
más difusos (Lezak, p. 355).
A nivel central se relaciona con una reducción generalizada del volumen cerebral, disminución
en el peso y aumento en el volumen del líquido cefalorraquídeo (LCR) (Tovar – Rivera, López –
Martínez, Becerra – Laparra, Gómez – Sandoval y Roldán – Valadez, 2012, p. 150).
Para los 80 años, normalmente se reduce 10%. En volúmenes cerebrales medidos por RM,
longitudinalmente la tasa de contracción del volumen cerebral se calculó en 0.32% por año, con