14. La escultura barroca. Alonso Cano (escultor y arquitecto de
retablos) y su escuela: Pedro de Mena y José de Mora. Pedro Roldán
y la escuela sevillana del último tercio del siglo XVII.
Es una escuela vinculada
totalmente al mundo andaluz.
1.
Sevilla
na Alonso Cano (1601-1667,
(1614- Granada).
1638).
Este retrato
4.
2. de Alonso
Estancia
Madrile
s en Cano fue
ña
Málaga
Etapas (1638-
(1661, realizado por
52.
1665,
1657- Velázquez
1666,
1660).
1667). hacia 1658. Va vestido como
3. canónigo y con cinturón de
Granadin los canónigos regulares de
a (1652-
57. San Agustín. Se creía que era
1660-
67). Juan Martínez Montañés. Por
estas fechas, Alonso Cano
estaba realizando un busto para Felipe IV para la corte de Carlos II de
Inglaterra. El busto sólo está documentado por esta imagen y una carta.
Primera etapa. Aprendió como pintor como Pacheco. El repertorio
iconográfico hace pensar que pasó por el
taller de Martínez Montañés. Pero no está
documentado. Se formó con su padre.
Retablo mayor de Santa María de la
Oliva, Lébrija (Sevilla).
Fue traspasado por Miguel Cano a su hijo
el 3 de agosto de 1629. Se concluyó en
1631. La policromía y lienzo son de Pablo
Legot.
Desaparece el reticulado, el orden es
gigante (abarca dos pisos), rematado por
un ático. Es el modelo del retablo barroco
, que hará escuela en Madrid. Se tiende a un
modelo grandioso con menos encasamiento
(evitar distracción). En el mundo castellano se
optaba más por el relieve que por la pintura,
propia del mundo andaluz. El crucifijo es de
Felipe de Ribas, discípulo de Mesa.
Desaparece el entablamento continuo, se
interrumpe, sólo queda unido por la cornisa.
El lenguaje clásico se subvierte. Esto
introduce dinamismo y originalidad. Hay presencia de
tarjas, cartelas, elementos cigomorfos muy plásticos y de
gran detalle. Utiliza fustes estriados torsos, no son
columnas salomónicas porque no se revuelven sobre sí
mismas. El remate del ático con encasamientos
individuales con mensulones. El baldaquino fue añadido
en 1739 por Juan Sta. Mª Navarro.
Santa María de la Oliva, 1629-1631.
Muestra impasibilidad en la expresión. Está inspirada en
modelos tardo-medievales (arcaísmo consciente). Es una
imagen frontal. Está realizada en madera policromada a
la barbotina, hecha en realce, en relieve (estuco
rebajado). Está policromada por Alonso Cano.
Posiblemente buscara hacer una imagen antigua. Se
hicieron copias para mandar a Flandes.
Inmaculada, h. 1625-1635.
Templo parroquial de San Andrés, Sevilla. Está realizada en madera dorada
y policromada. Es la misma imagen que “La cieguecita”, aunque más
abierta a la sensibilidad barroca (curva y contra-curva).
, San Juan Bautista, 1634.
Está realizada en madera dorada y policromada. Procede del cuerpo de
gloria del retablo mayor de San Juan de Palma. Destaca por su serenidad
inestable, de influencia de sus pinturas (piernas). Su origen está en el San
Jerónimo y el ángel de José de Ribera el Spagnoletto (1621). Es
característico el ensimismamiento muy expresivo del rostro con un toque
de melancolía. El carácter inestable también está en relación con
Montañés. Es un ejemplo barroco en estética. El pelo está tratado a base
de mechones en masa, muy pictórica (individualizados: Gregorio Fernández
y Montañés).
Retablo de San Juan Evangelista, 1635-1638.
Se encuentra en el convento de Santa Paula de Sevilla. Es una versión
reducida del retablo de Lébrija. Es un retablo-hornacina. Los florones de
hojas ¿cactiformes? de distribución simétrica, con cabezas de querubines
se localizan en el centro (enorme éxito y preponderancia en el Barroco).
Cuenta con un frontis tetrástilo con columnas pareadas de orden gigante,
de dos pisos, con columnas de fuste torseado. Sigue siendo plano, no hay
movimiento de planta, pero sí de cuerpos. El entablamento está roto, solo
está unido por la cornisa.
En comparación con el retablo de San Juan Bautista de Felipe de Ribas de
1637, éste ofrece un cambio de modelo. Las macollas están asimiladas de
modo casi usual. Le da gran plasticidad.