EVOLUCIÓN LECTORA DEL NIÑO (0-6 AÑOS)
En su relación con los libros y la transmisión literaria, el niño suele pasar por una serie de etapas que
estructuramos a continuación para que resulten una guía útil y sencilla para los mediadores que acompañan
ese proceso dentro del ámbito educativo. Sin embargo es imprescindible manejar esta información desde la
convicción de que UN NIÑO NO ES UN PROGRAMA. En cada evolución lectora se combinan múltiples
aspectos (sensoriales, psicomotrices, cognitivos, educacionales, afectivos…) que la hacen única e
irrepetible. Es por eso que nos resistimos a acotar las etapas por edades, aunque a título orientativo y para
ayudar a la observación apuntaremos entre paréntesis una franja aproximada en la que pueden situarse.
Cada apartado va acompañado de uno o varios títulos adecuados para la lectura compartida.
Evolución lectora del niño en la Etapa Infantil:
1-. ETAPA DE RECONOCIMIENTO (0 – 24 meses)
2-. ETAPA SORPRESIVA (1 – 4 años)
3-. ETAPA SIMBÓLICA (3 – 6 años)
4.- ETAPA COMPRENSIVA (4 – 7 años)
1-. ETAPA DE RECONOCIMIENTO
En primer lugar supone el encuentro con la voz como vehículo de transmisión literaria. También abarca
desde el primer contacto con el libro como objeto hasta su asimilación como portador de esa misma
transmisión.
I. Reconocer la VOZ LITERARIA: Desde su nacimiento, el bebé aprende a diferenciar la calidad, el
tono, la cadencia y la intención de nuestra voz. La familia es el primer libro del recién nacido, y las
nanas, juegos y retahílas, sus primeras y necesarias lecturas.
“La literatura oral es una forma básica, un modo literario esencial en la vida del niño pequeño, porque la
palabra está impregnada de afectividad. El cuento, la lírica, el romance, construyen el mundo auditivo -
literario del niño, le incorporan vivencialmente a una cultura que le pertenece, le hacen partícipe de una
creación colectiva, le otorgan signos de identidad.”1
- CANTARES Y DECIRES. Carlos Reviejo y Eduardo Soler. S. M.: Madrid, 1998.
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, II. Reconocer EL OBJETO – LIBRO: Como sucede con todos los objetos que lo rodean, el niño
explorará los libros si le facilitamos esa experiencia. Rasgar, chupar o golpear serán sus primeras
actividades, para las que resultan muy útiles los libros de tela y baño, pero también es bueno que
manipule en vuestra compañía ejemplares en papel, que le darán una idea más real de sus
características: paginación, encuadernación, disposición del texto y las imágenes… Poco a poco, la
superación de la mera percepción material le permitirá centrarse en el contenido.
- EL BAÑO DE ELMER. (Libro de baño) David McKee. Fondo de Cultura Económica: México,
1995.
III. Reconocer LA COMUNICACIÓN LITERARIA: Tanto la voz como el objeto impreso son
considerados lectura en su calidad de medios transmisores de un contenido lingüístico dotado de
permanencia que representa simbólicamente la realidad (“La adquisición de sistemas simbólicos es
tan veloz desde el nacimiento que se ha aludido a ello como una prueba de la capacidad innata de
simbolización de la especie humana”2). Este contenido, a efectos prácticos, lo analizaremos
distribuido en cuatro géneros –narrativa, textos documentales o de conocimientos, poesía y teatro-,
aceptando “a priori” lo impreciso y superficial del procedimiento:
A. Narrativa: A lo largo de toda la Etapa Infantil (0 – 6 años) “se produce un progreso gradual en el
conocimiento sobre las características formales de las historias, que incluye dos líneas esenciales:
qué ocurre y de quién hablamos, es decir, la adquisición del esquema narrativo y el desarrollo de las
expectativas sobre los personajes.
Al inicio de su adquisición de la estructura narrativa, los niños y niñas se dan por satisfechos con
reconocer y nombrar el contenido de las imágenes y ven las historias en términos de episodios
desconectados.”
Las características fundamentales que han de tener las lecturas que proporcionamos al niño han de
ser las siguientes: la existencia de un personaje que centre su identificación y una perfecta
secuenciación, clara y comprensible desde la experiencia del niño (es decir, no basada en conceptos
ajenos a ésta, como por ejemplo las series numeradas o alfabéticas que tanto abundan en libros de
tela y baño, y que resultan totalmente incomprensibles para un bebé).
PERRO TIENE SED. Satoshi Kitamura. Anaya: Madrid, 1997.
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