BLOQUE 1: LA LINGÜÍSTICA. ASPECTOS GENERALES
1.1. LA LINGÜÍSTICA, DELIMITACIÓN CONCEPTUAL. RAMAS DE LA LINGÜÍSTICA.
La lingüística es la materia que estudia el lenguaje verbal humano con carácter científico. Este carácter lo adquirió en la
segunda mitad del siglo XIX. Esto sucede porque, por primera vez, la lingüística adquiere una metodología de estudio
basada en la observación y en la experimentación. Antes de esto, era simplemente una materia especulativa,
hablábamos nuestra lengua materna sin ser conscientes de ello, sin comentarlo ni cuestionarlo.
Sin embargo, a pesar de esta aceptación general del habla articulada, la mayoría de las culturas del mundo han
engendrado entre algunos de sus miembros una cierta consciencia del alcance y el poder de la lengua. Esta
autoconsciencia lingüística se debe al contacto con hablantes extranjeros, por la existencia y reconocimiento de
diferentes dialectos o simplemente por la curiosidad del ser humano por sí mismo. De aquí nace la "lingüística popular",
que se ha desarrollado en diversas partes del mundo civilizado hasta constituir la ciencia lingüística. La lingüística se
convirtió, por tanto, en una ciencia social y humana.
El término ciencia en la distribución de ciencia lingüística se utiliza aquí de forma deliberada pero no restrictiva. En este
contexto, la ciencia no debe distinguirse de las humanidades.
Las ciencias del hombre, que incluyen la lingüística, nacen del desarrollo de la consciencia que de si mismo tiene el ser
humano.
El paso definitivo que constituyó a la lengua como ciencia fue el reconocimiento perfecto de su objeto de estudio, lo que
facilitó el llegar al estudio de la metodología. A esta cuestión llegó Ferdinand de Saussure, que distinguió entre
LENGUAJE, LENGUA y HABLA.
Lenguaje = capacidad
Lengua= modelo
Habla = manifestación
El lenguaje es una capacidad humana que nos permite expresarnos, comunicarnos. A pesar de que todos los humanos
nacemos con las mismas capacidades lingüísticas, éstas se manifiestan de distinta forma en las diferentes personas (por
ejemplo, españoles y chinos). El lenguaje, por tanto, no se puede estudiar.
El objeto de investigación empírico de la lingüística no puede ser la capacidad humana que denominamos lenguaje, ya
que no se puede acceder directamente a ella, sino solo a través de sus manifestaciones concretas. El japonés y el alemán
son dos casos concretos de esa capacidad lingüística y a través de estos dos idiomas y de todos los demás existentes
debemos aprender cosas sobre la capacidad humana que denominamos "lenguaje".
Pero la lengua se define como el modelo lingüístico de referencia de los hablantes de una comunidad. Tampoco éste
concepto puede ser objeto directo de investigación empírica, ya que no podemos estudiarla de modo inmediato sino a
través de sus manifestaciones concretas en los individuos que la hablan, lo que se corresponde con el habla. Estamos,
pues, ante el concepto de "habla japonesa" o "habla alemana": podemos estudiar las dos lenguas implicadas a través de
sus manifestaciones en hablas particulares concretas que sí son susceptibles de investigación científica directa.
En el habla apuntan los gérmenes de un análisis, que, al desarrollarse mediante reflexión secundaria, da lugar a la ciencia
del lenguaje tal como este se nos presenta en el momento del habla.
Ahora bien, para estudiar la lengua española, un lingüista debe analizar las distintas manifestaciones en particular de
cada uno de sus hablantes. Así, una habitante de Vallecas no hablará igual que uno de Toledo, ni tampoco igual que uno
de Bolivia, pero los tres hablan la misma lengua.
Así, la gramática tiene como objeto una lengua y la teoría general del lenguaje tendrá como objeto todas las lenguas. Pero
el fundamento empírico último de ambas disciplinas será el estudio de las hablas particulares.
Si estudiamos un conjunto de hablas japonesas es para saber cómo es la lengua japonesa, y si estudiamos varias lenguas
diferentes es para saber cuáles son las características y los principios generales de las lenguas humanas.
Vale entonces hacer una distinción metodológica entre lengua y habla. Esta distinción está bien delimitada en el Curso
de lingüística general de F. de Saussure. En él establece la necesidad de diferenciar entre la lengua como aquel
conocimiento gramatical común que comparten los hablantes de determinada comunidad lingüística y la manera en
que se manifiesta tal conocimiento en cada hablante particular, que es como ha de concebirse el habla.
1