10B LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA EN UN CONTEXTO DE
CRISIS INTERNACIONAL (1936 – 1939)
0.- ÍNDICE1
1.- INTRODUCCIÓN.
2.- INICIOS DEL CONFLICTO.
2.1.- LA SUBLEVACIÓN: DEL GOLPE DE ESTADO A LA GUERRA CIVIL.
2.2.- LA ESTABILIZACIÓN DE LOS FRENTES EN 1936: MOVILIZACIÓN POPULAR
Y GUERRA DE COLUMNAS.
2.3.- LA REPRESIÓN Y EL EXTERMINIO DEL ENEMIGO.
2.4.- LA FORMACIÓN DE LOS NUEVOS EJÉRCITOS.
3.- EVOLUCIÓN MILITAR DE LA GUERRA.
3.1.- LA GUERRA DE COLUMNAS Y EL AVANCE REBELDE HACIA MADRID
(JULIO – NOVIEMBRE DE 1936).
3.2.- LAS BATALLAS EN TORNO A MADRID Y LA OCUPACIÓN DEL NORTE
(DICIEMBRE DEL 36 – OCTUBRE DEL 37).
3.3.- LAS OFENSIVAS EN ARAGÓN (NOVIEMBRE DEL 37 – JUNIO DEL 38).
3.4.- LA CAÍDA DE CATALUÑA Y EL FIN DE LA GUERRA (JULIO DEL 38 – ABRIL
DEL 39).
4.- EVOLUCIÓN POLÍTICA Y SOCIAL DURANTE LA GUERRA.
4.1.- LA ZONA REPUBLICANA: LA REVOLUCIÓN CONTENIDA.
4.2.- LA ZONA SUBLEVADA: LA CREACIÓN DE UN ESTADO TOTALITARIO.
5.- DIMENSIÓN INTERNACIONAL DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA.
6.- CONSECUENCIAS DE LA GUERRA CIVIL.
1.- INTRODUCCIÓN
La Guerra Civil constituye el más importante y trágico acontecimiento histórico sucedido en
España durante el siglo XX. En esta guerra se proyectaron muchos de los problemas que la sociedad
española venía arrastrando desde finales del siglo XVIII. Además, hay que entenderla como
resultado de la difícil coyuntura que vivía Europa tras la Primera Guerra Mundial, en donde se
debatían dos sistemas políticos antagónicos y totalitarios: el fascismo y el comunismo.
Se trata de un acontecimiento que ha sido interpretado de formas muy diversas en función
del punto de vista adoptado por los historiadores: lucha de clases y enfrentamiento de “las dos
Españas”, prólogo de la Segunda Guerra Mundial, visión maniquea del conflicto por una
simplificación ideológica de las causas del mismo,...
2.- INICIOS DEL CONFLICTO
2.1.- LA SUBLEVACIÓN: DEL GOLPE DE ESTADO A LA GUERRA CIVIL
La Guerra Civil2 fue consecuencia del fallido golpe militar de los conspiradores. En los
meses anteriores a julio de 1936 un grupo de mandos militares, la Unión Militar Española,
conspiraron para levantarse y alzarse con el poder eliminando el sistema democrático y al gobierno
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Estándar 2.7. Representa una línea del tiempo desde 1931 hasta 1939, situando en ella los principales
acontecimientos históricos.
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Estándar 3.1. Especifica los antecedentes de la Guerra Civil.
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, del Frente Popular, argumentando para ello la situación de inestabilidad y violencia que se vivía
desde febrero. La conspiración también contará con colaboradores civiles (monárquicos alfonsinos
y carlistas, fascistas...).
El estratega y jefe de la operación fue el general Mola, destinado en Pamplona, y el general
Sanjurjo era el encargado de tomar las riendas del Directorio militar una vez que triunfara el golpe,
pero su muerte en un accidente aéreo el 20 de julio le privaría de ello y dio más protagonismo al
general Franco, otro militar golpista que se incorporó a la conspiración tarde y con numerosas
dudas. El golpe pretendía derribar al gobierno republicano y la constitución, declarando el estado de
guerra y eliminando a los militares republicanos y a dirigentes políticos y sindicales de izquierda.
El golpe comienza en la tarde del 17 de julio de 1936 en Melilla. Franco viaja el 18 en avión
(Dragón Rapide) desde Canarias a Tetuán y se pone al frente de la rebelión. Entre el 18 y el 20 se
irá extendiendo el golpe militar por la Península e islas. Inicialmente se incorporaron Sevilla
(general Queipo de Llano) y Cádiz y a continuación Córdoba, Granada, Navarra (general Mola), la
mayor parte de la actual Castilla-León, Zaragoza (general Cabanellas), Galicia, Oviedo y Baleares,
salvo Menorca. La República no pudo aplastar el golpe de inmediato, pero conservó su poder en la
mayor parte de las principales ciudades y áreas industriales: Madrid (fracasó el golpe del general
Fanjul que se encierra en el Cuartel de la Montaña), Cataluña, Valencia, actual Castilla-La Mancha,
parte de Andalucía, Murcia y zonas industrializadas de la cornisa cantábrica y el País Vasco (a
excepción de Álava). A partir del 21 de julio se puso de manifiesto el fracaso del golpe y la división
de España, lo que dio lugar al comienzo de una Guerra Civil que concluirá el 1 de abril de 1939.
En la división de las dos zonas quedó reflejada la realidad socio-económica de las diferentes
regiones. Triunfó la sublevación en el protectorado de Marruecos y Canarias, donde la población
militar era más numerosa, y en la España del interior, agraria y mediofundista. Fracasó en la España
más desarrollada e industrializada, y también en el centro y sur latifundista, donde los jornaleros
defienden la República.
Las fuerzas sociales y partidos políticos que apoyaron la sublevación estaban formados, en
general, por todas las fuerzas de las derechas; militares conservadores; propietarios tanto
latifundistas como medianos y pequeños; grupos católicos de derechas con el total apoyo de la
jerarquía eclesiástica; los monárquicos (alfonsinos y carlistas); los miembros de la CEDA y los
falangistas. Su punto en común era el deseo de eliminar las reformas republicanas.
Los leales a la República pertenecían a las clases medias y populares: obreros, empleados
urbanos, campesinos y pequeña burguesía; además de todos los partidos de izquierda y de las
organizaciones sindicales. Sin embargo, entre ellos había grandes diferencias, y las clases medias
experimentaban miedo a que hubiera una auténtica revolución social.
2.2.- LA ESTABILIZACIÓN DE LOS FRENTES EN 1936: MOVILIZACIÓN POPULAR Y
GUERRA DE COLUMNAS
Al comienzo de la guerra civil, los militares profesionales y los soldados sólo constituían
una pequeña parte de los combatientes. El ejército profesional quedó dividido en dos mitades
similares: con la República permanecieron la mitad de los generales, algo menos de la mitad del
ejército de tierra y de la Guardia Civil, el 65% de la marina y el 75% de la Guardia de Asalto. Sin
embargo, tenía carencia de oficiales superiores con experiencia. Por el contrario, el ejército rebelde
tenía oficiales de gran experiencia y contaba con unidades militares experimentadas, procedentes de
África, incluyendo a más de 40.000 combatientes marroquíes (“las tropas moras”).
Durante esta primera fase de la guerra destaca la importancia de las milicias. En el bando
rebelde existían tres grupos: las Banderas Falangistas, (las más numerosas, que llegarían a tener
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