La Casa de Bernarda Alba fue escrita en 1936, aunque no fue representada hasta 1945 en Buenos Aires. Se
trata de un drama social inspirado en hechos reales que retrata los valores de la sociedad rural andaluza y
sus diferencias sociales. La obra pertenece a la Generación del 27, se caracteriza por la síntesis entre
tradición y vanguardia, la creación de nuevas formas de lenguaje y la renovación estética de la poesía. El
autor, Federico García Lorca, es el poeta más universal de la Generación del 27, fue asesinado por el bando
sublevado al estallar la Guerra Civil por su afinidad con el Frente Popular y por ser abiertamente
homosexual.
En cuanto al contexto histórico y político, el comienzo del siglo XX es una época de decadencia marcada
por el desastre del 98, donde España pierde sus últimas colonias. Llegan al poder diversos regímenes en
muy poco tiempo (Reinado de Alfonso XIII, dictadura de Primo de Rivera, Segunda República), hasta que
finalmente estalla la Guerra Civil en 1936. Además, en Europa tienen lugar la Primera Guerra Mundial, la
Revolución Rusa y el desplome de la Bolsa de Nueva York.
En La Casa de Bernarda Alba trata la posición de las mujeres de los pueblos españoles ante el orden
social, la autoridad y una moral rígida que les impide la libertad. Se narra como Bernarda, la madre,
mantiene encerradas en casa a sus cinco hijas bajo un riguroso luto tras la muerte de su segundo marido.
Las ansias de libertad y las pasiones de las hijas se ven aumentadas con Pepe el Romano, origen de
conflictos y celos entre las hermanas, debido a que está prometido con la mayor (Angustias), se siente
atraído por la menor (Adela) y es amado por Martirio. Al enterarse Bernarda que Adela se va a escondidas
con él, decide dispararle. Pepe escapa, sin embargo, Adela no soporta la represión a la que es sometida y se
suicida. El tema principal es la lucha entre la autoridad de Bernarda, fruto de la condición social de la
época donde las apariencias y la honra son muy importantes, y el deseo de libertad de sus hijas. Además,
aparecen otros temas como el amor, las diferencias entre las clases sociales, la represión de la mujer o la
muerte.
La estructura interna es lineal, sin saltos en el tiempo. Por otro lado, la estructura externa se compone de
tres actos. En el primero comienza con el funeral del segundo marido de Bernarda, se presenta el
argumento y los personajes. La segunda parte desarrolla la situación de Adela que tendrá su culmen en el
tercer acto con el desenlace trágico que supone la muerte de Adela. En cuanto al espacio, se establece una
dualidad entre el interior de la casa y el exterior, donde se encuentran los hombres y la libertad. Por eso los
encuentros entre Adela y Pepe tienen lugar en espacios exteriores. El lenguaje utilizado es realista y sin
cultismos para reflejar la realidad de la vida rural. La sencillez le lleva a utilizar frases cortas y bruscas en
modalidad exclamativa e imperativa, así como refranes populares. Asimismo, Lorca introduce numerosos
símbolos poéticos como el bastón de Bernarda (poder), la luna (erotismo) o el agua (la vida y su ausencia).
También hay elementos estilísticos como las metáforas entre las que destaca “Nos hundiremos en un mar
de luto” y las personificaciones que dan cualidades a objetos como en “No creas que los muros defienden
de la vergüenza”. Por último, las acotaciones descriptivas presentes en toda la obra permiten entender la
historia con mayor claridad.