Introducción al Derecho de la Empresa (Bloque 1)
Grado en Economía / Administración y Dirección de Empresas
Seminario 4. Regulación jurídica y autonomía individual
Objetivos del seminario:
1. Entender y distinguir los argumentos morales que se utilizan para justificar la
limitación de conductas mediante normas jurídicas.
2. Aprender a construir un buen argumento moral y a valorar críticamente las
Instituciones jurídicas.
Lecturas previas:
-C.S. Nino, Introducción al Análisis del Derecho, Ariel, 1983, pp. 416 a 427 (disponible en el aula
global).
-E. Garzón Valdés, “¿Es éticamente justificable el paternalismo jurídico?”, DOXA, n.5, 1988, pp.
155-157, 164-172 (disponible en el aula global).
Actividad:
Individualmente o en grupos, se deberá preparar de manera razonada la defensa de alguna de
las tres posiciones que se explican a continuación, en atención al caso y la regulación sobre las
drogas en España. Cada grupo deberá justificar su opción y rebatir en clase los argumentos y
posiciones defendidas por el resto de participantes en el ejercicio. Para defender cada posición
se deben utilizar las lecturas del seminario. También puede informarse mediante Internet
sobre los hechos y datos relevantes que se deben tener presentes en el momento de valorar
cuál es la normativa adecuada en este ámbito.
-posición 3: Justificar la eliminación de esta regulación, ya sea para todas las drogas o en
relación al consumo de marihuana, y tratar el consumo, posesión y distribución de estas
drogas o la marihuana de forma paralela a la normativa actual del tabaco (según la Ley
42/2010, de 30 de diciembre). Indicar qué tipo de argumento moral se utiliza para defender
esta posición y hacerlo frente el resto de alternativas.
Principalmente, la eliminación de la regulación española del consumo de drogas,
permitiría un incremento en el PIB de los estados, ya que el PIB está formado por
todos los bienes y servicios finales de una economía determinada, aunque, siendo
muy dificultoso tener en cuenta la producción ilegal, como es hoy en día el consumo
de drogas, con lo que, si tuviésemos en cuenta la producción y el consumo de estas
sustancias, habría un incremento sustancial del producto interior bruto.
, Por otra parte, también podríamos argumentar, que habría un incremento del
empleo tenido en cuenta, ya que no existiría el contrabando de estas sustancias y sus
debidos “trabajadores”, con lo que, si se legalizase, habría un aumento de la gente
empleada dedicada a la venta legal de las drogas.
Seguidamente, también habría una disminución del gasto público al no haber de
sancionar estas posesiones y ventas ilegales de las sustancias, con lo que el estado,
podría dedicar esas cantidades, normalmente sustanciales, a nuevas regulaciones o
modificaciones globales.
Legalizar las drogas acabaría con un foco importante de corrupción, la cual aumenta
en todos los niveles del gobierno debido a que una substancial cantidad de policías,
oficiales de aduana, jueces y toda clase de autoridades han sido comprados,
sobornados o extorsionados por narcotraficantes, creando un gran ambiente de
desconfianza por parte de la población hacia el sector público en general, por lo que
al legalizarlo, habría una mayor sensación de seguridad.
La legalización reduciría dramáticamente el precio de las drogas, al acabar con los
altísimos costos de producción e intermediación que implica la prohibición. Esto
significa que mucha gente que posee adicción a estas sustancias no tendrá que robar
o prostituirse con el fin de costear el actual precio inflado de dichas substancias, por
lo que también, se podría argumentar que habría una disminución de la criminalidad
y de los delitos derivados del consumo de las sustancias estupefacientes.
El argumento moral que se utiliza para defender esta posición es el liberalismo para
preservar la salud pública.
Caso:
Líderes internacionales piden la despenalización de las
drogas
Un grupo de exdirigentes critica la estrategia de la guerra contra el narcotráfico
VICENTE JIMÉNEZ Nueva York, El País, 9 SEP 2014 T
La despenalización del consumo y posesión de drogas, ante el fracaso de las medidas prohibitivas y
punitivas, y una regulación responsable de las sustancias psicoactivas son las principales
recomendaciones del atrevido informe que este martes hará público en Nueva York la Comisión Global de
Políticas sobre Drogas, de la que forman parte el exsecretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan,
un grupo de expresidentes de Gobierno de todo el mundo y personalidades de prestigio internacional. El
informe enfatiza en la necesidad de que la sesión especial sobre drogas de Naciones Unidas de 2016
suponga un cambio radical en la manera en que se aborda esta cuestión en todo el mundo.
“Es necesario un régimen de control de drogas mundial, nuevo y mejorado, que proteja la salud y la
seguridad de las personas. Las medidas basadas en ideologías represivas deben ser sustituidas por
políticas más humanas y eficaces a partir de evidencias científicas, principios de salud pública y respecto
a los derechos humanos. Esta es la única manera de reducir las muertes por drogas, las enfermedades,
el sufrimiento, la violencia, el crimen, la corrupción y los mercados ilegales, producto de políticas
ineficaces y prohibitivas. La próxima sesión especial de Naciones Unidas contra la droga (UNGASS) en
2016 es una oportunidad sin precedentes para revisar las políticas sobre drogas”, afirma el informe,
titulado Tomando el control: caminos hacia políticas sobre drogas que funcionen.
La Comisión Global es consciente de que sus propuestas son polémicas y generarán rechazo, pero insta
a los Gobiernos a poner fin a la criminalización de los consumidores y a regular los mercados de la droga
para impedir el brutal enriquecimiento de quienes trafican con sustancias estupefacientes. Asimismo,
alerta contra las burocracias que defienden las políticas inmovilistas, el sensacionalismo de determinados
medios y las trampas que encierran conceptos que considera superados como “tolerancia cero” o
“sociedad libre de drogas”.
“La buena noticia es que el cambio está en el aire. La retórica anticuada y las metas poco realistas de la
sesión especial de la ONU de 1998 es poco probable que se repita en 2016”, añade el grupo de