Tema 1. Orígenes y evolución de la psicología
Una perspectiva histórica puede ofrecernos diversas aproximaciones al concepto de psicología, así
como una visión de conjunto sobre las soluciones alternativas que se han ido adoptando ante
cuestiones tales como 'qué debe estudiar la psicología' y 'cómo'.
Orígenes
Algunos de los problemas de los que hoy se ocupa la psicología fueron ya objeto de estudio de la
filosofía, las ciencias naturales o la medicina, antes de que surgiera la psicología como disciplina
científica. Por lo tanto, al menos en sus orígenes, la psicología ha recibido diversas aportaciones
desde estas otras disciplinas.
El propio término 'psicología' deriva de la filosofía, con la acepción de 'estudio del alma'. Sin
remontarse a los filósofos clásicos (Aristóteles y otros anteriores), ya en el siglo XVI se encuentran
textos filosóficos en los que se utiliza este término de forma similar a como la toman los primeros
psicólogos. Por otro lado, son también los filósofos quiénes popularizan el término.
En realidad, de la filosofía se han ido desgajando las diversas ciencias; y la filosofía ha contribuido
al surgimiento y evolución de la psicología, como ciencia independiente, al igual que en el caso de
otras ciencias; pero sin duda alguna, en el de la psicología con mayor peso.
La sensación, la percepción, la inteligencia, la memoria, la voluntad, etc. son temas que la psicología
ha heredado de la filosofía. Por supuesto, las teorías de una y otra sobre los mismos temas, hoy
difieren enormemente; pero, sin duda, el que estos temas sean hoy objeto de estudio de la psicología,
se debe a sus orígenes filosóficos.
A su vez, las corrientes filosóficas más importantes (empirismo, asociacionismo, materialismo, etc.)
han servido de orientación general y fundamento de las grandes escuelas y paradigmas de la
psicología.
Por otro lado, la psicología y la ciencia en general necesitan reflexionar sobre su actividad, sobre el
conocimiento, sobre cuestiones lógicas y epistemológicas, etc. Estas aportaciones de la filosofía no
se limitan al pasado, sino que se renuevan constantemente. Desde una segunda vertiente, a finales
del siglo pasado, las llamadas ciencias naturales habían alcanzado un considerable grado de
desarrollo, con aportaciones fundamentales a la psicología: leyes de la psicofísica, descubrimientos
importantes en el sistema nervioso, teoría de la evolución, etc.
Desde el Renacimiento, con Descartes y Galileo, se produce un cambio importante en la forma de
entender el conocimiento, que culmina en las últimas décadas del siglo XIX. Este cambio intelectual
afecta especialmente al estudio de los fenómenos de la naturaleza, y resultaría fundamental para el
nacimiento de las ciencias modernas, entre ellas la Psicología (Boring, 1957). Los cambios más
importantes quizá se dan a nivel metodológico: se rechaza la metodología aristotélico-tomista (con
grandes dosis de especulación, es axiomática y fundamentalmente deductiva), que es sustituida por
el método experimental basado en la observación, la experiencia y la verificación (Pinillos, 1962).
La nueva metodología, mucho más inductiva, se aplica al campo de los problemas físicos y los
fenómenos naturales (Copérnico, Galileo, Kepler, Newton), produciendo una auténtica revolución
en el saber humano. Los métodos de observación directa aplicados al cuerpo humano hacen que se
desarrollen la anatomía y la fisiología, en la biología surge la teoría de la evolución.