HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
TEMA 3º: LA FILOSOFÍA MODERNA
LECCIÓN 11- DESCARTES, LA METAFÍSICA
1- La duda metódica.
Después de haber establecido las reglas del método, Descartes decide aplicarlo a una revisión
de la filosofía, ya que, según explica, esta disciplina es la raíz del resto de los saberes, y la
aplicación del método ha de ser también metódica, empezar por la base.
Decide aplicar la regla del análisis y la de la evidencia, dividiendo las ideas metafísicas aprendidas
durante su formación escolástica en cuatro grandes principios que somete a revisión racional. El
evidente.
principio de trabajo es que se debe dudar de toda idea que no sea absolutamente a)
FALACIAS DE LOS SENTIDOS el mundo es
tal como lo muestran los sentidos (realismo
ingenuo aristotélico). Descartes duda de
que esto sea así. Puesto que los sentidos en
ocasiones nos engañan, ¿Qué nos asegura
que no nos estén engañando siempre?.
Conclusión: no sabemos cómo es el mundo
(realidad exterior)
b) CONFUSIÓN SUEÑO/ VIGILIA: Si a veces
creemos estar despiertos y estamos
soñando y viceversa, ¿cómo podemos estar
seguros de que el mundo en el que creemos
vivir no es más que una ensoñación?.
Conclusión: no sabemos si el mundo
exterior existe o no.
c) HIPÓTESIS DEL “GENIO MALIGNO”?, este
es el motivo de duda más radical, porque
no afecta al mundo, sino a la propia
conciencia, al pensamiento. Si a veces
confundimos al razonar, incluso cuando
hacemos operaciones matemáticas
sencillas, ¿qué nos asegura que no existe
un genio maligno que nos hace creer que
nuestras ideas son verdaderas cuando son
falsas, y viceversa?.
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2- La primera certeza y las ideas.
Pero aunque puedo dudar de todo, (de que las cosas sean tal y como las muestran los
sentidos, de que existan realmente cosas fuera de mi e, incluso, de que mi propia razón
funcione correctamente cuando piensa), hay algo de lo que no puedo dudar y es de que yo
dudo. Por tanto es evidente que yo dudo y, por tanto que yo pienso (Pensar,"cogitare", tiene
en Descartes un significado amplio e incluye toda actividad mental). Tenemos pues una verdad
indudable: "Yo pienso". Pero si yo pienso es necesario que yo exista puesto que para pensar es
necesario existir. De este modo, en el propio acto de la duda encuentra Descartes la evidencia
de su existencia y llega así a una verdad totalmente evidente e indudable: "Pienso, luego
existo"
Esta primera verdad: la existencia del YO o “res cogitans”, servirá a Descartes como punto de
partida a partir del cual poder construir, deductivamente, el edificio del conocimiento que era
su proyecto originario.
Partiendo de la primera verdad "pienso luego existo", puedo encontrar otras verdades.
¿De qué modo? Efectivamente, pienso y por tanto puedo afirmar que existo, pero esta
existencia no es una existencia cualquiera. Yo existo como un ser que piensa. Yo soy pues una
cosa que piensa. Pero pensar es tener ideas. Un ser que piensa es un ser que tiene ideas. Ya
posee Descartes un nuevo elemento, las ideas, que analiza y descubre que estas pueden ser de
tres tipos:
1. Adventicias. Aquellas que representan cosas naturales y "parecen" provenir del
exterior".
2. Facticias. Aquellas que son halladas o construidas por la propia mente mediante la
imaginación o utilizando otras ideas previas.
3. Innatas. Ni proceden de la experiencia, ni las construye la mente a partir de otras. El
entendimiento las posee en sí mismo.
Descartes descubre que todas las ideas, además, representan algo, lo que representan es lo
que llama su “realidad objetiva”, por ejemplo, podemos tener ideas adventicias cuya realidad
objetiva sea la de una montaña, o la de una nube, y podemos formarnos una idea facticia de
una montaña que flota sobre una nube. La existencia de una realidad objetiva en las ideas, no
garantiza que exista, fuera de nuestra razón, las realidades que se representan en las ideas, del
mismo modo que la imagen que aparece en una fotografía no nos asegura que lo que esa
imagen representa exista verdaderamente. Mi razón puede haberse inventado el contenido de
las ideas del mismo modo que un programa de manipulación de imagen puede haber creado
una imagen con apariencia de realidad.
3- Dios y el mundo.
Sin embargo, razona Descartes, aunque en la mayor parte de los casos, mi razón puede ser la
causa de la realidad, hay al menos una idea que no puede haber sido causada por mí, ya que se
refiere a una realidad que es superior a mi propia naturaleza. Descartes afirma que él puede
pensar en un ser más perfecto que él mismo. Pero, teniendo en cuenta que esta es una idea
que no ha podido producir él mismo ya que estaríamos ante la paradoja de que algo perfecto
procediese de algo imperfecto, es preciso investigar el origen de esta idea. Según la teoría de la