EPÍGRAFE 2. La prosa (narrativa y ensayística: Pío Baroja, Azorín y Miguel de Unamuno)
La prosa: El género del ensayo alcanza en la literatura de estos años un importante lugar. Sirve de cauce a
las inquietudes existenciales y sociales de estos nuevos escritores que se identificaban con el
regeneracionismo. Es constante en sus textos la utilización de metáforas biológicas “España como cuerpo
enfermo o cadáver que es preciso regenerar, resucitar o remediar”. Para ello, hacen falta medicinas
(reformas) e incluso la intervención de un “cirujano de hierro”, expresión de Joaquín Costa, es decir, un
dictador que a la fuerza cure las “enfermedades” del país.
De inspiración regeneracionista es el Manifiesto de los Tres, firmado por Baroja, Azorín y Maeztu, quienes
además publican artículos en los que proponen reformas sociales y políticas.
En la novela marcan la ruptura con el Realismo. Aparecen temas comunes: voluntarismo frente a abulia,
pasión frente a inteligencia, problemas de personalidad, críticas sociales… Influjo de las ideas de Nietzsche.
Los novelistas más importantes de esta época son: Azorín, Unamuno y Baroja.
Azorín José Martínez Ruiz, más conocido por su seudónimo Azorín, se centra en una obsesión por el
tiempo, por la fugacidad de la vida… En su obra se conserva tristeza, melancolía, Azorín vive para evocar, es
un contemporáneo.
Cultivó el ensayo y la novela, y prácticamente borra las fronteras entre ambos géneros; aunque puso el
subtítulo de novela a unos quince libros, estos apenas se distinguen de sus ensayos. Partidario de tramas
argumentales mínimas, descripción minuciosa, frase escueta y estilo sobrio. Las principales cualidades de
su estilo son la precisión y la claridad.
Sus novelas se pueden dividir en cuatro etapas:
1)La primera etapa muestra el predominio por los elementos autobiográficos y las impresiones suscitadas
por el paisaje. El protagonista es Antonio Azorín, personaje de ficción que se convierte en la conciencia de
su creador. La voluntad, Antonio Azorín y Las confesiones de un pequeño filósofo.
2)En la segunda etapa, abandona los elementos autobiográficos, si bien continúa reflejando sus propias
inquietudes: la obsesión por el tiempo, el destino, etc. Doña Inés y Don Juan.
3)A la tercera etapa pertenecen Félix de Azorín Vargas, Superrealismo y Pueblo, marcadas por el
vanguardismo.
4)En la cuarta etapa, tras un período de silencio por la contienda civil, vuelve a la narrativa con El escritor,
María Fontán y La isla sin aurora.
Unamuno Fue uno de los principales ensayistas de la España de su tiempo, tanto en artículos de
periódicos como en libros. En torno al casticismo, Del sentimiento trágico de la vida, La agonía del
cristianismo, Vida de don Quijote y Sancho… En sus ensayos es donde mejor se aprecian sus
preocupaciones filosóficas. ‘En torno al casticismo’ es una reflexión sobre el carácter nacional, la
“intrahistoria”, historia de la vida cotidiana de las gentes anónimas. Tras una crisis religiosa, ‘Vida de don
Quijote y Sancho’, don Quijote como símbolo del espíritu castellano. En ‘Del sentimiento trágico de la vida’
reflexiona sobre la muerte y la inmortalidad.
Lo mejor de su obra son las novelas. En ‘amor y pedagogía’ comienza a ensayar su técnica novelesca: lo
que él llama “nivola”, que se caracteriza por: renunciar a cualquier preparación previa, suprimir las
descripciones, protagonista en su lucha existencial y el diálogo. Esta técnica, junto con la introducción del
monólogo interior la aplica en Niebla, La tía Tula, San Manuel, bueno, mártir… Los personajes son el alter
ego del autor. En ellos vierte sus inquietudes, angustias y problemas personales.