EPÍGRAFE 2. JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
Juan Ramón Jiménez nació en 1881 en Moguer (Huelva). La muerte de su padre le produjo fuertes
trastornos psíquicos. En Madrid mantiene estrechas relaciones con los escritores modernistas y comienza a
ser reconocido como gran poeta. Desde 1905 hasta 1911 está en Moguer y compone sucesivos libros de
poesía. De nuevo en Madrid, pasa a vivir en la Residencia de Estudiantes. Conoce a Zenobia Camprubí, con
quien se casa en Nueva York en 1916. De vuelta en España, prosigue de forma incansable con su labor
poética y es considerado guía y maestro por la mayoría de los jóvenes poetas de los años veinte. Lleva una
vida social apartada. Ello y el tipo de poesía que escribe, cada vez más intelectual, le labran fama de
escritor solitario y exquisito. Al comenzar la Guerra Civil, Juan Ramón y su mujer se marchan a los Estados
Unidos, desde donde van a Cuba. Acabada la guerra, permanece en el exilio hasta su muerte. En 1956
obtuvo el Premio Nobel de Literatura. Falleció en 1958.
La vida y obra de Juan Ramón Jiménez se inscriben en el marco de la Generación de 1914 o Novecentismo.
Por su amplia evolución estética constituye un verdadero enlace entre las generaciones procedentes,
simbolistas y modernistas, y los poetas del 27. Es uno de los grandes renovadores de la lírica del siglo XX.
Desde muy joven se dedica a la búsqueda incesante de la belleza y del conocimiento a través de la palabra.
A la consecución de este ideal se entregó con la máxima exigencia, rigor y pasión hasta culminar el
conjunto que él llamaba Mi Obra (sus escritos como un “todo” orientado hacia la perfección). La poesía era
lo único que podía dar sentido a la vida de Juan Ramón, ya que combatía su miedo a la muerte, con la idea
de crear belleza, ya que solo ella es imperecedera.
Su obra:
Concibe su creación poética como una parte de un único libro. Lo que va publicando son para él muestras
de su obra total. La necesidad de ofrecer una muestra del estado de la Obra llevó a Juan Ramón a realizar
antologías: Poesías escojidas, Segunda antolojía poética, y Tercera antolojía poética.
El escritor concibe su Obra como una unidad en la que se integran sus nuevos textos a la vez que se
encuentran en estado de corrección los anteriores, siempre a la búsqueda de la perfección.
a) La poesía en verso: pese a esa idea de unidad permanente y modificación de su obra, el propio
poeta establecía tres etapas en su producción: época sensitiva, época intelectual y época suficiente
o verdadera.
1. La época sensitiva (1896-1915): es considerada la etapa de modernismo más brillante y
esplendoroso. Así lo vemos en las siguientes obras:
En Nubes, su primer libro, evoca la infancia en soledad, la vida como algo doloroso, la obsesión por la
muerte y su pasión por la música y la pintura.
Ninfeas y Almas de violeta muestran un tono decadente y neorromántico. Rimas además de la huella
becqueriana, deja traslucir la influencia de los simbolistas franceses. Arias tristes y Jardines lejanos sitúan
la poesía de su autor en la órbita del Modernismo intimista y simbolista: soledad, paso del tiempo, la
muerte, recuerdos, jardines, paisajes otoñales, identificación del poeta con el paisaje…
Elejías, Las hojas verdes, Baladas de primavera, Pastorales, La soledad sonora, Poemas májicos y
dolientes… Reiteran todavía los motivos modernistas, en alguna de ellas se acentúa la ornamentación
modernista: adjetivación brillante, alejandrinos, etc. Otros elementos preludian una poesía más personal:
búsqueda de los cotidiano, vida sencilla, identificación con la naturaleza, ironía, sentimiento de ternura
hacia los niños, sentimiento hacia el dolor ajeno… Hay en buena parte de ellos un intento de superación
del Modernismo. Lo cual se confirma en Melancolía y Laberinto. Ambos muestran el camino metafísico que
sigue luego la poesía juanramoniana.
