TEMA 6. (EPÍGRAFE 2) LA TENDENCIA A LA DESHUMANIZACIÓN EN LA POESÍA DE LA GENERACIÓN DEL 27.
Poesía pura, vanguardista, neopopular, clasicista… Autores y obras más destacados
En los primeros años de la andadura poética de la Generación del 27 podemos observar su tendencia a la
deshumanización, heredera de las ideas recogidas por Ortega y Gasset en La deshumanización del arte y
ejemplificada en la poesía pura de Juan Ramón. A esto tenemos que añadir las Vanguardias y la tendencia
neopopular y clasicista de la poesía.
La poesía pura, como ideal poético de los años en que comienzan a escribir los poetas del 27, influye en
todos en alguna medida. Se comprueba en los versos de los jóvenes líricos el esfuerzo de depuración
formal, la supresión de la anécdota, la búsqueda de la precisión expresiva, la intelectualización. La
influencia del poeta francés Paul Valéry es muy importante, como lo es más Juan Ramón Jiménez.
Podemos destacar en esta corriente a: Jorge Guillén (Cántico, Clamor, Homenaje), el más fiel representante
dentro de los poetas del 27 del ideal de poesía pura.
También destaca Pedro Salinas. Una etapa inicial comprendería tres libros: Presagios, Seguro azar y Fábula
y signo. En esta época, Salinas cultiva una poesía en la línea juanramoniana.
La importancia de las vanguardias en la gestación de la lírica del 27 es decisiva. Algún poeta del grupo
comienza siendo ultraísta y creacionista. En mayor o menor medida, en todos se perciben las huellas del
Vanguardismo. La impronta surrealista se advierte de forma intensa en bastantes de ellos. Ecos futuristas
se observan también, los nuevos espectáculos deportivos dejan su sello en la literatura (poemas dedicados
al fútbol, coches, aviones)… El interés por el cine es importante entre estos jóvenes artistas. En general,
todo el talante del grupo en sus comienzos es típicamente vanguardista: cosmopolitas, joviales, bromistas,
provocadores. Una de las características básicas de esta poesía es el papel central de la metáfora y la
imagen, entendidas al modo ultraísta y creacionista.
La poesía vanguardista de la generación del 27 se caracteriza por: un arte autónomo, supresión de la
anécdota, aversión a lo sentimental y subjetivo, temas relacionados con los avances técnicos, la imagen y
la metáfora.
A la tendencia vanguardista pertenecen los siguientes autores y obras: Alberti con Cal y canto; el futurismo
se observa en Fábula y signo de Pedro Salinas; Gerardo Diego con Imagen o Limbo…
Hay un especial interés por lo popular, tanto por las formas como por los temas. El neopopularismo lo
vemos en el uso de algunos poetas del 27 de formas y ritmos (romances, canciones) propios del folclore y
de la poesía tradicional. También el Romancero viejo, los cancioneros tradicionales, los versos de Lope de
Vega…
Destacan Alberti con Marinero en tierra, Gerardo Diego con Soria, Dámaso Alonso con Poemillas de la
ciudad; Emilio Prados con Canciones del farero; Lorca con Poema del cante jondo y Romancero gitano.
Lorca mostró preferencia por los temas y formas populares de su Andalucía natal. Romancero gitano canta
a esta raza marginada y perseguida. Eleva el mundo de los gitanos a la altura de un mito moderno, seres al
margen de un mundo convencional y hostil, marcados por la frustración o abocados a la muerte. Lorca
proyecta sobre estos personajes sus propias obsesiones. El lenguaje alcanza cotas elevadísimas, se vuelve a
fusionar lo culto y el vanguardismo con lo popular.
Poesía clasicista: los poetas del 27 declaran su admiración por los poetas clásicos españoles, por los que
sienten auténtica devoción. Destaca el interés por Garcilaso de la Vega, fray Luis de León, San Juan,
Cervantes, Quevedo, Lope de Vega y sobre todo, Góngora.
El poeta que, sin duda, suscita mayor fervor es Luis de Góngora. Los poetas del 27 ven en Góngora un
precedente del vanguardismo, en el que cobra especial relevancia la imaginación, el ingenio y la metáfora.
Del siglo XIX reciben influencia de Bécquer.