AUSTRIAS MAYORES: POLÍTICA EXTERIOR
INTRODUCCIÓN
Durante el XVI y hasta mediados del XVII, los reinos que constituían la Monarquía hispánica, dirigidos por
Castilla, desempeñaron un papel de primera potencia mundial. Durante el siglo XVI, con los Austrias
Mayores, Carlos I (1516-1556) y Felipe II (1556-1598), el prestigio político y la potencia de la Monarquía
se hallan en su punto culminante. Fue una etapa de gran expansión del imperio, aunque gobernar un
territorio tan extenso causó constantes problemas y guerras. Al mismo tiempo, la creciente difusión del
protestantismo en los estados alemanes desafió al catolicismo, provocando conflictos religiosos
Los reinados de Carlos V y Felipe II centrarán sus energías en mantener la hegemonía de los Austrias en
Europa y el papel de defensa del catolicismo. De América, además, llegó la plata, recurso esencial sin el
cual no se hubieran podido sostener las guerras europeas.
DESARROLLO
1. EL IMPERIO UNIVERSAL DE CARLOS V Y LA MONARQUÍA HISPÁNICA DE FELIPE II
Al morir Isabel I en 1504, su hija Juana fue proclamada reina de Castilla mientras que en Aragón siguió
gobernando Fernando el Católico. Pero en 1506, murió Felipe I, el esposo de la reina. Alejagando su
incapacidad para reinar, su padre, Fernando, asumió la regencia de Castilla hasta su muerte en el año
1517. Fue entonces cuando Carlos, primogénito de Juana y Felipe, fue proclamado rey.
La herencia de Carlos. Por parte materna: lo reinos de Castilla y Aragón, los territorios del sur de Italia
(Cerdeña, Nápoles y Sicilia), las posesiones fuera de la Península (islas Canarias, plazas africanas y
territorios americanos). Por parte paterna: Estados de la casa de Austria y derechos al trono imperial
alemán, Austria, Países Bajos, ducado de Luxemburgo, Franco Condado y derechos sobre el Milanesado.
Con la llegada al trono de Carlos I, los reinos hispánicos pasaba a manos de la casa de Austria o de
Habsburgo, que reinará en ellos durante dos siglos.
En 1519, tras la muerte de su abuelo, el emperador alemán Maximiliano I, Carlos es elegido emperador
del Sacro Imperio Romano Germánico (Carlos V). La Corona imperial de Alemania era electiva, pero, por
tradición, solía recaer en la dinastía austriaca de los Habsburgo, previa compra de las voluntades de los
electores. Carlos contó para ello con la ayuda de los Fugger, poderosa familia de banqueros alemanes.
Carlos I heredó el título de emperador cuando acababa de producirse la rebelión política y religiosa de
los protestantes en Europa central, Francia aspiraba al dominio de Italia y en el Mediterráneo aparecía
cada vez más amenazadoramente la expansión del imperio otomano. Carlos I entendió que tenía la
misión histórica de mantener una monarquía cristiana y universal dirigida espiritualmente por el Papa y
políticamente por él. Los objetivos de su política exterior fueron la defensa de la cristiandad contra los
turcos, la defensa del catolicismo en toda Europa frente a la Reforma protestante y el afianzamiento de
su predominio en Italia. La cuestión de Italia fue la causa de una gran rivalidad con Francia, que duró
todo el reinado.
Para defender su idea de imperio cristiano unitario y su hegemonía, el emperador se vio envuelto en
continuas guerras que lo mantuvieron fuera de los territorios hispánicos durante prácticamente todo su
reinado. Isabel de Portugal será la gobernadora de los territorios hispánicos durante las campañas
militares.
Felipe II (1556-1598) fue el sucesor Carlos I y heredó la parte no alemana del imperio de su padre:
Castilla, Aragón, Países Bajos, Luxemburgo, Franco Condado, Milán, Nápoles, Sicilia, Cerdeña y los
territorios americanos. A ellos añadió las Islas Filipinas y, más tarde, Portugal y sus posesiones
coloniales. Aunque no recibió el título de emperador, fue rey de un inmenso imperio y de la primera
potencia de Europa. A finales del siglo XVI, el Imperio hispánico en Europa y América alcanzó su máxima
extensión.
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, Asegurar su posición como gran potencia europea y defender el catolicismo mantuvieron a la corona en
una lucha constante contra diversos enemigos, y acabaron extenuando a la monarquía y propiciando su
empobrecimiento.
La política exterior de Felipe II siguió, en parte, los objetivos trazados por su padre, pero la pérdida de
los territorios alemanes y la paz firmada con Francia en 1559 desplazaron hacia el sur, al Mediterráneo,
el foco de atención. Al mismo tiempo, la rebelión en los Países Bajos crea un nuevo foco de conflicto en
el Atlántico, en el que contará con un nuevo enemigo, Inglaterra, y un nuevo aliado, Portugal.
2. La política interior
2.1. Carlos I
En 1516 Carlos I (1500-1558) fue proclamado rey de Castilla y un año después llegó a la península
procedente de los Países Bajos.
Es cierto que su legado era un conjunto heterogéneo de territorios que solamente tenían en
común a su monarca y que se hallaban dispersos por el mapa europeo y extraeuropeo. Pero dichos
elementos de desunión se contrarrestaron con una política integradora que tenía dos objetivos
principales: el mantenimiento de la unidad religiosa en torno al catolicismo y la idea de una monarquía
universal, una idea heredada de la Edad Media.
Carlos I llegó rodeado de un grupo de consejeros extranjeros, principalmente flamencos. Ello
dificultó su aceptación por las Cortes castellanas, donde además se suscitaron problemas de legitimidad
al vivir todavía su madre, y lo mismo ocurrió en la Corona de Aragón. Solventó estas dificultades gracias
a la concesión de numerosas prebendas1 y recompensas.
Mientras el monarca se ocupaba de consolidar su gobierno en la península, murió su abuelo
Maximiliano de Austria (1519), dejándole abierta la candidatura al título de emperador.
Inmediatamente marchó a Aquisgrán para ser coronado como Carlos V. En estos momentos el rey
valoraba más sus posesiones flamencas y alemanas que las hispanas. Mientras estaba en Alemania
tuvieron lugar dos graves acontecimientos en España:
En Castilla se extendió el malestar porque este reino pagaba la elección de Carlos como
emperador. Además, se sumó la oposición al nombramiento de extranjeros para los altos cargos de
Castilla. Las fricciones del monarca con las Cortes y el malestar por el aumento de la presión fiscal
provocaron la revuelta de las Comunidades (1520). Se llamó así porque la protagonizaron las ciudades
castellanas (comunidades de villa y tierra) que se negaron en Cortes a pagar más impuestos. La revuelta
tuvo un carácter político. Se extendió por gran parte de Castilla, favorecida por el vacío de poder por la
ausencia del rey. El cariz social y antiseñorial que fue adquiriendo la revuelta impulsó a la nobleza a
apoyar al emperador; sus tropas y las del emperador derrotaron a los sublevados en Villalar (1521). Se
restableció la autoridad imperial, que ya no volvió a ser cuestionada en Castilla.
Casi a la vez se produjo en Valencia y Mallorca la revuelta de las Germanías (1519-1522). Se inició
en 1520, al aprovechar los gremios de Valencia el vacío de poder dejado por la huida de las autoridades
de la ciudad a causa de la peste. Fue una pugna entre la burguesía media urbana (artesanos) y la
nobleza por el control de las ciudades de realengo 2, pero también fue una lucha entre campesinos y
señores en el mundo rural. Además, se añadió pronto la guerra religiosa con matanzas de moriscos 3, a
los que los agermanados acusaban de colaborar con los nobles. En 1522, los nobles, con apoyo de
1 Prebendas: renta o beneficio que se da a una entidad, normalmente, religiosa.
2 Realengo: posesiones dominadas directamente por el rey y no por ningún señor feudal.
3 Moriscos: población musulmana de España que se había convertido al cristianismo para
permanecer en el país, pero que en realidad mantenían su religión y costumbres.
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