EL TEATRO ANTERIOR A 1939. TENDENCIAS, AUTORES Y
OBRAS PRINCIPALES
El teatro anterior a 1939 surge en un contexto histórico y social convulso. Fin de la Primera Guerra
Mundial y la Revolución Rusa, en pleno ascenso de fascismo alemán e italiano, que llevaron a la Segunda
Guerra Mundial. En España, tras la votada República en 1931 se alzó el ejército en 1936. En 1939 se impuso la
dictadura.
El teatro es necesario llevarlo al escenario, y en este contexto histórico estaba muy condicionado. Los
dueños de las salas buscaban el lucro, y sus clientes eran aristócratas y la burguesía, no había un espacio
abierto para la crítica ni la experimentación.
El teatro del siglo XX empieza con los intentos de un nuevo Realismo de Galdós, que consiguió
estrenar 21 obras, destacan Electra, El abuelo o Casandra, que se acercaron a la renovación de Ibsen. Joaquín
Dicenta abrió el camino del drama social con Juan José, después de seguir la línea de Echegaray.
El teatro que triunfa en este siglo fue el que se estrenó en las salas. Benavente fue un Premio Nobel
con su comedia burguesa, el público burgués recibió bien sus “comedias de salón”. Su primera obra ( Nido
ajeno), fue un fracaso, por la crítica mordaz y la ironía hacia la aristocracia. Benavente cambió su estrategia
sacrificando algunas características, alcanzando el triunfo con Los intereses creados y La malquerida. También
triunfó el teatro poético, era antirrealista y con estética modernista, engloba el teatro histórico y el drama
rural en verso. Con autores como Eduardo Marquina (Las hijas del Cid) o los hermanos Machado (La Lola se va
a los puertos). Además, destacó el teatro popular, un punto intermedio entre la comedia de costumbre y el
teatro poético, se desarrollaron el teatro musical (zarzuelas) y el “género chico” (La verbena de la Paloma).
Por otra parte estaba el teatro innovador, no fue casi representado. Surgió en la búsqueda de
renovación teatral y de llevar el siglo de Oro y el teatro clásico al pueblo (“La Barraca”, “El caracol” y “Las
misiones pedagógicas”), destacan dos momentos: durante la Generación del 98 y durante la Generación
del 27.
Unamuno trasladó la muerte y la angustia existencial de su literatura al teatro (Fedra, El otro). Azorín
renovó el teatro, creando el teatro antirrealista (Old spain, Brandy mucho brandy). Valle-Inclán consiguió
una renovación técnica, formal y temática, inventó una nueva dramaturgia y una forma diferente de
utilizar el espacio escénico. Se adelantó al teatro de vanguardia, épico o del absurdo. Tuvo tres etapas:
mítica, farsa y esperpento. La primera se separa del realismo y representa una Galicia profunda (Comedias
bárbaras). La segunda utiliza elementos grotescos y guiñolizados para la crítica social (Farsa y licencia de la
reina castiza). La última etapa está representada con Luces de bohemia, con un protagonista decadente
dando un paseo por Madrid en los años 20 hasta su muerte. Valle-Inclán consigue una nueva forma
literaria caracterizada por lo grotesco como expresión, la deformación sistemática de la realidad, su tono
de burla y caricaturesco, y el empleo de recursos múltiples para conseguir contrastes violentos.
El representante del teatro de la Generación del 27 es Federico García Lorca, quien consiguió llegar a
la cumbre de la dramática española moderna a través de un teatro claro, desnudo y directo. El conflicto de
la mayoría de sus obras oscila entre el amor frustrado o imposible, entre la realidad y el deseo o la libertad
versus la autoridad. Los personajes femeninos son el centro de su dramaturgia, y además está inspirada en
el pueblo español y las costumbres de su época. El lirismo también es un componente básico en sus obras
en verso y en prosa. Tiene cuatro etapas: juventud, farsa lorquiana, vanguardista y sus dramas rurales.
Obras respectivas a estas etapas son El maleficio de la mariposa, Tragicomedia de don Cristobal, Así que pasen 5
años y Bodas de Sangre. En su primera etapa utiliza un romanticismo atenuado y el simbolismo; en la
segunda intenta transparentar la dimensión trágica y la magnitud humana de sus personajes; su tercera
etapa trata de experimentos surrealistas; y finalmente sus tragedias de ambiente rural, además del