TEMA 3. COSMOGONÍA Y DIVINIDADES PRIMORDIALES
La teogonía es el medio por el cual nos acercamos al contexto mitológico de la creación del
universo, y como ha ido evolucionando el mundo hasta el actual. Existen muchas conexiones
con las culturas indoeuropeas y las mediterráneas. A través de esto los hombres se forman una
imagen y concepto del mundo que llevan a los relatos explicativos. La teogonía de Hesíodo es
uno de los relatos míticos más conocidos de la mitografía griega, es el más aceptado y el mejor
para nuestro estudio y conocimiento. Recoge una información transmitida de forma oral y en
el que se mezclan elementos propios griegos especialmente antropomórficos y las culturas
orientales, que se estaban desarrollando en ese momento. El relato de Hesíodo es complejo y
muy completo. Vamos a considerar 2 ayudas a su texto, o dos relatos, las metamorfosis de
Ovidio y las aeronáuticas de Apolonio de Rodas.
DESCENDENCIA DEL CAOS
La teogonía de Hesíodo comienza con el caos, “antes de todas las cosas fue el caos y después
Gea”, y después de Gea, Eros (la fuerza más importante es el amor). De caos nacieron Nix,
Érebo, que tuvieron a Éter y Hémero. Para los filósofos estoicos el caos tiene una forma líquida
que se vierte en moldes que dan forma a todas las cosas del mundo, pero hay que entenderlo
como una divinidad ancestral y atemporal, anterior a todo y eterno, infinito, y como origen de
todo.
Siguiendo el relato, del caos surge la tierra, Gea, que no se crea ni
engendra, es el sustrato sobre el que se asientan todos los inmortales
habitantes del olimpo. Gea entregando a Atenea Erictonio, en vasija
griega de figuras rojas hacia el 470 a.C. en el
museo arqueológico de Munich. Erictonio
es el primer rey de Atenas, criado en la
acrópolis por atenea, e hijo de Gea y Hefesto
(tierra y la fragua). Hay otra representación
de ella en el altar de Zeus de Pérgamo, que representa la
Titanomaquia. En estas representaciones, el sentido narrativo
del mito está vigente pues se realizaron en el mundo antiguo.
Encontramos la fuente de Gaia en la plaza del campo en
Siena, fechada en 1410, quatroccento del renacimiento, hecha
por Jacoppo della Quercia. La representación es la de una
matrona o matriarca romana que lleva la serpiente, lo que la
identifica como Gea, ya que es un animal que nunca se separa
de la tierra.
Vemos una variante en otras representaciones, ya que la versión
de Gea en el mundo romano es Tellus. Tellus aparece
representada como una matrona junto a sus 4 hijos, que en Roma
son las 4 estaciones. Mosaico 250 d.C. de la glitoteca de Munich
, Otra de las representaciones de gea la vemos en el ara pacis
augustae, como matrona romana y rodeada de símbolos de
abundancia (animales y alimentos). Esta cultura visual trasciende
el hecho mitológico para configurar otro tipo de imágenes
codificadas.
Este mismo modelo se utiliza en la caridad de Sevilla como figura
alegórica, no es una figura mitológica, pero sí que refleja la trascendencia.
Gea se representa como madre tierra en las catacumbas de la vía
latina en roma en el siglo IV d.C. Se recicla la imagen dentro del
contexto, no solo cultural, sino cultual (de culto). Aparece con la
cornucopia, el cuerno de la abundancia, y se representa como
alegoría de la fecundidad.
Después de gea viene el tártaro, no solo es un lugar metafísico o físico, sino que también es
una divinidad, en estos momentos ancestrales se dan con mucha frecuencia la personificación
de elementos del mundo físico, como el infierno (lugar y divinidad). El tártaro es la divinidad de
la parte más profunda de la tierra, por debajo del infierno. Hesíodo dice “si cayese del cielo un
yunque de bronce, tardaría 9 días en caer desde lo alto del cielo a la tierra y otros 9 de la tierra
al tártaro, es un lugar oscurecido por 3 capas de noche, es frío, oscuro, profundo y estéril, aquí
si hay un lugar de tormento, prisión, está rodeado por una muralla de bronce y se encuentran
encerrados los titanes por Zeus.”
De gea y el tártaro, pasamos a Eros, que es, entre los dioses generados
por el caos, el más importante. Es el dios del amor primordial, de la
atracción sexual, es la fuerza más importante que existe, no se puede
doblegar ni vencer. Hesíodo nos cuenta que “es el más hermoso entre
los dioses importantes”, es capaz de influir sobre la voluntad de los
dioses y los mortales. En otras versiones, en otros textos, se nos
presenta como el fruto de la unión de Afrodita y Ares, también existe la
versión de que nace de un huevo que había puesto la divinidad de la noche, Nix. En cualquier
caso, vamos a referirnos a él a propósito de afrodita, pu es aparece relacionado con ella.
Cerámica de figuras rojas del 450 a.C. del museo de parís.
Del caos también surgen Erebo (tinieblas) y Nicté o Nix (noche),
hermanos que engendran a Éter (atmósfera superior) y Hémera (día
como la luz). Físicamente localizan de superior a inferior a Éter, el aire, la
superficie de la tierra, el hades y el tártaro, estos 2 componen el
inframundo. Cerámica de figuras negras del museo metropolitano de
nueva york de Helios, Eos (aurora) y Nix.
El Éter para los griegos es un líquido azul que le da el color al cielo.
Erebo se identifica con las tinieblas, el abismo negro en
, los confines del mundo, es la sombra en el fondo de las cuevas, el hermano de la noche.
Hémera es la diosa de la luz del día, y podemos encontrarla en la pintura de 1851 de una
colección particular de parís realizada por William Adolf Bouguereau. No tiene ninguna
intención de representar el mundo clásico, sino al propio modelo.
En el siglo X, en un salterio (libro de oraciones), aparece una miniatura de Nicté o Nix junto
al dios cristiano.
En el siglo XIX vemos una representación de Nicté de Jean León Gerón en París, en el museo
de Orsay, y otra versión de Bouguerau (la que observamos en la imagen de la derecha), como
representación de una divinidad de gran poder. Vemos a nix también en la
pintura de Henri Fautin Latoux en el museo de Orsay de 1897.
DESCENDENCIA DE LA NOCHE
Por otro lado, Moro, primer hijo de la noche, es el destino oscuro, y sus ministras son las
moiras o las parcas. Estas parcas son las que se encargan de cumplir con el designio de cada
uno, que Moro ya tiene escrito. Zeus consigue que el caos se materialice en el mundo para
destruir el destino, ya que moro escribía el destino de mortales y también de dioses.
El segundo de los hijos de la noche es Tánatos, la muerte, que suele ir
acompañado de Hipnos, el sueño. Para los griegos, el sueño y la muerte van
juntos. La actuación de Tánatos es rápidas y suave, cumpliendo el destino de
las moiras para los mortales. Es representado como un niño que porta una
antorcha que se le apaga o se le cae. También se ve como un joven o una
mujer adulta en la pintura de 1899 de Jacek Maleczewski en el museo de Lodz.
Otra representación es la del museo de moldes de yeso en berlín, hecha por
Johan Godfrick Shadow.
Una de las representaciones de Hipnos, su hermano gemelo, es un busto de piedra, una copia
romana en el museo del prado de Madrid. Hipnos intenta imitar a su hermano durante la
noche, pero solo consigue anular a los humanos, no matarlos. Vive en una cueva muy profunda
donde no brilla el sol, y en cuya entrada florecen las adormideras. En una ocasión Hera le
ofrece la mano de Pasitea, una de las 3 gracias, si le ayudaba a dejar dormido a Zeus, pero el
dios se despertó muy enfadado y quiso echarlo del olimpo. Sin embargo, Nicté intervino.
Crátera átira de figuras rojas del 560 a.C. como
representación del entierro de Sarpedón, se atribuye a
Eufrónimo, mientras que el alfarero sería Eusitéos, en el
museo metropolitano de nueva york. Era hijo de Zeus, y este
le había concedido una vida que duraría 3 generaciones, que
finaliza a manos de Patroclo, amigo de Aquiles.
Cuando Sarpedón cae en la guerra de Troya, pidió que apolo purificara su
sangre en un río y que embadurnara su cuerpo en ambrosía y que fuera