HISTORIA
ANTIGUA
UNIVERSAL
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, 1. Nociones y método.
La Historia tanto lo que ha sucedido y el conocimiento de lo que ha sucedido,
palabra que procede del griego storya y esta del verbo orao (ver), por lo que la historia
es una actividad que ha sido vista. La Historia se hace cada día, con una serie de
fenómenos que tienen lugar cada día, sin embargo, para que algo sea un hecho histórico
ha de tener una huella, así como tener una connotación en la sociedad, en el paisaje o
deje algo documentado. La Historia no es una ciencia del pasado, ya que los hechos
históricos tienen lugar en el presente y están pasando. Además, los hechos sepultados
en el pasado también están sujetos a la interpretación que se le da en el presente, por
lo que puede cambiar.
En este sentido, aparece una pregunta, y es cómo debe ser el conocimiento, el
cual debe ser científico. Sin embargo, esta ciencia se explica mediante un relato, por lo
que está escrita como un cuento, no siendo necesario la repetición de los hechos
históricos. Así, se crea un relato histórico.
Es debido a la interpretación histórica del presente que no existe una disciplina
que sea únicamente del pasado, ya que la Historia está continuamente sujeta a la
revisión y a la reinterpretación, atendiendo a valoraciones y cánones del presente.
Tradicionalmente, la Historia se entiende de dos formas, una primera cíclica en
la que los sucesos se repiten y una y otra vez de una forma análoga y similar a como lo
había hecho antes. La otra concepción es la Historia como una línea, en la que los
sucesos se van sucediendo uno tras otro, creyendo que se evoluciona a un futuro o
presente mejor que el pasado.
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, 2. Los orígenes de la civilización sumeria
2.1. Los orígenes de la civilización sumeria
A partir del 3750 a. C. comienza el período de Uruk que sustituye al de El Obeid.
Se desatan una serie de cambios demográficos, técnicos, culturales que culminan en los
principados históricos de Sumer y Acad.
El fenómeno de la urbanización se acelera, es el fenómeno histórico más
importante del IV milenio. El número de aglomeraciones en los alrededores de URUK
crece y en poco tiempo la población se multiplica. La población crece debido a que se
parte de asentamientos ya antiguos en condiciones físicas favorables, además se tiene
que estar produciendo un progresivo asentamiento de tribus nómadas o seminómadas,
más el hecho de que habría continuos aportes nuevos de población emigrante venida
del norte, atraída por las ventajas de la agricultura irrigada.
Nuevos asentamientos a lo largo del Éufrates y nuevas aldeas en torno a las
grandes villas de El Obeid, que se convertirán en centro de intercambio económico y de
culto. Sin embargo, a finales del IV milenio hay un período seco del clima, lo que impone
la necesidad de hacer grandes obras hidráulicas.
A comienzos del Dinástico Arcaico, hacia el 2900 a.C., Ur cuenta con cincuenta
hectáreas, URUK cuatrocientas y LAGASH quinientas. Se calcula que albergaron
poblaciones entre 10.000 y 50.000 habitantes. Se construyeron grandes canales y obras
colectivas para favorecer la irrigación, lo cual redundaría en una mayor autoridad y
responsabilidad por parte de los sumos sacerdotes, que ya eran los tradicionales señores
de la ciudad. Las ciudades se amurallas, los jefes religiosos se transforman también en
jefes militares. Este parece ser el origen de los Sumer y Acad: territorio jerarquizado,
ciudades fortificadas, soberanos vicarios de los dioses, sacerdotes, escribas, arquitectos,
mercaderes, obreros, soldados, campesinos.
Se suele dividir esta fase arcaica de la cultura mesopotámica en dos períodos:
URUK (3750-3150 a. C.) y el JEMDET NASR (3150-2900). Sin embargo, no parece haber
cesura entre los dos períodos, de manera que tampoco hay ninguna ruptura entre la
cultura de EL OBEID con la de URUK. Vemos claramente un largo período de continuidad.
Los templos de UR, ERIDU, URUK y NIPPUR se construyen sobre los antiguos y nada invita
a pensar en una transición violenta.
2.2. El período dinástico arcaico
Tenemos dos categorías de documentos (procedentes Nippur, Urk, Kish, Adab):
inscripciones reales y archivos.
Hay consenso en admitir que la cultura sumeria es una prolongación de la cultura
Uruk-Jemdet Nasr. Pero en el sur del país hace su aparición el ladrillo y desparece la
planta tripartita clásica del templo para ser sustituida por complejos edificios para
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, santuarios, con patio central, y rodeados por numerosas habitaciones. Ello se debe sin
duda con el papel administrativo del templo.
También se aprecian santuarios rodeados por un recinto oval, como los templos
de Khafaje y los de El Obeid y Lagash, tipología que desaparece al final del Dinástico
Arcaico. La escultura está representada por figuras de adorantes, alineadas sobre
bancos de arcilla que rodean la cella. Con melena y barba o con el cráneo afeitado. Los
hombres con una falda de lana, las mujeres con una especie de sari, con las manos
unidas en el pecho.
Suponemos que el país estaba dividido en principados, cada uno con su propia
capital, de ahí la denominación de ciudades-estado con que a veces se denominan.
Serían territorios jerarquizados y complejos. Sabemos que el “principado” de Lagash
tenía en época acadia diecisiete localidades principales y ocho centros administrativos.
La unidad básica socio-económica parece haber sido la comunidad de aldea,
formada por familias de tipo nuclear o extenso. Cada ciudad tiene su templo y no parece
que hubiera unidad religiosa. Había un dios principal, los de la familia y las restantes
divinidades menores.
El soberano se llamaba en o lugal, también ensi. El soberano gobierna en tanto
que representante de la divinidad y ejecutor de sus designios. El en, sacerdote-rey, vive
en el templo. El lugal o ensi parece haber morado en un palacio (é-gal, gran casa).
Conocemos parcialmente el palacio de Eridu, más los de Mari y Kish (estos
últimos son semitas). La semejanza entre los tres complejos es innegable. El papel que
desempeña el soberano es importante, de ahí la suntuosidad de las tumbas reales, al
menos por lo que sabemos del cementerio real de Ur, hallado en 1921, datado en el
Dinástico Arcaico II (ca. 2600 a. C.). Se compone de diecisiete sepulturas muy ricas, rico
mobiliario funerario, tumbas abovedadas, construidas en piedra o ladrillo, a las que se
accedía por un plano inclinado.
Entre las piezas más notables se encuentran vasos y copas de oro y plata, así
como puñales de oro con mango de plata y lapislázuli. Entre las piezas más importantes
sobresalen liras con cabeza de toro hecha en metales preciosos. Hay una escultura de
madera forrada en oro y lapislázuli. El llamado “Estandarte de Ur” (un bajorrelieve).
Además, destaca como una diadema de hojas de oro y pendientes de oro, lapis
y cornalina perteneciente a la reina Pû-abi. En el cementerio real de Ur se mencionan
los reyes Meskalamdug y Akalamdug, dos de los pocos nombres que conocemos para
esta época.
Es difícil establecer algo parecido a un desarrollo histórico. Las fuentes son
escasas y la llamada Lista real sumeria no permite esbozar la historia política.
Un papel relevante tuvo Kish, era primordial apoderarse de ella dada su posición
al controlar las vías comerciales entre la Baja y la Alta Mesopotamia. Lugal de Kish era
sinónimo de rey de Sumer y Acad, como ocurrirá más tarde en Ur III. Otro polo de
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