LECCIÓN 5. LAS FORMAS DEL RELIEVE TERRESTRE
1. Definiciones
Al comenzar esta lección debemos aclarar una serie de términos y conceptos.
Cuando hablemos de estructura, nos estaremos refiriendo a la arquitectura terrestre, a la
naturaleza y la disposición de las rocas que es determinada por las fuerzas tectónicas, las
fuerzas del interior de la Tierra que se manifiestan de diversas maneras en la superficie.
El modelado es la acción de dar forma a esta disposición estructural por la erosión y los
agentes erosivos. Para que haya erosión tiene que haber una preparación previa del
material: la meteorización o disgregación de materiales. La meteorización puede ser una
fragmentación por procesos mecánicos (tensiones mecánicas derivadas de los cambios
térmicos e hídricos de una roca –termoclastia, crioclastia, hidroclastia–) o por procesos
químicos (disolución, oxidación, hidratación). La erosión es el proceso de destrucción y
construcción de formas de relieve en la superficie terrestre, y los agentes erosivos son los
encargados de llevar a cabo la erosión (lluvia, viento, hielo, río…). Por tanto, las
condiciones climáticas de un lugar determinan en gran medida la acción de los agentes
erosivos. El relieve son las formas superficiales, las desigualdades de la superficie
terrestre, resultado de la impronta de un determinado modelado sobre una estructura
concreta. Ejemplos de forma de relieve son las montañas (formas con grandes
desigualdades de altitud y pendientes fuertes en sus laderas), la meseta (superficie
prácticamente plana pero a cierta altura sobre el nivel del mar), la llanura (forma
topográfica plana a escasa altura o al nivel del mar), el valle (hendidura del terreno en
forma de “v” que consta de dos paredes o vertientes). Evidentemente, en esta lección nos
interesa conocer las formas superficiales, lo que apreciamos en el paisaje, aunque haya
que tener en cuenta también lo que ocurre por debajo de la superficie. La disciplina que
se ocupa de estudiar la génesis y la evolución de las formas de relieve se denomina
Geomorfología. Porque la acción de esos procesos que dan lugar al relieve, no es
constante en el tiempo y varía según diversos factores: por ejemplo, podemos ver hoy
formas de relieve “heredadas” de circunstancias climáticas y geológicas muy distintas a
las de hoy. Además, el relieve no es algo estático, es dinámico, evoluciona, aunque no
podamos captarlo a simple vista.
2. La estructura de la Tierra
Vamos a recordar brevemente cómo es la Tierra en su interior (cómo es su
estructura, no confundamos esta acepción de estructura con la que veíamos antes): Del
interior al exterior distinguimos:
* núcleo central, a partir de los 3.000 Km de profundidad. Se cree que está
compuesto de aleaciones de hierro y níquel (NIFE).
* manto, entre los 30 y los 3.000 Km de profundidad. Parte del manto superior
está en estado semiviscoso y se le llama astenosfera. Sobre ella descansa el conjunto que
forman la corteza y la parte superior del manto, lo que se denomina litosfera (unos 80-
100 Km de grosor).
* corteza, la capa que más nos interesa. Es muy fina en comparación con las otras
y se divide en corteza de los fondos oceánicos, formada por rocas volcánicas, y corteza
continental, formada por rocas cristalinas, más ligeras (la más abundante, el granito).
Está recubierta en ocasiones por una fina cobertera, de rocas sedimentarias.
, La litosfera está fragmentada en grandes placas, (VER LECCIÓN 3), que se
mueven horizontalmente, se aproximan o se separan. En las áreas de contacto se forman
grandes estructuras (cordilleras) y son zonas de inestabilidad tectónica (sísmicas). Los
períodos geológicos de formación de grandes cordilleras se llaman orogenias. La más
antigua es la herciniana y la más reciente la alpina. De manera ilustrativa, éste es un
esquema de las eras geológicas y de las distintas orogenias: