Tema 11: La dictadura franquista en el País Vasco (1939-1975)
Debido a la caída del “Cinturón de Hierro” en Bilbao el 19 de junio de 1937, se proclamó, en
la práctica, el fin de la guerra, aunque, en la realidad, dicha guerra prosiguió hasta la firma
del Pacto de Santoña el 24 de agosto de 1937. A partir de ese momento se crearon dos
bandos; el de los “vencedores” que engloba a carlistas, conservadores, falangistas,
franquistas, etc. Por otra parte se encontraba el grupo de los “vencidos” que engloba a
nacionalistas vascos, izquierdistas, republicanos, etc.
Las consecuencias fundamentales del fin de la guerra en Euskadi fueron los siguientes;
procesos a los detenidos, fusilamientos, encarcelamientos, exilios y confiscaciones de bienes.
Una vez finalizada la guerra, los partidos políticos y los sindicatos fueron prohibidos y sus
actividades perseguidas. El lehendakari Aguirre tuvo que exiliarse a Francia desde donde
mantuvo su relación con el interior y, gracias a ello, fue posible la creación de una Junta de
Resistencia y un Consejo Delegado del Gobierno Vasco.
Tras la victoria del bando sublevado en la guerra civil, comienza un periodo de dictadura
franquista que se divide en dos etapas; la primera de ellas conocida como primer franquismo
(1939-1959) y el segundo franquismo (1959-1975).
Durante el primer franquismo, estos años de posguerra fueron económicamente muy duros
debido tanto a la situación tras la guerra civil como por la política de autarquía. La economía
vasca quedó devastada y la oposición al franquismo fue débil.
En cuanto a la etapa del segundo franquismo, a nivel económico surgió un giro aperturista
propiciado por los tecnócratas, es decir, aquellas personas que eran de corte militar y pasan a
ser de corte intelectual abandonan la política de autarquía. Por ello, se inicia la época del
“desarrollismo” que, junto a resultados económicos muy positivos, trae consigo también
algunas consecuencias negativas como la urbanización masiva y caótica.
En cuanto a la oposición al régimen, éste se forma en torno a los siguientes puntos; relevo
generacional (jóvenes), aumento de las huelgas por parte del movimiento obrero y en ciertos
medios de comunicación.
En cuanto a la Iglesia en el País Vasco, a partir de los años 60, adquiere una postura militante
y nacionalista. Este hecho se puede ver reflejado en el escrito de 339 sacerdotes en el que se
denuncia la política del régimen en contra de las libertades humanas, democráticas y vascas.