Apuntes - La Deontología
Conceptos de ética y moral
La ética y la moral son dos conceptos que se relacionan en muchas ocasiones,
pero que son diferentes, no siendo sinónimos, a pesar de que en la vida cotidiana
se utilicen indistintamente.
La ética es una rama de la filosofía la cual se centra en estudiar los términos del
bien y del mal. No se enmarca dentro de ninguna cultura específica, sino que
pretende diferenciar aquello que está bien de lo que está mal de manera personal.
En cambio, la moral engloba aquellas normas que establece una sociedad
determinada y que afectan al comportamiento de los miembros que la conforman.
Estos valores están relacionados con el contexto social, el contexto religioso y las
tradiciones de los individuos que pertenecen a esa sociedad.
Por tanto, la moral está relacionada con los valores y comportamientos más
adecuados dentro de un contexto o sociedad determinada, siendo pues la puesta
en práctica de estos conceptos, a fin de que una sociedad esté regulada de forma
equilibrada. Por otro lado, la ética define los comportamientos correctos o no
basándose en principios generales, absteniéndose en determinar éstos con
respecto a una sociedad concreta.
En cuanto a la moral, podemos distinguir entre la moral como estructura (la cual se
mantiene siempre, pues siempre habrán cosas en una sociedad que estén bien y
que estén mal, y que pueden llegar a ser conocidas por el hombre) y la moral
como contenido (la cual cambia en función del contexto histórico, el contexto
religioso, la evolución de las sociedades, etcétera).
Por otro lado, en cuanto a la ética, podemos distinguir entre una ética profesional y
una deontología profesional.
1
, La deontología
La deontología (concepto acuñado en el año 1832 por Jeremías Bentham en su
obra póstuma Deontología o Ciencia de la Moral) es el conjunto de principios y
normas éticas que han de inspirar y guiar la conducta profesional (ésto proviene
de su propio significado en griego, “ciencia del deber”). Podríamos señalar, por
tanto, que la deontología no engloba solamente aquello que se debe hacer, sino
también aquello que se puede hacer legalmente, es decir, los criterios que marca
una profesión.
Dentro de la deontología, una de las tareas fundamentales que tiene un código
deontológico es la de controlar una determinada profesión, cuyo principal fin es
que todo profesional esté sometido a una serie de controles sociales más o menos
rigurosos los cuales le exijan una serie de responsabilidades en el desempeño de
sus actos. Esto sugiere que una de las intenciones de la redacción de los códigos
deontológicos es desarrollar la dimensión estrictamente moral de una profesión,
estableciendo así aquellos comportamientos exigibles a un profesional, aunque
éstos no estén delimitados jurídicamente.
En relación a ésto, y según Bentham, la deontología se desarrolla
fundamentalmente en el ámbito de la moral, es decir, todas aquellas conductas del
hombre que no están sujetas al control de la legislación pública. En este sentido,
hay que tener en cuenta que las profesiones obtienen su legitimidad social en
virtud del servicio que prestan a la sociedad, por lo que tienen que tener siempre
una función social. Si se olvida la misión de servicio público, entonces cesa la
legitimidad de una determinada profesión, siendo este el motivo por el que hay
muchas acciones de servicio con una función social clara, pero que no tienen una
deontología, como por ejemplo es el caso de los maestros, los políticos o los
curas.
En consecuencia, todo profesional está y debe de estar sometido a controles
sociales más o menos rigurosos que permitan exigirle responsabilidades de muy
diversa índole en relación a sus actos.
2