Psicología del Desarrollo. La infancia
UNIDAD 4. LA INFANCIA
PARTE 1. LOS AÑOS DEL JUEGO
1.1. EL DESARROLLO BIOSOCIAL
1.2. EL DESARROLLO COGNITIVO
1.3. EL DESARROLLO PSICOSOCIAL
PARTE 2: LOS AÑOS ESCOLARES
2.1. EL DESARROLLO BIOSOCIAL
2.1.1. La enfermedad crónica
2.1.2. El desarrollo encefálico
2.1.3. Las habilidades motoras
2.1.4. Capacidades y psicopatología
2.1.5. Síntesis
2.2. EL DESARROLLO COGNITIVO
2.2.1. El desarrollo del pensamiento.
2.2.1.1. Los principios lógicos
2.2.1.2. Aportaciones de la teoría del procesamiento de la información
2.2.1.3. La metacognición
2.2.2. El desarrollo moral
2.2.3. El desarrollo del lenguaje
2.3. EL DESARROLLO PSICOSOCIAL.
Prof. Lourdes Villardón 1
, Psicología del Desarrollo. La infancia
PARTE 1. LOS AÑOS DEL JUEGO
En este parte se comenta el desarrollo en los tres ámbitos: biosocial, cognitivo y
psicosocial.
1.1. EL DESARROLLO BIOSOCIAL
Entre los 2 y los 6 años se produce un desarrollo importante en varios frentes. Los
cambios más obvios son en cuanto al tamaño y la forma. Otros cambios se producen
en el encéfalo. La maduración convierte a un niño torpe e impulsivo de 2 años en un
niño hábil y racional de 6 años.
La maduración, las altas aspiraciones y el juego activo hacen que los niños sean
vulnerables a muchos peligros biosociales.
Los niños continúan aumentando de peso y estatura durante la primera infancia. Por lo
general se van estilizando y haciéndose más activos.
Durante los años del juego, se vuelven cada vez más altos y proporcionalmente más
delgados, con variaciones que dependen de los genes, el sexo, la nutrición, los
ingresos económicos y otros factores.
La cultura, los ingresos económicos y las costumbres familiares afectan el crecimiento
de los niños. Muchos niños reciben dietas no equilibradas, comen más dulces y grasas
e ingieren menos hierro y calcio de lo que necesitan. El sobrepeso se ha convertido en
un problema más frecuente que el peso por debajo del normal, porque los niños hacen
menos ejercicio e ingieren más comidas calóricas.
El encéfalo sigue madurando a medida que progresa la infancia, alcanzando el tamaño
adulto a los 7 años. La mielinización es importante en este periodo, ya que permite
acelerar los mensajes de una parte del encéfalo hacia otra. La maduración del cuerpo
calloso hace que éste sea más grueso y funcione mejor, permite conectar los lados
izquierdo y derecho del cerebro y por lo tanto los lados derecho e izquierdo del cuerpo,
incluidas las manos, los pies, los ojos y los oídos. El aumento de la mielinización
también acelera las acciones y reacciones.
La corteza prefrontal, conocida como el cuerpo ejecutivo del encéfalo, también se
fortalece, favoreciendo el control de los impulsos y permitiendo que los niños piensen
antes de actuar y detengan una acción para comenzar otra. A medida que disminuyen
la impulsividad y la preservación y mejoran el control emocional y la capacidad para
prestar atención, los niños con cada vez más capaces de aprender.
Los cambios encefálicos permiten un pensamiento y una memoria más reflexivos y
coordinados, mejor planificación y respuestas más rápidas. Muchas funciones
cerebrales se localizan en un hemisferio. Sin embargo, las capacidades neurológicas
importantes suelen involucrar más que una parte del cerebro, y determinadas
capacidades, como el lenguaje del lado izquierdo del cerebro, se puede desarrollar en
áreas nuevas si se daña una parte del cerebro.
Varias áreas clave del encéfalo –incluidos la amígdala cerebral, el hipotálamo y el
hipocampo-constituyen el sistema límbico, que participa en la expresión y la regulación
de emociones. El maltrato infantil al comienzo de la vida puede producir una amígdala
cerebral y un hipocampo hiperactivos, lo que crea un exceso de hormonas del estrés
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que interfieren en el aprendizaje. El desarrollo encefálico es anormal en los niños
pequeños que son maltratados, aislados socialmente o que están sometidos a un
estrés extremo. Cierto grado de estrés puede ayudar la memoria bajo las
circunstancias correctas. Otras formas de estrés nunca son beneficiosas, entre ellas el
síndrome del bebé sacudido, el abandono y vivir en una institución. El daño es
evidente no sólo en las pruebas neurológicas sino también en la atenuación de las
emociones del niño de edad preescolar con daño encefálico.
La motricidad gruesa sigue desarrollándose, de modo que los torpes niños de 2 años
se convierten en niños de 6 años capaces de mover sus cuerpos en cualquier forma
que hayan practicado por los valores culturales o por ellos mismos.
Los niños de edad preescolar practican todas sus habilidades motoras con diligencia y
entusiasmo, no solo la motricidad gruesa como correr y trepar, sino también la
motricidad fina necesaria para comer, vestirse y dibujar. El control muscular, la
práctica y la maduración encefélica también están involucrados en el desarrollo de la
motricidad fina. A los niños pequeños les gusta expresarse artísticamente,
desarrollando su motricidad y autoexpresión. Los niños son muy creativos y les gusta
jugar juntos.
A medida que se movilizan con más velocidad y agilidad, encuentran nuevos peligros y
sufren lesiones más graves más a menudo que los más mayores. Los accidentes son,
con mucho, la causa principal de muerte infantil y los niños de 1 a 4 años, los varones
y los niños de familias de bajos recursos tienden más a sufrir una lesión grave o la
muerte prematura que las niños y los niños mayores. La biología, la cultura y las
condiciones de la comunidad se combinan para que algunos niños sean más
vulnerables.
El control de lesiones ocurre en muchos niveles, mucho antes o inmediatamente
después de cada incidente dañino. Se deben comenzar a aplicar leyes y prácticas
para proteger a todos (prevención primaria), constituyen acciones que cambian el
conjunto de condiciones de un contexto para prevenir una circunstancia o un suceso
no deseado. La supervisión de los adultos debe resguardar contra cada contratiempo
(prevención secundaria, acciones que evitan un daño en una situación inmediata). El
tratamiento médico debe ser rápido y eficaz cuando ocurre una lesión (prevención
terciaria, acciones que se llevan a cabo después de un suceso adverso con el
propósito de reducir el daño o evitar la discapacidad). Con un poco de aliento y guía,
los niños desarrollan casi todas las habilidades motoras, con daños muy menores
(rasponazos y hematomas).
El maltrato de menores es muy habitual y suele presentarse como abuso y descuido
perpetrado por los propios padres del niño. Cada año se denuncian alrededor de 3
millones de casos de maltrato a menores en EEUU, de los cuales 1 millón son
confirmados.
La salud, el aprendizaje y las habilidades sociales se ven obstaculizadas por el abuso
infantil y el descuido continuos. El abuso físico es la forma más obvia de maltrato a
menores, pero el descuido es frecuente y más nocivo a largo plazo.
La interrupción del maltrato a menores es urgente pero compleja, porque el origen a
menudo es el sistema familiar, no un extraño perturbado. En condiciones ideales, el
abuso infantil y el descuido de menores deben ser denunciados tan pronto como se
producen y las familias deben recibir ayuda y guía inmediatas. A veces el cuidado por
parte de otro pariente o de otra familia es mejor para el niño. La prevención primaria
incluye el cambio del contexto social para asegurar que todos los padres protejan a
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