Nuestras emociones son adaptativas, tienen una alta plasticidad y capacidad para evolucionar,
desarrollarse y madurar. Así aprendemos a la modulación de nuestras propias respuestas
emocionales, el desarrollo de nuevas emociones e, incluso, a anticipar respuestas para prevenir
situaciones emocionales no deseadas. Las emociones no son procesos estáticos, van cambiando
en función de las demandas del entorno, por acción de la experiencia personal y social.
La principal función de las emociones es la organización de toda nuestra actividad. Para ello, las
emociones reclutan a los restantes procesos psicológicos como la percepción, la atención, la
memoria, el pensamiento, la comunicación verbal y no verbal, y la motivación. Las emociones son
un sistema de procesamiento de información prioritaria para la supervivencia y la adaptación al
medio, y se convierten en el proceso que coordina a los restantes recursos psicológicos necesarios
para dar la respuesta más rápida y puntual ante una situación concreta.
Además de esto, las emociones nos permiten adelantar situaciones de peligro. Tienen un carácter
adaptativo que nos ha servido a nivel filogenético y ontogenético.
Debe evitarse confundir el concepto de emoción con lo que es la emoción humana en sí misma
para una persona y lo que es la compresión de la emoción por parte de la Psicología. Esto lleva a
discriminar entre una aproximación meramente descriptiva de los procesos emocionales y una
más prescriptiva.
Otro aspecto a destacar es que para que se desarrolle una emoción debe existir un cambio en el
ambiente, ya sea externo o interno. Ese cambio debe ser percibido analizado, valorado y
posteriormente se debe actuar.
Emoción es el concepto que utiliza la psicología para describir y explicar los efectos producidos
por un proceso multidimensional, encargado de:
• El análisis de situaciones especialmente significativas.
• La interpretación subjetiva de las mismas, en función de la historia personal.
• La expresión emocional o comunicación de todo el proceso.
• La preparación para la acción o movilización de comportamiento.
• Los cambios en la actividad fisiológica.
La emoción es estudiada desde enfoques e intereses muy distintos, así la neurociencia se centra
en el conocimiento de los mecanismos cerebrales, hormonas y neurotransmisores implicados en
la emoción; la psicología evolutiva se centra en el desarrollo delimitando cuáles son los cambios
emocionales que se producen a lo largo de la vida de una persona; la psicología social pone de
relieve la importancia comunicativa de la expresión emocional; la psicología cognitiva se centra
en la importancia de la relación entre emoción y cognición; la psicología de la personalidad se
centra en el estudio de los rasgos desde el punto de vista de emociones discretas; y la psicología
clínica se interesa por la relación entre desórdenes psicológicos y tipos de experiencia emocional.
, Es preciso diferenciar el proceso emocional en sí, (intenso y rápido) del rasgo o tendencia
emocional (estable y duradero en el tiempo) (formas habituales de responder emocionalmente
de una determinada manera). Además, el concepto de emoción se debe diferenciar de otros que
se utilizan como sinónimos como afecto, humor (tono emocional de base) y sentimiento.
El sentimiento es parte de la emoción, no es paralelo a ella. Si consideramos conjuntamente los
conceptos, podemos resaltar que el primero es más general, y el más primitivo. El afecto es una
condición neurofisiológica accesible conscientemente, como en sentimientos más simples. Posee
tono o valencia, que puede ser tanto positiva como negativa, e intensidad que puede ser alta o
baja.
Buck habla de la posibilidad de que el tono o valencia esté directamente relacionado con algunas
estructuras diencefálicas (hipotálamo) y la intensidad con la formación reticular. El afecto tiene
que ver con la preferencia y permite el conocimiento del valor que tienen para la persona las
distintas situaciones a las que se enfrenta.
Por su parte, el humor es una forma específica de estado afectivo, la cual también implica la
existencia de tono o intensidad. El tono emocional de base refleja la probabilidad de que la
persona obtenga placer o dolor a partir de sus relaciones con el medio ambiente físico y social en
el que se encuentra inserto.
Por último, el sentimiento es la experiencia subjetiva de la emoción. Carlson y Hatfield explican
que el término sentimiento se refiere a la evaluación, momento a momento, que un sujeto realiza
cada vez que se enfrenta a una situación. Las emociones son procesos intensos, pero muy breves,
el tono emocional de base es menos intenso, pero más duradero, mientras que los sentimientos
son impresiones pasajeras, apenas perceptibles. La emoción se refiere a fenómenos transitorios,
caracterizados por un rápido inicio y una duración muy reducida, no implica necesariamente la
rápida transitoriedad de la experiencia emocional. La duración de la experiencia emocional no
puede ser deducida a partir de la expresión emocional. La duración de un sentimiento depende
de diversas variables, tales como las cognitivas y las fisiológicas.
El proceso emocional implica una condición especial de procesamiento de información, mediante
el cual se pone en relación algo ya conocido o que se percibe en ese momento. Como consecuencia
de tal procesamiento se producirá una apreciación subjetiva, cambios en la activación fisiológica,
así como la posible movilización de comportamientos en relación con la propia valoración.
La principal de ellas es que son una modalidad de operación para el conjunto de la arquitectura
psicológica. Reeve plantea tres funciones principales de las emociones:
o Función adaptativa: Fue Darwin quién argumentó que la emoción sirve para facilitar la
conducta apropiada a cada situación. Así pues, permiten desarrollar las respuestas
adecuadas a las condiciones que elicitaron cada una de las emociones concretas:
• En el caso de la emoción de sorpresa:
Se facilita la aparición de la reacción emocional y comportamental apropiada ante situaciones
nuevas, la dirección de los procesos atencionales, focalizándolos y promoviendo conductas de
exploración, curiosidad e interés por la situación novedosa y reclutar recursos y dirigir los
procesos cognitivos a la situación novedosa que se ha presentado.