SISTEMA CONSTITUCIONAL ESPAÑOL
Módulo 1. El Estado, la constitución y el constitucionalismo
1. El sistema político en una sociedad
El sistema político existe siempre en el seno de una sociedad y en íntima
relación con ella y no es un sistema completo, sino una de las partes
integrantes del sistema social.
Los sistemas que integran el sistema social son construcciones intelectuales
y, por lo tanto, puede haber más o menos, como por ejemplo el sistema
económico o el cultural, junto con el sistema político. Para Isidre Molas, las
finalidades del sistema político serían tres:
El mantenimiento de la existencia y el funcionamiento de la sociedad.
El mantenimiento de la paz en la resolución de los conflictos
derivados de la vida en común, mediante la previsión o su resolución.
La no subordinación de la comunidad respecto a otras sociedades.
Para asegurar estas finalidades, el sistema político tiene que contar con un
poder coercitivo y una libertad de movimientos suficiente (autonomía de
actuación). La coerción es lo específico del poder político, su núcleo
esencial. Por lo tanto, el sistema político se distingue de los otros
subsistemas sociales porque posee poder político, que es el tipo de poder
que, si fuese necesario, se podría ejercer de manera coercitiva.
Ahora bien, el poder político no se basa solo en la fuerza, sino también en el
consentimiento. Para Max Weber, sin la colaboración de los que obedecen el
ejercicio del poder no funciona correctamente. Por hábito, las decisiones de
quienes tienen el poder suelen ser aceptadas y las personas acostumbran a
cumplir los mandatos del poder sin que sea siempre necesario el uso de la
fuerza. Y la aceptación genera legitimidad.
Aun así, dado que todas las sociedades son plurales, hay que encontrar
unos mecanismos para que aquellos que no están de acuerdo con una
decisión la acaten porque aceptan su legitimidad.
Para este autor, las decisiones del poder político, que adoptan el carácter de
normas jurídicas, tienen la pretensión de ser, al mismo tiempo, eficaces y
válidas; es decir, de unir aplicabilidad y legitimidad. Y de aquí proviene la
comprensión del poder político como coerción, como fuerza cualificada por
el derecho. En el sistema político moderno, el uso de la fuerza se ha
concentrado en una unidad de poder, especializada y estructurada: el
Estado.
2. Concepto y evolución del Estado
2.1El concepto de Estado
El Estado es la forma de organización de la vida política occidental desde la
edad moderna hasta nuestros días. Normalmente, acostumbramos a usar el
término Estado para referirnos a tres realidades diferentes.
En primer lugar, consideramos que el Estado es u grupo social jurídicamente
organizado, formado por una comunidad estable de personas, asentada en
un territorio y dotada de un poder soberano que reivindica con éxito un
doble monopolio, el de la coacción física legítima y del reconocimiento del
derecho.
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En segundo lugar, también usamos la palabra Estado en un sentido más
restringido, para referirnos únicamente al poder soberano, al conjunto de
órganos (Gobierno, Parlamento, etc.) que constituyen el aparato de
Gobierno al que está sujeto el grupo social.
En tercer lugar, podemos utilizar el término Estado en un sentido aún más
restrictivo para referirnos solo a una parte del aparato de Gobierno: los
órganos generales, los que ejercen sus competencias para todo el territorio,
por contraposición a los órganos autonómicos, regionales o locales.
Según destaca Carles Viver Pi-Sunyer, en esta primera aceptación más
amplia del término, el Estado se diferencia de otras organizaciones o grupos
sociales jurídicamente organizados por su carácter político y obligatorio, y
por unos elementos específicos.
Para Viver, el Estado es una organización política en el sentido de que
persigue unas finalidades generales e indeterminadas: organizar la vida
social en los ámbitos, en la forma y con los medios que la correlación de
fuerzas sociales determine en cada momento histórico. El Estado no tiene
unas finalidades concretas y predeterminadas.
Como segunda característica diferencial, el Estado es una organización
obligatoria. A diferencia de la mayoría de los grupos sociales, el hecho de
pertenecer a un Estado no depende exclusivamente de la voluntad de los
asociados. Los ciudadanos pertenecen al Estado y están sujetos a su poder
de Gobierno independientemente de su voluntad.
Ahora bien, el Estado no se diferencia de los otros grupos sociales solo por
su carácter obligatorio y político, sino también por las características de los
elementos que hacen falta para su existencia.
2.2Los elementos constitutivos del Estado
Los elementos necesarios para la existencia del Estado son: el
ordenamiento jurídico, el poder soberano, el pueblo y el territorio. Lo que
diferencia al Estado de otras formas de organización política anteriores son
las características específicas que adoptan estos cuatro elementos en el
caso del Estado.
2.2.1 El ordenamiento jurídico estatal
Para que haya un Estado, tiene que haber un conjunto ordenado y
sistemático de normas jurídicas que se denomina ordenamiento jurídico
estatal, que constituye, regula y a la vez expresa el Estado. El Estado
generalmente actúa por medio del derecho, expresa sus decisiones por
medio de normas jurídicas.
Dentro del territorio estatal, todas las organizaciones tienen sus propias
normas, pero el ordenamiento estatal se diferencia de los otros por su
carácter originario (porque no deriva de ningún otro) y soberano (porque
dentro del territorio estatal el ordenamiento del Estado es el supremo).
2.2.2 El poder soberano
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En la sociedad, se pueden dar muchos tipos de poder según las distintas
relaciones sociales. Ahora bien, lo que caracteriza al poder del Estado es su
supremacía y su carácter obligatorio, porque se quiere imponer por encima
de cualquier otro poder social, si hace falta mediante la coacción. Así pues,
lo específico de la forma histórica “Estado” es la organización del poder
político mediante el monopolio de la potestad de dominio sobre todos los
miembros de la comunidad.
El poder público es el poder del que dispone el aparato de Gobierno estatal
para dirigir el grupo social y mantener el orden interno, y que
fundamentalmente consiste en la capacidad de imponer unilateralmente
deberes a todos los ciudadanos y en la potestad consiguiente de recurrir al
uso de la fuerza para conseguir el cumplimiento de estos deberes.
El Estado ejerce el poder político del que dispone mediante potestades o
poderes (legislativo, ejecutivo y judicial). Dado que el Estado no es una
persona física, no puede ejercer personalmente estas funciones o
potestades (a pesar de que sus titulares sin son personas físicas), y necesita
unos instrumentos; éstos son los órganos del Estado, que tienen
atribuciones o competencias para ejercer sobre determinadas materias
parte del poder coercitivo del Estado. Los órganos pueden ser unipersonales
o pluripersonales.
Para asegurar la igualdad, cada uno de los órganos del Estado y muy
especialmente la Administración pública, tienen que ser una instancia
objetiva, despersonalizada, que se relacione “por igual” con todos los
individuos, que así resultarán equiparados, todos, en la categoría de
ciudadanos (Contrario al feudalismo).
Finalmente, también caracteriza al poder estatal el hecho de que está
dotado del atributo de la soberanía. Jean Bodin afirmó que soberano es el
poder supremo no sometido a las leyes, que nos dice más o menos que
quien es soberano hace la ley. Desde entonces, más que el concepto de
soberanía, lo que ha ido evolucionando a lo largo de la historia es quién se
considera titular o depositario de esta soberanía; el Estado democrático se
construyó a partir de la idea de que sólo el pueblo en su conjunto expresaba
la voluntad de la nación.
El concepto de soberanía tiene una doble acepción, según si nos fijamos en
su expresión hacia el exterior o hacia el interior. En la dimensión o sentido
externo, la soberanía significa que el poder estatal no está jurídicamente
subordinado a ninguna otra comunidad política. (Independencia política).
En la dimensión interna, la soberanía se puede entender como poder
jurídicamente supremo sobre todos los poderes que existan en el interior de
sus fronteras y, por lo tanto, jurídicamente supremo también sobre los
ciudadanos.
2.2.3 El pueblo
El tercer elemento indispensable para que haya un Estado son las personas.
El pueblo está formado por todos los ciudadanos, es decir, por todos
aquellos que tienen un vínculo jurídico con el Estado denominado
nacionalidad o ciudadanía. Así, no se tiene que confundir el pueblo con la
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