Redacciones Platón
Índice
Contenido
Índice............................................................................................................................................1
TEORÍADEL ESTADO JUSTO Y DEL FILÓSOFO GOBERNANTE .........................................................2
ÉTICA PLATÓNICA. EL INTELECTUALISMO MORAL .......................................................................7
TEORÍA DE LA EDUCACIÓN: MATEMÁTICAS Y DIALÉCTICA.........................................................11
TEORÍA DE LA EDUCACIÓN: MATEMÁTICAS Y DIALÉCTICA.........................................................15
Dualismo ontológico, teoría de las ideas e idea de bien ............................................................18
Dualismo epistemológico ...........................................................................................................23
,TEORÍADEL ESTADO JUSTO Y DEL FILÓSOFO GOBERNANTE
Platón rechaza el principio fundamental de la democracia ateniense, según el cual
cualquier ciudadano es competente para ejercer funciones públicas en los tribunales, en
el Ejército, en la Asamblea y hasta en la Asamblea. y todo en el Gobierno, sin ninguna
necesidad de preparación, y sin tener en cuenta sus conocimientos y su virtud. De
acuerdo con este principio, los magistrados eran elegidos por sorteo, y cualquier
ciudadano tenía derecho de voz y voto en la Asamblea y podía presentarse a la elección
de cargos. públicos. Este aspecto de la democracia le parece a Platón muy peligroso
para la armonía y el buen gobierno de la comunidad. Para Platón nadie es competente
por naturaleza en materia política, hay que poseer o aprender "el arte" de la justicia, y
son pocas las personas capacitadas para aprenderlo. Platón ilustra el absurdo que
supone la democracia ateniense mediante el símil del barco: así como no aceptaríamos
viajar en un barco donde la tripulación inexperta se ha amotinado contra su capitán y,
sin tener ni idea del arte de la navegación, bebiendo y entregó a la fiesta, dirige el timón
del barco, así tampoco. deberíamos aceptar un régimen político como la democracia,
en el que el timón del Estado está en manos de la masa ignorante y manipulada, o de
dirigentes inexpertos y ambiciosos. elegidos por el pueblo ignorante o por sorteo.
Según Platón en la democracia ateniense quien realmente gobernaba era una minoría
de políticos y demagogos que abusaban de la incapacidad política, de la falta de reflexión
y de la insensatez del pueblo. Platón veía a los dirigentes de la democracia como
auténticos demagogos ambiciosos de honores y poder, formados y educados por los
sofistas para conseguir el poder mediante el aplastamiento, el engaño y la manipulación
de los sentimientos de las masas populares con el arte de la palabra. Contra lo que
pensaban sofistas como Gorgies y Protágoras, para Platón la verdadera competencia
política no proviene del aprendizaje de habilidades como la retórica o la oratoria, sino
de la adquisición del arte. de la justicia y del bien, que es el verdadero arte de la política.
Finalmente, la decepción de Platón frente a la democracia ya fue definitiva cuando, bajo
este sistema político, se cometiera la extrema injusticia de juzgar y ejecutar el más justo
de los hombres, su maestro. Sócrates: esto evidencia que la democracia no es garantía
de justicia.
Platón rechaza, pues, la democracia, pero también la oligarquía (el gobierno de unas
pocas familias nobles) Como alternativa a estas formas de gobierno y como remedio a
los males políticos del gobierno. por su tiempo, Platón propone un gobierno de
filósofos. En síntesis, la teoría platónica del filósofo gobernante afirma que los males de
la humanidad sólo tendrán remedio cuando el gobierno esté en manos de personas que,
gracias a la filosofía, han alcanzado la sabiduría y la virtud. Pero, ¿por qué un gobierno
de filósofos? Como hemos visto, para gobernar hay que aprender el arte de la justicia,
y este únicamente se puede aprender mediante la filosofía. Tras su experiencia con la
democracia ateniense, Platón alcanzó el convencimiento de que la toma de decisiones
, sobre el bien común no debía adjudicarse a la mayoría, sino a los más competentes en
el conocimiento de la justicia y el bien, y estos son los verdaderos filósofos.
La propuesta platónica del filósofo gobernante es resultado de aplicar el intelectualismo
moral de Sócrates al terreno de la política. En efecto, como, de acuerdo con el
intelectualismo socrático, sólo pueden ser individuos justos y buenos los que saben en
qué consiste la justicia y el bien, Platón deduce que sólo los filósofos pueden ser los
gobernantes perfectos, ya que la filosofía es el único saber que proporciona el
conocimiento de las esencias de la Justicia y el Bien, algo indispensable para conducirse
uno mismo y conducir la sociedad rectamente. El conocimiento de la Justicia en sí y del
Bien en sí es un conocimiento globalizador de la totalidad de la realidad, es decir, un
conocimiento global de la armonía y del orden del cosmos inteligible . Gracias a este
conocimiento, el filósofo gobernante puede conseguir también, ya en la esfera de
realidad de los asuntos humanos, el criterio necesario para distinguir lo justo de lo justo
. lo injusto, lo bueno de lo malo, tanto en su vida privada como en la política. Aquel
gobernante que no conozca las esencias de la Justicia y el Bien nunca llegará a ser un
gobernante justo, y será como un ciego conduciendo una multitud de ciegos. En cambio,
el filósofo gobernante será capaz de gobernar en la luz de las ideas eternas de Justicia,
de Belleza y del Bien, cuya visión ha alcanzado mediante la filosofía, y lo hará tomándolas
como modelo.
Se puede decir que la forma de gobierno que Platón propone es una aristocracia, pero
tomando esta palabra en su sentido literal y originario, entendida como "gobierno de
los mejores" (aristoi significa en griego "los mejores"). Ahora bien, es necesario que
quede claro que lo que Platón propone no es el gobierno de los mejores por razón de
sangre o de saga, como se entendía la aristocracia tradicional, sino de los mejores en
virtud y en saber. Su propuesta consiste, por tanto, en una aristocracia de la virtud y del
conocimiento, una especie de meritocracia o gobierno de los mejores en mérito. Así
podemos considerar la teoría política de Platón como una teoría de la élite, según la cual
el gobierno del Estado debe recaer en una élite o minoría que destaca por su formación,
por la superioridad moral y por el conocimiento de la verdad y el bien.
Para llevar a la práctica esta propuesta política son necesarias dos cosas según Platón.
Primeramente, hay que seleccionar las mejores naturalezas, es decir, aquellos
individuos que por naturaleza poseen ciertas capacidades y cualidades innatas, como la
capacidad de aprender, la inteligencia. , la honestidad, un alma noble y sin bajas, etc. En
segundo lugar, hay que dirigir estas naturales y potenciar estas cualidades naturales
mediante una adecuada educación, hasta conducirlas a la contemplación de las ideas
eternas a través de la dialéctica. Sólo después de este largo proceso educativo estarán
preparados para gobernar y deberán ser obligados a hacerlo. Será el Estado quien se
encargará de la selección de las mejores naturales y de su educación.