Religión y Régimen en Persépolis
Es interesante que al hablar de la creación de su autobiografía Persépolis (2000), la autora iraní
Marjane Satrapi haya comentado: “mi motivación no ha sido escribir sobre mi vida sino sobre
la historia de mi país.”1 Esta clara conciencia acerca de la relación entre historia comunitaria e
historia personal es algo que se puede observar a lo largo de toda la estructuración de los tomos
que componen la obra: en el primero, tras la caída del sha, la autora es todavía una niña; el
segundo narra la institución de la República Islámica y la guerra; el tercero, su adolescencia
como inmigrante en Austria; y el último, su regreso a Irán como una adulta. Resulta además
curioso que para alcanzar su propósito, Satrapi haya decidido utilizar el inusual medio de la
novela gráfica, con dibujos simples en blanco y negro.
Por otro lado, se puede observar que la religión es un tema omnipresente en el trasfondo de
Persépolis. Así pues, en este ensayo me propongo analizar cómo es que el contacto directo con
el fundamentalismo islámico durante la infancia de la autora influyó sobre su perspectiva
acerca de la religión en general. En otras palabras, cómo se puede visualizar esta parte de la
historia comunitaria de Irán en su historia personal, y viceversa. Para lograr esto, voy a servirme
principalmente de viñetas pertenecientes a la obra.
El primer tomo del libro tiene un
valor especial porque nos muestra a
una Marjane relativamente libre de
las opiniones de los adultos a su
Imagen 1. Satrapi, Persépolis, 12. alrededor. En éste, la percepción que
1
Marjane Satrapi, Persépolis (Barcelona: Norma Editorial, 2003), contraportada.
, la niña tiene acerca de la religión se
basa únicamente en la propia relación
que tiene con Dios, quien aparece
ilustrado como un personaje igual de
real que todos los demás (Imagen 1).
Imagen 2. Satrapi, Persépolis, 10.
En esta sección, la autora se retrata a
sí misma como una niña con gran conciencia de las injusticias que se viven a su alrededor
(Imagen 2). Durante sus regulares conversaciones con Dios, puede verse que interpreta estas
inquietudes y deseos de cambio como un llamado a ser profeta, al igual que otros personajes
del Corán.
Para Marjane, por tanto, son compatibles ideas que
después su entorno definiría como opuestos: por
ejemplo, ser mujer y tener vocación de profeta, o tener
ideas religiosas y estar en contra del uso del pañuelo.
Este sentimiento interior se lleva al “exterior” en la
viñeta de la imagen 3. En ésta, se ve la silueta de la
niña cortada a la mitad. Su lado izquierdo tiene el
Imagen 3. Satrapi, Persépolis, 10.
cabello suelto y un fondo lleno de engranajes que
posiblemente simbolizan la ciencia y la tecnología, y por tanto podría ser un guiño a su lado
más moderno y progresista. Creando un fuerte contraste, en su lado derecho, Marjane está
completamente cubierta con un chador tradicional de la religión musulmana, y en el fondo se
ve un arabesco, típico diseño del interior de las mezquitas. Éste último nos podría estar
indicando su lado más conservador, herencia de la sociedad a la que pertenece. Por tanto, a