María Tamargo
Lengua Castellana y Literatura
, Índice
“A un olmo seco” 3
“La casa de Bernarda Alba” 6
Fragmento 1 6
Fragmento 2 11
Fragmento 3 16
“Crónica de una muerte anunciada” 21
Fragmento 1 21
Fragmento 2 24
Fragmento 3 27
“Un día habrá una isla” 30
“Me busco y no me encuentro” 33
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, “A un olmo seco”
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
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El poema titulado A un olmo seco fue escrito por el poeta español Antonio Machado en 1912
y se encuentra incluido en una de sus obras más representativas, Campos de Castilla.
El camino de Machado comienza en Sevilla, en 1875. Nace en el seno de una familia liberal y
republicana. Pasó la mayor parte de su juventud en Madrid, formándose en la Institución
Libre de Enseñanza, al margen de la religión y basada en la filosofía krausista, realizando
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, viajes esporádicos a París, donde posteriormente se exiliaría y moriría en 1939. En 1907
empieza a impartir clases en Soria donde conoce a Leonor Izquierdo, una niña de 15 años con
quién se casaría y dedicaría parte de su obra más emblemática publicada un mes antes de su
muerte en 1912. Tras el fallecimiento de su amada se desplaza a Baeza donde continúa
ejerciendo la profesión de docente y posteriormente a Segovia, donde conoce a su segunda
mujer y musa Pilar Valderrama.
Asociado a la estética renovadora del modernismo y a la mentalidad reformista de la
generación del 98, es uno de los poetas más influyentes de nuestra lengua en el siglo XX.
Antonio Machado presenta diversas etapas, siguiendo la línea del modernismo, con carácter
intimista y verso libre, en los primeros años de su carrera se ve reflejado en obras como
Soledades, Galerías y otros poemas (1907).
Más adelante, evoluciona a la generación del 98, tras el desastre ocurrido este mismo año
cuando España pierde sus últimas colonias extranjeras (Cuba y Filipinas) comenzando a
preocuparse por la situación socioeconómica española. Esta evolución queda reflejada
principalmente en su poemario Campos de Castilla (1912).
“A un olmo seco” lo escribe en 1912, pocos meses antes de la muerte de Leonor, su mujer,
que padecía una enfermedad pulmonar sin tratamiento posible: tuberculosis. En la primavera
de ese año, durante uno de sus paseos por Soria, Machado observa cómo del tronco de un
olmo viejo y moribundo brota una rama verde y lo interpreta como una señal de una
esperanza de vida, de un renacimiento. Piensa en su mujer, desahuciada por la medicina y
anhela íntimamente otro “milagro” igual para ella. Ahí está la intuición de partida de la que
poco después surgiría el poema. La contemplación intimista del paisaje, nos permite viajar al
interior del poeta. La descripción de un árbol abandonado es la puerta de entrada a su corazón
desvalido y dolorido por la enfermedad mortal de su mujer.
El tema de este poema trata de la esperanza en la resurrección de la vida con la primavera
pero se pueden encontrar distintas interpretaciones. La primera propone que el poema se
refiere a la salvación de Leonor y a la superación de sus problemas personales. La segunda
plantea que Machado espera ese “milagro” para España, su regeneración a todos los niveles,
subrayando el contraste entre un pasado glorioso y un presente desolador. La última
interpretación habla de una visión de la naturaleza, que propugna en cambio permanente: la
inconsistencia temporal que implica que todo varía. De esta manera nos encontramos ante
una alegoría lírica sobre el tiempo, un proceso de nacimiento y destrucción del que nadie
escapa (tempus fugit).
En cuánto a la estructura interna del poema podemos ver que se divide en tres partes. En la
primera, del verso 1 al 14, hace una descripción general del estado del árbol, comparándolo
con los álamos y citando la aparición de hojas nuevas con la llegada de la primavera. En la
segunda parte, del verso 15 al 27, habla de los posibles destinos del olmo que podemos
relacionar con los distintos finales de Leonor o de España. Finalmente, los últimos tres versos
tratan de la esperanza de Machado de que todo mejore.
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