1. EDUCACIÓN SOCIAL
Para reflexionar acerca de la cuestión que nos atañe, qué es la educación social,
realizamos la dinámica “lluvia de ideas” donde cada uno de los componentes del
grupo clase fuimos proponiendo una palabra que nos evocara a dicho concepto.
Posteriormente, tras anotarlas todas en la pizarra, construimos una definición
individual donde aparecieran los términos propuestos.
La palabra que yo propuse fue “exclusión”, no era por una cuestión de prioridad
o preferencia, sino por completar lo que todos mis compañeros expondrían,
aunque sí reconozco que la exclusión es un concepto y fenómeno que me acerca
mucho a mi vocación de lo social, a la corrección de esa exclusión: “dejar fuera”.
Para comenzar a reflexionar sobre la educación social, es necesario asentarse
sobre una base formal de definición de esta profesión, disciplina y titulación.
Según Sáez (2005), la educación social en España: Es una construcción
histórica, en desarrollo, discontinua y dialéctica que, como ocupación no manual,
va elaborando su propia perspectiva y percepción gracias a la interacción, a
distinto nivel y grado, de los diversos actores (organizaciones profesionales,
Universidad, Estado, Mercado, usuarios) que han intervenido e intervienen en su
proceso de profesionalización.
Es por tanto una profesión para cuyo ejercicio se requieren conocimientos
especializados obtenidos por formación, tanto en habilidades como en supuestos
teóricos históricos y culturales, que subyacen a tales habilidades y
procedimientos, manteniendo debido a ello, y a la experiencia adquirida en el
tiempo, ciertas cotas de logro y competencia. Estas cotas son mostradas gracias
al trabajo conjunto, personal y comprometido, de los profesionales actuando en
pos de la satisfacción de las necesidades educativas formuladas en y por la
comunidad a la que tratan de servir y, obtener, con ello, el reconocimiento social
que les legitima para la monopolización de un territorio o jurisdicción laboral.
Si vamos desglosando esta definición, vemos que está en desarrollo, es
discontinua y dialéctica, es decir, la educación social está en constante
construcción y evolución por su naturaleza joven y cambiante, que va abarcando
,una serie de fenómenos de acuerdo con situaciones históricas y a diferentes
crisis (migratorias, tecnológicas, climáticas) que van radicando en ámbitos de
estudio y trabajo propios de la educación social. Su percepción está en continua
definición de acuerdo con las relaciones que se establecen entre los actores,
siendo estos todos los componentes físicos y jurídicos que forman la red social
del concepto: las universidades, los usuarios, el mercado, organizaciones, etc.
Como profesión requiere de una formación previa que permita la adquisición de
habilidades, capacidades, técnicas, un marco teórico y del trabajo conjunto y
comprometido de los profesionales para alcanzar la satisfacción de necesidades
y demandas educativas de la sociedad (en y por la comunidad).
Haciendo un inciso aquí, se puede destacar el adjetivo “comprometidos”, pues la
educación social no está libre de ideología y, por tanto, toda nuestra acción y
pensamiento está bajo el amparo de los DDHH universales, los cuales
constituyen nuestra meta utópica de trabajo. También quiero destacar el
concepto “en y por la comunidad” ya que las demandas educativas no surgen
desde la perspectiva del educador “para salvar a la comunidad”, sino que debe
de surgir de la propia ciudadanía, siendo esta una perspectiva sociocrítica donde
el educador solo actúa como guía y motor de acción y son los propios usuarios
quienes generan dicho cambio.
Por otro lado, ASEDES y CGCEES, (2007) definen la Educación Social como un
derecho de la ciudadanía, que radica en una profesión de carácter pedagógico
que genera contextos educativos, así como acciones mediadoras y formativas,
posibilitando que los sujetos se incorporen a las diversas redes sociales y la
promoción cultural y social, abriéndose a la adquisición de bienes culturales que
amplíen las perspectivas educativas, laborales, de participación social y ocio.
De esta segunda definición formal, rescataría el concepto de Educación Social
como derecho de ciudadanía, ya que así lo avalan los marcos jurídicos
nacionales e internacionales. También la incorporación de los sujetos a las
diversas redes sociales, siendo estas entendidas como una forma de
organización social que permite a los individuos y grupos potenciar sus recursos
y contribuir de manera conjunta a la resolución de problemas.
, Tras este primer análisis formal, elaboré mi propia definición de la Educación
Social usando las palabras que surgieron en la lluvia de ideas:
“La educación social es la práctica y disciplina encargada de promover los
derechos humanos y promocionar el bienestar social de todos/as las personas,
especialmente en aquellos colectivos en riesgo de exclusión, mediante la
educación, con la finalidad de alcanzar la inserción en la comunidad y promover
los recursos para que exista una igualdad real entre todas las personas. Se trata
de prevenir e intervenir en los contextos que dificultan la promoción social”
Esta definición coincidía con otras definiciones que se fueron recitando en clase,
por ejemplo, La educación social es una profesión que se encarga de intervenir
con los colectivos más vulnerables que se encuentran en riesgo de exclusión
social a través de la prevención, promoción, inserción e inclusión. Además, lucha
por la justicia, la igualdad y los derechos de estos colectivos.
Sin embargo, todavía no conseguía situarme en la finalidad de esta batería de
preguntas, la reflexión, la individualidad, la construcción propia e íntima de una
disciplina que sirva como herramienta de trabajo. Tras una breve reflexión en
clase, entendí que las definiciones expuestas anteriormente era un intento de
aproximación a una definición formal. No buscamos repetir una definición
preestablecida del término que nos ocupa, de eso ya se encargaron anteriores
autores. Posteriormente, resumí todo eso en una frase más escueta que me
sirviera de eslogan:
“La E. S. es la profesión, disciplina y titulación que lucha por alcanzar la igualdad
real y compromiso con los DDHH de todas las personas, sobre todo en aquellos
con contextos en situación de exclusión y vulnerabilidad”
Igualdad real, compromiso con los DDHH, exclusión, lucha…, creo que esas
palabras son necesarias en cualquier definición del concepto que nos atañe, pero
siendo honesta ¿qué es la Educación Social?
De repente evoco todas las definiciones que he ido haciendo de la disciplina
desde que sé de su existencia: