TEMA 9: EL BAJO IMPERIO ROMANO
(235-475 d.C.)
En el año 235 de la era cristiana se produce la muerte del emperador Severo
Alejandro a manos de sus propios soldados. Su muerte abre un largo período de
crisis política que se extiende durante 50 años aproximadamente (235-284). A
esta crisis contribuyeron la debilidad política del poder imperial y la presión de
agentes externos, los bárbaros. Durante estos años, numerosos candidatos
aspiraron al trono imperial, que va a depender de la oscilación de las guardias
pretorianas, del Senado y son frecuentes los asesinatos, las usurpaciones y los
golpes de mano militares.
Durante este medio siglo, se suceden hasta 57 emperadores, entre soberanos
legítimos y usurpadores. De los 57, sólo uno murió por causas naturales: algunos
de enfermedad, otros luchando e incluso alguno fue capturado (Valeriano por los
persas) pero la inmensa mayoría fueron asesinados por sus soldados. Por ello, esta
etapa es conocida como la anarquía militar.
Las bases de la crisis, principalmente el poder creciente del ejército y del factor
militar para tomar el poder. El Senado comenzó a convertirse en algo secundario.
La raíz del problema se venía fraguando desde el siglo segundo y parten de las
contradicciones presentes en el régimen implantado por Augusto.
Este sistema comenzó a mostrar serias limitaciones para
administrar unos territorios tan amplios y complejos. El
sistema de Augusto estaba pensado desde el punto de
vista del equilibrio político, no para garantizar la
eficiencia en la gestión y la captación de recursos. En el
fondo, la ficción republicana que había implantado
Augusto escondía un poder que no tenía limites formales
y el respeto a las instituciones y a la vida de los senadores dependía de la decisión
del gobernante, por lo que esto abrió la puerta a la inestabilidad y a una tendencia
de reforzamiento del carácter monárquico de la institución.
Augusto había concentrado en su persona el mando de las legiones y la
administración del Imperio, manteniendo bajo él a la aristocracia senatorial, pero,
el problema de la violencia como mecanismo para alcanzar el poder, no desaparece.
, Desde su muerte, cada vez que había una sucesión imperial, había mucha agitación
en el ejército y había tendencia a recurrir a ella. Hasta el año 235, no se llegó al
extremo de la participación del ejército, consciente de su propio poder.
Como resultado de la participación del ejército, la inestabilidad se volvió casi una
característica. A través del ejército, se hizo común el asesinato de emperadores,
las usurpaciones del poder y los levantamientos del ejército si su jefe obtenía una
victoria y les prometía botín.
La mayoría de los emperadores son jefes militares y entre ellos empiezan a
aparecer militares que procedían de las diferentes provincias del imperio, eran
autoproclamados por su ejército y depuestos por los mismos soldados si perdían
o si veían en él debilidad.
En resumen, el estamento militar tenía el poder real pero ahora es cuando se
vuelven plenamente conscientes de su poder y lo ejercen según su conveniencia
(aumento de salario, mejoras…).
El Senado no participa en esto, sino que se limitaba a ratificar los nombramientos.
De esta manera se ratificaba la política porque el Senado no tiene ningún poder,
siendo simplemente simbólico.
En estos años se proclaman emperadores diversos jefes militares. Por ejemplo,
Maximino el Tracio, primer emperador de origen semibárbaro. Lo describen las
fuentes senatoriales como un ser monstruoso o sobrenatural.
El factor externo contribuyó a agudizar la crisis del externo, la presión de los
pueblos barbaros ya que van a producirse
continuos ataques sobre todas las
fronteras, tanto en el limes renano
(frontera del río Rin), en el limes
danubiano (frontera del río Danubio) y la
frontera con el Imperio Parto. Todas las
fronteras reciben ataques y están
sometidas a presión. Al otro lado del Rin,
en Germania, se fueron formando confederaciones de pueblos germánicos que
trataban de obtener botín o asentarse en territorio imperial. Había piratas sajones
que saqueaban la costa de la Galia. Por tierra, los francos y alamanes. En el caso
del Danubio, confederaciones germánicas que hacían campañas de ataques
intentando devorar las fronteras, formadas por una sucesión de pueblos.
En Oriente, el imperio Parto fue sustituido por una nueva dinastía, los sasánidas.
Esta nueva dinastía llevó a cabo una reorganización del Imperio Persa y empezó
a demandar la herencia territorial de los aqueménidas.