Comentario gráficos:
Sin duda, la desigualdad mundial ha sido creciente desde el 1700 hasta el 1990, momento en el
que se ve una cierta convergencia entre Europa-América y Asia-África, pues desde ese periodo
China y India han sufrido una espectacular mejora de su renta media, a la vez que en Europa
sobre todo en los países postcomunistas la renta media se ha visto bastante perjudicada. Por
lo que, a largo plazo, la habido una divergencia sostenida pero que en las últimas dos décadas
a dado lugar a una convergencia.
Si medimos la desigualdad en términos del porcentaje de renta mundial que tiene el decil
superior, nos damos cuenta de que el 10% superior entre 1910 y 1930 mostraba un porcentaje
creciente de la renta mundial cercano al 50%, pero que debido a la crisis del 29, su
participación en la renta mundial se redujo y se mantuvo constante en torno al 45% entre 1930
y 1940; sin embargo, desde este año sufrió una caída enorme hasta 1980 en torno al 33%,
momento en el que comenzó a crecer su participación en la renta mundial hasta día de hoy,
que se encuentra en torno al 47%.
Ya que en las últimas dos décadas, la desigualdad ha dejado ganadores y vencedores: El 1%
más rico y las clases medias de las economías de mercado emergentes, en particular China,
india, Indonesia, Brasil y Egipto son los principales ganadores de las últimas dos décadas de la
globalización. Lo sorprendente es que aquellos en el tercio inferior de la distribución mundial
de rentas también han tenido importantes ganancias, con un aumento en las rentas reales
entre más del 40% y casi un 70%, aunque el 5% más pobre ha mantenido sus rentas iguales,
lo que ha permitido que el número de personas pobres (absolutos) (personas cuya renta per
cápita es menor de 1,25 dólares al día) descienda del 44 al 23%. Sin embargo, los grandes
perdedores han sido aquellos entre los percentiles 75 y 90 (clase media-alta mundial) de la
distribución de renta mundial cuyas ganancias de renta reales han sido esencialmente nulas,
incluyen a muchos africanos, latinoamericanos y postcomunistas, al igual que aquellos
ciudadanos de los países ricos cuyas rentas se estancaron.
Además, los desarrollos más importantes tuvieron lugar entre el cuartil superior: entre el 1% y
algo menos del 5% superior, ganaron significativamente, mientras que el 20% siguiente ganó
muy poco o se enfrentó a rentas reales estancadas, por lo que el 1% superior se ha despegado
de los otros ricos, recibiendo en 2008 casi el 15% de las rentas mundiales frente al 11,5% del
1998 (por el estancamiento o declive en las rentas reales de la clase media-alta mundial y las
grandes ganancias conseguidas); no obstante, los dos tercios inferiores de la población
mundial recibieron en 2008 el 12,7% de las rentas mundiales frente al 9,3% en 1998, por lo
que hay una aparente convergencia.
Si comparamos la desigualdad mundial de 2008 con la de 10 años antes, apreciamos que, por
primera vez desde la Revolución Industrial, ha descendido. Entre 2002 y 2008, el coeficiente de
Gini mundial descendió en 1,4 puntos, aunque no sabemos si esta tendencia se mantendrá en
las próximas décadas; no obstante, transmite esperanza. Es decir, por primera vez en casi 200
años, tras un largo periodo en el que la desigualdad mundial aumentó y alcanzó niveles altos
(pues la Revolución Industrial creó una divergencia masiva entre los ricos países Occidentales y
el resto del mundo), puede estar creándose una tendencia a la baja.