UA Terapéuticas y Farmacología
Psicosis Esquizofrénica
Objetivos de la actividad:
● Analizar estrategias no farmacológicas y farmacológicas utilizadas en la terapéutica de
la psicosis esquizofrénica.
● Estudiar las principales características de los fármacos antipsicóticos indicados para el
tratamiento de la esquizofrenia.
● Utilizando el algoritmo de la Terapéutica Razonada, hacer una selección criteriosa de
las terapéuticas farmacológicas y no farmacológicas para este problema de salud.
Introducción al tema:
Las psicosis son enfermedades mentales caracterizadas por una sensación de realidad
distorsionada o inexistente.
“La esquizofrenia es una psicosis crónica que altera profundamente la personalidad y debe ser
considerada como una especie dentro de un género, el de las psicosis delirantes crónicas. Se
caracteriza por una transformación profunda y progresiva de la persona, quien cesa de
construir su mundo en comunicación con los demás, para perderse en un pensamiento
autístico, es decir en un caos imaginario”.
Tiene una prevalencia mundial del 1% y se considera el trastorno psicótico prototípico para
comprender la fenomenología de la psicosis y el impacto del tratamiento antipsicótico (aunque
los pacientes con esquizofrenia exhiben características que van más allá de las que se ven en
otras enfermedades psicóticas).
Abordar el síndrome esquizofrénico significa encarar el capítulo más complejo y heterogéneo
de la clínica psiquiátrica. Si hacemos una breve reseña histórica de los esfuerzos realizados que
aportaron un poco de luz sobre el tema, podemos mencionar como principales aportes el que
realizó en 1851 Morel, psiquiatra francés quien introdujo el término de dementes precoces.
Hecker, en Alemania designó esta enfermedad como hebefrenia (estado demencial de la gente
joven) y Kalhbaum, interesándose sobre todo por sus trastornos psicomotores los describió
como afectos de catatonía. En1896, Kraepelin reunió todos estos casos con el nombre de
demencia precoz que para él consistía en una especie de locura, caracterizada por su progresiva
evolución hacia un estado de debilitamiento psíquico y por profundos trastornos de la
afectividad. En 1911 el psiquiatra suizo Eugene Bleuler crea el término esquizofrenia que
significa esquizo división y frenia mente (división de la mente).
Es una enfermedad de la edad juvenil o, para decirlo más exactamente de la pubertad y de su
continuación, irrumpiendo entre 14 y 20 años. La forma clínica llamada paranoide es de
, aparición más tardía, ente los 25 a 30 años. Se presenta con la misma frecuencia en hombres
que en mujeres.
En el comienzo de esta afección, lo que llama la atención es el “cambio de carácter, de
personalidad”. El sujeto deja de ser lo que fue hasta ese momento, se ponen de manifiesto
cambios de conducta como abandono del trabajo o estudios. Se torna huraño, rehúye la
compañía de amigos, compañeros y familia, se aísla de la sociedad. Además, desde el punto de
vista subjetivo el enfermo experimenta un sentimiento de despersonalización; el llamado
“signo del espejo”: tiene la impresión de que ya no es el mismo, que todo en él ha variado, que
su cara se ha modificado. Se ve colocado en una nueva posición frente al mundo y con respecto
a sus relaciones con él. Se evidencia el autismo e introversión, mecanismo de autodefensa que
le permite salir del abismo en que ha desbarrancado su personalidad, y de esta manera crea un
nuevo mundo esquizofrénico, en el que experimenta cambios intelectuales, afectivos y
volitivos.
A modo de síntesis podríamos decir que los pacientes con esquizofrenia presentan síntomas
positivos (alucinaciones, delirios, habla desorganizada, comportamiento desorganizado o
agitado); síntomas negativos (apatía, abulia, alogia); y déficits cognitivos, siendo este último el
aspecto más discapacitante del trastorno.
Las formas clínicas de la enfermedad son la hebefrenia, presentación más prematura que hace
eclosión en plena pubertad con frecuentes caracteres de excitación psicomotriz, puerilidad,
tendencia a la teatrabilidad en sus actos y manifestaciones, la catatonía con predominio de
síntomas motores como la aquinesia, flexibilidad cérea y negativismo, la paranoide de inicio a
edad más avanzada con ideas delirantes de autorreferencia, desconfianza, influencia, perjuicio
y persecución. Suelen encontrarse además ideas hipocondríacas, místicas y megalómanas. La
forma simple cursa con debilitación global de la psique desde el comienzo con destrucción
rápida de la personalidad, embotamiento afectivo, marcada inercia y apatía (en la mayoría de
los casos estos enfermos ostentaban una inteligencia brillante en los comienzos de la vida).
La evolución de la esquizofrenia es muy variable, aunque siempre presenta características
generales de afección crónica. La forma simple produce una rápida y progresiva debilitación
global de la psique, es la forma de pronóstico más grave con mayor compromiso psíquico
insinuándose el defecto esquizofrénico en plena juventud. En las restantes formas clínicas la
evolución es mucho más lenta, con brotes sucesivos separados de períodos de calma con
atenuación general de los síntomas. Las remisiones son incompletas porque, si bien
desaparecen los síntomas más ruidosos y llamativos, subsisten los de debilitación psíquica, más
o menos marcados según sea el grado de evolución alcanzado por la enfermedad.
Por último, debemos mencionar que los síntomas psicóticos pueden estar presentes en otras
enfermedades mentales: en los trastornos del estado de ánimo (depresión mayor o manía) con
características psicóticas, en psicosis inducidas por sustancias, o en demencia con
características psicóticas.
Grupos y medicamentos que pondremos en debate a lo largo del módulo:
Antipsicóticos de primera generación (APG), antipsicóticos típicos, clásicos o convencionales: