Guerra de sucesión española
La guerra de sucesión fue un conflicto armado que sucedió entre 1701 y 1713 en España y otros
frentes de Europa, donde se enfrentaron dos bandos que abogaban por dos candidatos distintos
a heredar la corona española.
El dilema comienza con la muerte de Carlos II en 1700, último rey de la dinastía de los Austrias,
que no deja heredero a la corona debido a las enfermedades ocasionadas por los matrimonios
consanguíneos. Aparecen dos posibles candidatos a raíz del matrimonio de Luis XIV de Francia
y Leopoldo I del SIRG con dos infantas hijas del exrey Felipe IV: Felipe de Anjou (V), de la
dinastía de los borbones, elegido por Carlos II para ser rey, y el archiduque Carlos, de la dinastía
de los Habsburgo.
Francia no aceptaría que Austria tomase el control de la corona española, ya que se vería rodeada
de una nueva potencia europea. Por el otro lado, otros países como Reino Unido, las Provincias
Unidas, Prusia, Portugal y Saboya temían la potencia marítima y la hegemonía de un bloque
franco-español, por lo que forman una alianza anti borbónica (Gran Alianza). Dentro de
España, Castilla optó por abogar a Felipe V por apoyo popular a excepción de la aristocracia,
que temían sus reformas y absolutismo. Aragón, en cambio, sufrió una revuelta antiseñorial en
Valencia por sectores populares austracistas y un apoyo general austracista en Cataluña por
sus intereses foralistas.
La guerra entre ambos bandos se generaliza en mayo de 1702, con Felipe V al poder de la corona
española, con tres grandes frentes: Las campañas flamenco-renanas al norte de Europa
(Flandes), las campañas italianas y una guerra civil dentro de España, además de frentes en
ultramar, donde los aliados tenían una notable ventaja por las bases navales en Portugal y su
reciente adquisición de Gibraltar en 1704.
Carlos tuvo dos ocasiones de asumir su puesto, pero el descontento popular lo obligaban a huir,
sumado a derrotas cruciales como la batalla de Almansa en 1707, con la que los borbones ocupan
Valencia, y las batallas de Brihuega y Villaviciosa en 1710. Conscientes de que Carlos no llegaría
a ser rey por la falta de sustento popular en Castilla, se comienza a discutir la paz con los
tratados de Utrecht y Rastadt menos en Cataluña, que tarda hasta 1714 para sublevarse por
el miedo a perder sus autonomías.
La paz viene acompañada con una nueva configuración del mapa europeo y sus relaciones
internacionales. Para empezar, Felipe V sería rey de España (renunciando a su derecho a la
corona francesa), que pierde sus territorios europeos (Flandes, Nápoles, Cerdeña), que se
reparten entre Austria y Saboya, y mantiene los americanos. Reino unido sale victorioso en
cuanto a intereses, puesto que se presenta como principal potencia naval de la época gracias a la
adquisición de Gibraltar, Menorca…, el navío de permiso y el asiento de negros. No obstante,
el tratado pretende equilibrar las potencias europeas.
Felipe de Anjou Carlos II
•Francia •Imperio Austriaco
•Castilla •Gran Alianza:
•Saboya •Reino Unido
•Portugal •Países Bajos
•Prusia
•Saboya
•Portugal