EXAMEN HISTORIA T.1
En la primera década del siglo XX, la escalada de tensiones internacionales entre las diferentes potencias
europeas fue creando un clima de "paz armada" que anunciaba la inminencia de un conflicto bélico.
CAUSAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL:
La rivalidad entre potencias europeas
Las potencias europeas adoptaron posiciones nacionalistas, exacerbadas por la defensa de sus intereses en
Europa y en sus imperios coloniales.
De este modo, la exaltación de los valores y la identidad de cada nación generó un clima de desconfianza
mutua y de enfrentamientos:
- Una nueva potencia industrial, Alemania, que había llegado con retraso a la carrera colonial, quiso
expandirse en Marruecos y se enfrentó a Francia, la principal potencia imperialista de la zona.
- Francia reivindicaba como propias las regiones de Alsacia y Lorena, que habían sido incorporadas a
Alemania a raíz de la guerra franco-prusiana (1871).
- También existía una fuerte rivalidad entre Reino Unido y Alemania por la hegemonía política y
económica de Europa, así como por el control de las rutas comerciales.
Las aspiraciones nacionalistas
Los Balcanes constituían un foco de tensión en Europa como resultado de la disgregación del Imperio
otomano y desempeñaron un papel fundamental en el estallido de una guerra generalizada en Europa.
En esta zona se disputaban distintos intereses:
- Algunos pueblos eslavos, como Serbia, Bulgaria, Bosnia y Albania, querían librarse de la tutela de los
viejos imperios (austrohúngaro, otomano y ruso) y consolidarse como Estados independientes.
- Austria-Hungría aspiraba a aumentar su influencia en los Balcanes. Para ello, debía frenar las
ambiciones de Serbia y del Imperio ruso, que también querían expandirse en la zona, y ocupar los
estrechos del Bósforo y los Dardanelos, que abrían sus dominios al mar Mediterráneo
El conflicto se agravó con la anexión de Bosnia-Herzegovina al Imperio austrohúngaro (1908) y originó la
sucesión en pocos años de dos guerras balcánicas (1912 y 1913) que empeoraron la situación. Estas guerras
consolidaron a Serbia, con el apoyo de Rusia, como la principal potencia de la zona.
Este liderazgo alarmó a Austria-Hungría por si se rebelaban los pueblos eslavos bajo su dominio. Por ello
buscó el apoyo de Alemania frente a Rusia.
FORMACIÓN DE ALIANZAS RIVALES
Las potencias se lanzaron a un complejo sistema de alianzas:
- Alemania, Austria-Hungría e Italia firmaron la Triple Alianza (1882).
- Francia, temerosa del poder militar y del expansionismo alemán, se alió con Rusia y mejoró sus
relaciones con Reino Unido. Los tres países firmaron la Triple Entente (1907).
El aumento de las tensiones provocó una carrera armamentística. Los Estados invirtieron grandes sumas de
dinero en fabricar armas (cañones, obuses...), construir barcos de guerra y entrenar a sus tropas. A principios
de siglo XX, todos se preparaban para la guerra y cualquier incidente podía
desencadenar el conflicto.
, DETONANTE DE LA GUERRA Y LAS ALIANZAS
El detonante de la guerra fue el asesinato en Sarajevo, capital de Bosnia, del heredero de la corona austriaca, el
archiduque Francisco Fernando en junio de 1914. Animada por Alemania, Austria declaró la guerra a Serbia,
a quien se acusó de organizar el atentado.
Entonces empezó el juego de alianzas. Rusia apoyó a Serbia y declaró la guerra a Austria. Alemania, aliada de
Austria, declaró la guerra a Rusia y a Francia. La invasión de Bélgica, país neutral, por el ejército alemán hizo
que el Reino Unido declarase la guerra a Austria y Alemania. Solo Italia se mantuvo neutral. El inicial
enfrentamiento austro-serbio se convirtió en una guerra europea.
LA EXTENSIÓN DEL CONFLICTO
Un estudiante nacionalista bosnio instigado por Serbia disparó en plena calle contra el heredero del Imperio
austrohúngaro y su esposa.
La I Guerra Mundial movilizó gran cantidad de recursos económicos y humanos, implicando a toda la
población. Los ejércitos incorporaron a todos los hombres en edad militar y la población civil se vio afectada
por la guerra como nunca antes había sucedido.
Además, el uso de modernas técnicas de propaganda permitió movilizar a la opinión pública y comprometerla
en la causa bélica.
Los contendientes reconvirtieron sus industrias con el objetivo de fabricar armamento, pidieron préstamos y
sustituyeron la mano de obra masculina, que había partido hacia el frente, por la femenina.
Las mujeres trabajaron en las fábricas de armamento, en los hospitales, en la conducción de tranvías... Al final
del conflicto, las mujeres constituían el 35% de la mano de obra industrial de Alemania y Gran Bretaña. Su
acceso al mundo laboral contribuyó a aumentar su deseo de independencia y supuso un paso más en la lucha
por los derechos de la mujer.
ARMAS DESTRUCTIVAS
El extraordinario desarrollo tecnológico del siglo XIX, y especialmente de la Segunda Revolución Industrial,
se aplicó a la guerra, buscando los medios más efectivos para destruir y matar.
El empleo de nuevas armas más mortíferas provocó que el número de víctimas fuera muy superior al de
guerras anteriores. Se fabricaron cañones más poderosos y ametralladoras, se usaron los primeros tanques y
aviones, se bombardearon pueblos y ciudades y se utilizaron gases que aterrorizaron a los contendientes.
El grado de destrucción de pueblos, fábricas, cosechas... conllevó una gran penuria para la población de la
retaguardia.
La guerra afectó a todos los países contendientes, pero en el Imperio ruso tuvo profundas consecuencias, que
desembocaron en la revolución más trascendental del siglo XX.
IMPERIO ARRASADO.
A comienzos del siglo XX, el Imperio ruso se hallaba regido por Nicolás II, un zar investido de un poder
absoluto: gobernaba por decreto, no estaba sujeto a ninguna constitución ni tenía que responder ante un
parlamento. Este régimen autocrático se sostenía sobre una fiel burocracia, un poderoso ejército y en la Iglesia
ortodoxa, que tenía una gran influencia sobre la sociedad tradicional rusa.
En 1905, estalló un movimiento revolucionario contra la opresión zarista y las injusticias sociales, y en
demanda de mejoras básicas en las condiciones de vida de la población.
Tras la revolución, Nicolás II se comprometió a convocar elecciones por sufragio universal al Parlamento
(Duma) y a propiciar una reforma agraria. Sin embargo, las promesas no se cumplieron y en pocos años el zar
clausuró la Duma y gobernó de nuevo autocráticamente.