6.3.- EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874): LA CONSTITUCIÓN DE 1869. EVOLUCIÓN POLÍTICA:
GOBIERNO PROVISIONAL, REINADO DE AMADEO I Y LA PRIMERA REPÚBLICA.
Una vez que Isabel II se exilia en Francia, comienza el llamado Sexenio Democrático español, que se
enmarca en una Europa y un mundo cambiante: nuevas teorías y prácticas sociales (democracia,
socialismo, anarquismo), nuevos idearios (abolicionismo), nuevas rutas comerciales (canal Suez),
avances tecnológicos (telégrafo) y nuevos movimientos culturales (realismo y naturalismo).
La revolución de septiembre de 1868 (La Gloriosa), provoca la caída de la reina que se refugia en
París, se inició cuando el almirante Topete junto a Prim y Serrano, se sublevaron en Cádiz. Tras la
marcha de la reina, se formó un Gobierno provisional presidido por Serrano, formado por unionistas
(Topete) y progresistas (Serrano, Sagasta, Figuerola, Zorrilla). Tomaron medidas inmediatas como:
disolución de las juntas locales revolucionarias, expulsión de los jesuitas, derogación del fuero
eclesiástico y convocaron elecciones a Cortes constituyentes que dieron la mayoría a la coalición
gubernamental.
Las Cortes redactan la Constitución 1869. Establecía la soberanía nacional, división de poderes
(legislativo en las cámaras, ejecutivo en el rey a través de los ministros y judicial en los jueces);
consagraba derechos básicos (reunión, asociación y expresión), y por primera vez establecía la
libertad religiosa, el sufragio universal masculino y la monarquía democrática como sistema de
gobierno.
Había una Constitución, pero España era una monarquía sin rey. Se instauró una regencia presidida
por Serrano, y Prim fue nombrado jefe de Gobierno. Aunque estaba descartada la vuelta de los
Borbones, Cánovas del Castillo forma el Partido Alfonsino, en defensa de los derechos del hijo de
Isabel II.
Durante el año 1869 se produjeron varios problemas: comienza la guerra con Cuba, los carlistas se
reorganizan en torno a Carlos VII, y se suceden levantamientos republicanos por todo el país. Prim se
centró en la búsqueda de un rey (Leopoldo de Hohenzollern, duque de Montpensier, Fernando de
Coburgo y Amadeo de Saboya).
En octubre de 1870, Amadeo de Saboya aceptó la Corona, con el consentimiento de las potencias
europeas. En noviembre las Cortes lo eligen Rey. Su reinado fue muy breve (1870-1873) debido a
diversos factores: asesinato de su valedor, Prim, el conflicto militar con Cuba, la oposición de las
fuerzas monárquicas (el carlismo, con la tercera guerra carlista, y el Partido Alfonsino); a ello se unió
la oposición de la nobleza y burguesía; y las movilizaciones obreras y populares que reclamaban un
régimen republicano.
En febrero de 1873 el rey Amadeo renunció al trono, y las Cortes reunidas en una sola Asamblea,
proclamaron la I República, designando a Estanislao Figueras presidente de una República unitaria,
(que inmediatamente chocó con los republicanos federales). Su principal cometido era convocar
Cortes Constituyentes que promulgasen una nueva Constitución. Se enfrentó con graves problemas:
crisis de Hacienda, cuestión de Cuba y la Tercera Guerra Carlista. En las primeras elecciones que se
celebraron triunfaron los republicanos federales, proclamándose la República Democrática Federal,
siendo Pi i Margall presidente.
Al tiempo estalló una revolución cantonal, protagonizada por la clase media y trabajadores urbanos,
comenzó en Cartagena extendiéndose al Sur y Levante. Al no poder aprobar la Constitución, Pi i