SEGUNDA PRUEBA EVALUABLE
HECHOS DEL CASO PRÁCTICO:
Alejandro, abordó por la espalda a Arturo aprovechando que se encontraba
desprevenido hablando por el teléfono móvil y sentado sobre su motocicleta.
Esgrimiendo un objeto punzante, le conminó para que le entregara sus pertenencias.
Amedrentado por la posibilidad de sufrir un pinchazo, Arturo le entregó a su agresor
el casco, la cartera junto con todo su contenido, el teléfono móvil y las llaves de la
motocicleta, con la que marchó el agresor del lugar.
Otro día, Alejandro se dirigió con un cuchillo a Jesús y le conminó a que le
acompañara hasta su coche obligándole a entregarle los bienes que portaba en una
bandolera, tales como tarjetas bancarias, DNI, teléfono móvil y gafas graduadas, con
un valor aproximado de 250 euros, y a introducirse, acto seguido, en el maletero del
turismo a través de los asientos traseros, en donde lo encerró.
Aprovechando el estado de temor de Jesús le solicitó los códigos numéricos de las
tarjetas, y, una vez los tuvo en su poder, inició un periplo en cuyo curso realizó 3
paradas, en las que, usando dos tarjetas bancarias diferentes e introduciendo en los
cajeros los códigos numéricos que le había facilitado su víctima, se hizo con la suma
de 1790 euros.
Pese a haber realizado todas las operaciones bancarias para la obtención de dinero,
Alejandro no liberó a Jesús, y prendió el asiento del copiloto con intención de
deshacerse del vehículo hasta quemarlo por completo, sin desconocer que dicha
acción podría causar la muerte de Jesús. Tras ello, Alejandro intentó plegar los
asientos traseros para liberar al retenido, pero al no lograrlo, desistió sin más,
aceptando el resultado de muerte que pudiera llegar a producirse por el incendio, sin
pedir auxilio y sin sofocar las llamas, alejándose unos metros y abandonando a su
víctima a su suerte. A fuerza de golpear y empujar el respaldo de los asientos traseros
desde el maletero, Jesús logró abrir un pequeño hueco a través del cual salió antes de
que se calcinase totalmente el turismo.
Como consecuencia de todo ello Jesús sufrió una lumbalgia y un ataque de ansiedad.
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