2.2. AL ÁNDALUS: REINOS DE TAIFAS. REINO NAZARÍ.
Desde comienzos del siglo XI, algunos territorios habían comenzando a independizarse debido
a la debilidad del califato tras la muerte de Almanzor. Al final, una rebelión en Córdoba depuso
al último Califa Hisham III y desapareció la unidad política (1031).
Reinos de taifas, 1031-1090. Este periodo se caracterizó por:
-La descomposición política, fitna, tras la desaparición del califato de Córdoba en 27 reinos de
Taifas, (a menudo rivales) sumió al mundo musulmán en un estado de debilidad militar que
facilitó la conquista de Toledo por Alfonso VI de Castilla, 1085.
-La supervivencia de estos pequeños reinos dependía con frecuencia del pago de parias,
(tributo pagado a cambio de protección y reconocimiento del vasallaje).
-Esta debilidad política no se tradujo ni en crisis económica (pues disponían de los territorios
más prósperos) ni en decadencia cultural (pues realizaron una importante labor de
mecenazgo).
La unificación almorávide, 1090-1145.
Los motivos de su llegada fueron: tras la pérdida de Toledo, los reyes de las Taifas de Sevilla,
Granda y Badajoz pidieron ayuda a los almorávides, (agrupación de tribus bereberes dedicadas
a la ganadería que habían creado un gran imperio en el norte de África).
Su llegada va a contener el avance cristiano hacia el sur con victorias importantes en batallas
como Zallaqa-Sagrajas, 1086 y Uclés, 1108.
Pero el poder almorávide fue efímero por varias razones:
La pérdida de ciertos territorios estratégicos (Zaragoza) o la incapacidad para
recuperar otros, (Toledo).
Su fanatismo religioso provocaba el descontento de la población.
La aparición de los almohades, además de la relajación moral y la corrupción de sus
dirigentes que no podían detener el nuevo avance cristiano.
A mediados del siglo XI (1145) su descomposición favoreció de nuevo la fragmentación política
apareciendo los segundos reinos de taifas.
La unificación almohade, 1145-1232.
Los almohades habían constituido un imperio en el Magreb, también formado por bereberes.
Cruzaron el estrecho con el objetivo de destruir los restos del poder almorávide, unificando
nuevamente Al-Ándalus (1172). Instalaron su capital en Sevilla levantando edificios
emblemáticos como la Giralda. Sin embargo su intento reunificador también fracasó. Aunque
lograron importantes victorias contra los cristianos, Alarcos, 1195, se convocó una cruzada con
todos los reinos cristianos peninsulares, a los que se unieron muchos nobles europeos. En las
Navas de Tolosa, 1212, consiguieron una aplastante victoria que provocó el hundimiento
almohade y llevó de nuevo a la fragmentación, que facilitó la conquista.
El reino nazarí de Granda, 1246-1492.
Es el último reino musulmán de la Península. Gobernado por la dinastía nazarí consiguió
mantener su independencia gracias al pacto de vasallaje con Castilla, además de la llegada
masiva de andalusíes de otros territorios reconquistados (desarrollo económico). EL siglo XIV
marcó su esplendor (construcción de la Alhambra) que declinó en el XV, con los problemas
sucesorios y la rendición de Boabdil a los Reyes Católicos.
2.3. AL-ÁNDALUS: ECONOMÍA, SOCIEDAD Y CULTURA.
La base económica de Al-Ándalus continuó siendo la agricultura pero con notables mejoras:
Impulsaron la práctica del regadío (acequias, norias…)
Se introdujeron nuevos cultivos: arroz, cítricos, azafrán, algodón, moreras…
Se produce un proceso de desruralización, es decir, se rompe la tendencia a la ruralización,
(abandono de las ciudades para vivir en las villas del campo) iniciada en el Bajo Impero romano
y acentuada con los visigodos. Los grandes terratenientes musulmanes prefirieron residir en
las ciudades.
En minería explotaron el plomo, el cobre, el cinabrio y el oro.