7.2. LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA (1874-1902): LOS NACIONALISMOS CATALÁN Y VASCO Y
EL REGIONALISMO GALLEGO. EL MOVIMIENTO OBRERO Y CAMPESINO.
Después del fracaso de la I República los partidos republicanos retrocedieron y perdieron gran
parte de su base social que empezó a seguir a los partidos obreros y a los partidos
nacionalistas; el más representativo fue el partido Republicano progresista, heredero de la I
República, al que pertenecían hombres como Salmerón o Zorrilla. Posteriormente se dividieron,
algunos optaron por la vía del catalanismo (Salmerón), otro por el regeneracionismo
(Melquíades Álvarez) y otros por la vía de la acción revolucionaria (Ruiz Zorrilla y Lerroux).
Los partidos obreros se organizan legalmente a partir de la promulgación de Ley de Asociación.
Desde la ruptura de la AIT en 1872 el movimiento obrero estaba escindido en dos grandes
corrientes ideológicas, los socialistas marxistas y los anarquistas de Bakunin.
En España el partido socialista más importante era el PSOE, fundado por Pablo Iglesias en 1879,
que seguía la corriente marxista que defendía el fin de la sociedad capitalista y de la propiedad
privada de los medios de producción mediante la revolución obrera para establecer la
dictadura del proletariado. Sin embargo poco a poco el PSOE evolucionó hacia posiciones
reformistas (socialdemocracia) presentando candidatos en las elecciones. En 1888 Pablo
Iglesias fundó el sindicato UGT, que centró su lucha en la mejora de las condiciones de trabajo
(salario mínimo, jornada de 8 horas, descanso dominical, prohibición del trabajo infantil).
Los anarquistas, por su propia naturaleza, carecían de una única doctrina, pero tenían en
común el rechazo de toda forma de organización estatal. En España vamos a encontrar dos
corrientes: En Andalucía el anarquismo de Bakunin, que propuganaba la formación de
comunidades autónomas, autogestionadas, sin una autoridad ni propiedad privada y en
Cataluña el anarcosindicalismo que quería mantener los sindicatos como única forma de
organización social. La CNT fundada en 1911 fue el más importante sindicato anarquista.
Regionalismo y Nacionalismo:
Desde la Guerra de la Independencia aparece en España una tendencia revolucionaria de
carácter centrífugo, denominada federalismo o cantonalismo según el momento, y que ponía
el acento más en la cuestión del autogobierno y el desarrollo de las libertades que en el
desarrollo cultural de la nacionalidad. A partir de mediados del siglo XIX en toda europa se
desarrolla un sentimiento nacionalista, entendiendo la nación como una entidad con vida
propia, con una forma de ser y de pensar, con unas manifestaciones culturales, una historia
común y unos límites territoriales que no coincidirían con las fronteras políticas, creadas
artificialmente. En este sentido el nacionalismo podía ser, políticamente, tanto de signo
conservador como revolucionario, según el modelo de estado que defendieran.
Durante los últimos años del XIX en España aparece el movimiento nacionalista en Cataluña y
el País Vasco regiones donde existía una diferenciación linguüística sobre la que va a
cimentarse el sentimiento nacionalista.
Es en Cataluña donde se inicia este movimiento. Su primer impulsor fue Valentí Almirall,
procedente del partido republicano federal de Pi y Margall. Pretendía agrupar a todos aquellos
que, independientemente de sus tendencias políticas, propugnaban la autonomía catalana y el
desarrollo de la cultura catalana (Reinaxença). El movimiento político pronto va a escindirse en
dos grandes corrientes una conservadora cuyo partido más representativo fue la Lliga, y otra
republicana y revolucionaria, cuyo partido más representativo será Esquerra Republicana,
1931.
Desde el desastre de 1898 el aparente equilibrio político, ideado por Cánovas, se vio
ensombrecido por la emergencia política y social de las organizaciones obreras, el
republicanismo y el ascenso del nacionalismo.