BLOQUE 2.
1. DESCRIBE L A EVOLUCIÓN POLÍTICA DE AL-ÁNDALUS.
El islam es una religión nacida en Arabia en el siglo VII. Tras la muerte de Mahoma,
los creyentes se lanzaron a extender el islam por el mundo. Tras la invasión
musulmana del 711, la mayor parte de la Península Ibérica pasa a formar parte del
área de influencia y expansión del islam y este territorio se conocerá como Al-
Ándalus.
El espacio de Al-Ándalus varía con los siglos. En el año 1000 es una sociedad
científicamente y culturalmente más avanzada que la Europa medieval en su
conjunto y los reinos cristianos del norte peninsular. Su legado cultural ha sido
esencial.
1.1. EVOLUCIÓN POLÍTICA.
1.1.1. LA CONQUISTA.
En el 711 las tropas islámicas se extienden con gran rapidez por la Península
Ibérica. La conquista es breve, llevada a cabo por el ejército musulmán del Magreb,
compuesto por bereberes del norte de África y élites árabes. Llegan a Toledo y en el
720 dominan toda la Península Ibérica, salvo la franja cantábrica. Fracasan en el
intento de ocupar la Galia. Las causas de esta rapidez están en:
La debilidad de la monarquía visigoda, las luchas internas por el poder.
El trato respetuoso que los conquistadores dan a la población
hispanovisigoda que no se opone a su autoridad. Buscan controlar los puntos
clave y llegan a acuerdos, capitulaciones o pactos en función de la
resistencia ofrecida. Se toleraba a cambio de tributos y de aceptar la
soberanía islámica.
1.1.2. EL EMIRATO DEPENDIENTE (711-756)
Entre el 711-756 la Península Ibérica se constituye en provincia del imperio islámico
que gobierna desde Damasco la familia omeya. Se suceden emires que dependen
en lo político y en lo religioso del califa de Damasco.
Se lleva a cabo la ocupación militar y el asentamiento de los invasores en el
territorio conquistado. La ocupación da origen a conflictos entre los propios
musulmanes, pues no forman un grupo homogéneo. Se producen enfrentamientos
entre los diferentes clanes árabes, y entre estos y los bereberes.
La instauración del nuevo emirato musulmán es lenta, debido a los problemas
internos entre los invasores. El territorio se ordena en coras y Córdoba se convierte
en la capital de Al Andalus. Mérida, Toledo y Zaragoza son las capitales de las tres
grandes zonas fronterizas o marcas.
La lejanía con respecto a Damasco convierte a Al Andalus en un territorio
difícilmente controlable. La desaparición del Califato Omeya en el 750 provoca
indirectamente la independencia política de Al Andalus respecto a la nueva dinastía.
1.1.3. EL EMIRATO INDEPENDIENTE (756-929)
Abd Al-Rahman I se refugia en el norte de África, llegando hasta Al-Andalus, donde
se hace con el poder en Córdoba y se proclama emir independiente del Califato de
Bagdad en el año 756. Rompe los lazos políticos con el Imperio abbasí, aunque
reconoce la autoridad religiosa del califa de Bagdad. No consiguió dominar toda la
península y designó como heredero a uno de sus hijos, estableciendo un sistema
sucesorio.
, La estructura de un Estado unitario, con un poder central fuerte, iniciada por él es
continuada por sus sucesores. Se fortalece el poder militar dotándose de un ejército
profesional a su servicio que sirve para sofocar las revueltas y mantener
controlados a los reinos cristianos mediante razzias, y para obtener botín y
prestigio. Los mercenarios pertenecían a los eslavos. Eran comprados a otros
pueblos y después convertidos en libertos que se ponían al servicio del emir.
Son frecuentes las revueltas locales y las reivindicaciones separatistas. Todas ellas
las protagonizan muladíes (antiguos cristianos convertidos), mozárabes y diferentes
facciones de la aristocracia, son reprimidas con dureza. La más difícil de dominar es
la del muladí Omar Ibn Hafsun. Estas revueltas permiten a los reinos cristianos salir
de las montañas cantábricas avanzando hacia el sur por el valle del Duero.
1.1.4. EL CALIFATO DE CÓRDOBA (929-1031)
En el año 929 accedió al emirato Abd Al-Rahman III. El emir solo controlaba la zona
de Córdoba y Sevilla. Los gobernadores de casi todas las marcas se
autoproclamaban Reyes independientes. El avance de los reinos cristianos
demostraba que era una auténtica amenaza. El nuevo emir, apoyándose en un
numeroso ejército de mercenarios dirigido por el general Galib, derrotó a Omar Ibn
Hafsun, sometió a todos los jefes sublevados, conquistó Ceuta, Melilla y Tánger y
llevó a cabo expediciones de castigo contra los núcleos cristianos
El emir se proclama califa en el 929, lo que supone ser el líder político y religioso,
cesando la dependencia religiosa de Bagdad. Busca restaurar la unidad del Estado
islámico. El califato supone también la hegemonía de Al-Andalus sobre toda la
península, pues los reinos cristianos del norte pasan a ser sus vasallos y pagan
tributos a cambio de no sufrir saqueos y pillajes de sus tierras. Logra que la cultura
andalusí se imponga en el mundo árabe islámico.
Córdoba se convierte en el centro político, cultural y espiritual más importante de
Occidente y competía en riqueza con Constantinopla. Bajo su mandato se produce
el momento de mayor esplendor económico, cultural y político. Construyó una
ciudad palacio Medinat Al-Zahra, desde la que gobernó su enorme imperio.
Aprovechando la minoría de edad de Hisham II, el gobierno pasa a manos del valido,
Almanzor. A partir de ese momento, el poder de los califas de Córdoba será solo
simbólico. Impone una dictadura militar y reanuda las expediciones de castigo
contra los reinos cristianos.
Tras la muerte de Almanzor se inicia una etapa de grave agitación política. A
Almanzor lo sucedió su hijo, que fue incapaz de mantener la autoridad. Tras su
muerte accedió al poder el segundo hijo de Almanzor. La aristocracia se levantó
contra el poder de este y los otros clanes buscaron el apoyo de los reinos cristianos.
Se iniciaba así la injerencia de los reinos cristianos en la política interna de Al-
Andalus. En 1009 estalla una revolución en Córdoba que termina con el poder de los
sucesores de Almanzor. A partir de ese momento los califas se sucedieron, mientras
su autoridad iba disminuyendo. Es el comienzo de una guerra civil. Los reinos
cristianos del norte contribuyen a la disgregación de Al Andalus apoyando algunos
de los bandos o saqueando ciudades musulmanas. En 1031 un Consejo de Notables
decreta la abolición del califato.
1.2. REINOS DE TAIFAS E IMPERIOS AFRICANOS.
Al-Ándalus se divide en numerosos pequeños estados o reinos independientes,
conocidos como reinos de taifas, gobernados por reyezuelos locales y jefes
militares. A lo largo de los siglos XI-XIII estas taifas van siendo absorbidas por los
reinos cristianos. Solo la llegada de pueblos norteafricanos consigue paralizar por
algún tiempo el avance cristiano.
Primeros reinos de taifas (s. XI): frente a cada reino hay familias árabes,
bereberes, o eslavos, pero el poder político es inestable y carecen de fuerza
militar. La presión cristiana obliga a los taifas a pactar la paz mediante el