SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO
Dra Teresa Silva Costa Gomes (Hospital Mar‐Barcelona)
INTRODUCCIÓN
El sistema nervioso autónomo (SNA) o vegetativo es la parte del sistema nervioso que se
encarga de la regulación de las funciones viscerales involuntarias del organismo. Es el
responsable del mantenimiento de la homeostasis corporal y de las respuestas de
adaptación del organismo ante las variaciones del medio externo e interno. Así pues, ayuda
a controlar, entre otras funciones, la presión arterial, la frecuencia cardiaca, la motilidad y
secreciones digestivas, la emisión urinaria, la sudoración, la temperatura corporal, etc.
Algunas de estas funciones están controladas totalmente por el sistema nervioso autónomo,
mientras que otras lo están parcialmente, conjuntamente con hormonas circulantes y/o
otros mediadores químicos locales.
Es un sistema tónicamente activo que mantiene a los tejidos y órganos efectores en un
estado de función intermedia, con posibilidad de incremento o disminución del efecto
partiendo de un tono basal.
Una de sus principales características es la rapidez y la intensidad con la que puede cambiar
las funciones viscerales. Así por ejemplo, en cuestión de 3‐5 segundos puede duplicar la
frecuencia cardiaca y en 10‐15 segundos la presión arterial.
Por qué es tan importante para el anestesiólogo?
El éxito de un acto anestésico depende del mantenimiento de la homeostasis corporal y esta
refleja el estado y función del sistema nervioso autónomo. Por otro lado, la mayor parte de
los fármacos (anestésicos y no anestésicos) que utilizamos tienen efectos importantes en
este sistema. Un aspecto muy importante de la formación de un anestesiólogo, consiste en
adquirir conocimientos y habilidades para manejar y utilizar los efectos que tienen sobre el
sistema nervioso autónomo estos fármacos y saber mantener la homeostasis corporal, en
diversas condiciones patofisiológicas; por todo esto podemos afirmar que la anestesiología
es la medicina práctica del sistema nervioso autónomo.
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,ANATOMÍA DEL SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO
Teniendo en cuenta las diferencias anatómicas, fisiológicas y neuroquímicas, el SNA se divide
en:
1. SN Simpático (SNS) o adrenérgico
2. SN parasimpático (SNP) o colinérgico
3. SN Entérico (SNE)
El SNS y el SNP funcionan en general de forma antagónica y el efecto final depende del
balance entre los dos. Sin embargo, hay órganos que solo reciben inervación simpática o
parasimpática.
Sistema nervioso autónomo central
No existe un centro bien definido puramente central del sistema nervioso autónomo.
La integración de las actividades del sistema nervioso autónomo ocurre a todos los niveles
del eje cerebroespinal.
La activación del SNA se produce fundamentalmente a partir de centros localizados en el
hipotálamo, tronco cerebral y medula espinal. El hipotálamo es el centro organizativo por
excelencia, ya que controla todas las funciones vitales e integra el SNA con el sistema
neuroendocrino. El SNS es controlado por el núcleo posterolateral, de tal forma que un
estímulo de esta zona genera una respuesta masiva de actividad simpática. El SNP es
controlado por los núcleos hipotalámicos medial y anterior pero su activación ocasiona
respuestas más específicas y limitadas.
Los centros autonómicos del tronco encefálico bajo, son en gran medida estaciones
intermedias de los centros localizados a niveles superiores.
En el tronco encefálico se localizan los centros de la respuesta aguda del SNA.
En el bulbo encefálico se encuentra el principal centro de integración de los reflejos
cardiovasculares. Al núcleo del tracto solitario llega la información procedente de los quimio
y baroreceptores, a través de los nervios glosofaríngeo y vago.
La mayor parte de las funciones del SNA son reguladas de forma inconsciente, mediante
reflejos viscerales, aunque pueden ser influenciadas por las emociones y los estímulos
somatosensoriales. La corteza cerebral es el nivel más alto de integración somática del SNA.
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,Fruto de esta integración, un único estímulo puede desencadenar respuestas autonómicas,
antinociceptivas y de comportamiento.
Sistema Nervioso Autónomo Periférico
El sistema nervioso autónomo es un sistema fundamentalmente eferente, y a pesar de que
el componente aferente no es tan claramente identificable, las fibras aferentes constituyen
el primer paso en los arcos reflejos, ya sea informando del dolor visceral o de cambios en la
distensión vascular.
Al igual que los nervios somáticos, las vías aferentes somáticas son unipolares, o sea, están
formadas por una neurona y suelen acompañar en su trayecto a la mayoría de fibras
eferentes.
Los nervios simpáticos y parasimpáticos eferentes, en cambio, son bipolares, es decir que
están formados por dos neuronas, la neurona pre‐ganglionar (mielinizada con velocidad de
conducción rápida, 3‐15 m.s‐1) y la postganglionar (no mielinizada de conducción lenta, <2
m.s‐1).
Existen diferencias entre el SNS y SNP:
‐ En el sistema simpático la fibra preganglionar es corta, y la sinapsis con la neurona
postganglionar ocurre en los ganglios autonómicos, localizados a nivel paravertebral
bilateral; la fibra postganglionar es larga y acaba en el órgano efector distal.
‐ En el sistema parasimpático la fibra preganglionar es larga y la sinapsis ocurre a nivel
distal, incluso en la misma pared del órgano efector, siendo la fibra postganglionar
corta.
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, neurona motora simpático parasimpático
SNC
fibras pre-ganglionares
periférico
fibra motora somática
nervioso
sistema
ganglio simpático
ganglio parasimpático
fibras post-ganglionares
Músculo Músculo liso, músculo cardíaco,
esquelético glándulas
Figura 1. Fibras eferentes del sistema nervioso autónomo periférico
Sistema nervioso simpático
Los nervios simpáticos tienen origen en la médula espinal entre los segmentos T‐1 y L‐2 y
desde aquí se dirigen a la cadena simpática paravertebral y finalmente a los tejidos y
órganos periféricos.
El cuerpo celular de las fibras simpáticas preganglionares se localiza en el cuerno intermedio‐
lateral de la médula espinal. Abandonan la medula espinal a través de la raíz anterior junto
con las fibras motoras; sin embargo las fibras preganglionares simpáticas abandonan el
nervio espinal inmediatamente después de la salida del agujero de conjunción y constituyen
las ramas comunicantes blancas. Se dirigen hacia la cadena simpática paravertebral.
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