Hermenéutica de la obra fílmica Prof. María del Carmen Molina Barea
Alba Villalba Rovi Grado Cine y Cultura UCO
TEMA 2. LAS LÓGICAS DEL HIPERCINE
1. Los conflictos del cine tras la modernidad (1)
1.1 Escuela de Frankfurt.
Instituto para la Investigación Social:
M. Horkheimer, fundador intelectual: “Teoría crítica”.
Teoría tradicional y Teoría crítica (1937).
Se opone a la razón moderna (“Teoría tradicional”): esencialista, axiomática, modo
capitalista-burgués. Pretende desenmascarar el carácter ideológico del positivismo y la
razón instrumental.
Establece una teoría social materialista interdisciplinar: La filosofía ha de ser una teoría
crítica de aplicación a la praxis social.
Crítica de la Ilustración:
Horkheimer y Adorno: Dialéctica de la Ilustración (1947). Observan el fracaso de la
razón ilustrada que desemboca en positivismo (cosificación, trabajo mercantil, fetichismo
burgués, valor de cambio, burocratización) convertida en razón instrumental (acción
subjetiva racional con arreglo a fines).
Paradoja de la Ilustración:
La función racionalizadora de la Modernidad tiende a lo puramente técnico y pragmático.
En nombre de la razón, se ha impuesto un dominio oculto legitimado por el crecimiento
económico y técnico. Los individuos positivizados se adaptan y homogenizan con la
racionalidad dominante. La racionalidad técnica es la racionalidad del dominio mismo.
Así, la razón se torna irracional. La razón ilustrada se ha convertido en su opuesto. Ya
noes fuente de emancipación. Ironía de la Ilustración que se convierte en lo que pretendía
eliminar.
La alternativa es el negativismo propio de la Teoría Crítica: la utopía como oposición
realista. Adorno – Dialéctica negativa. La Teoría Critica pretende desenmascarar los
condicionamientos socioculturales y formas de autolegitimación de la ideología
dominante. Denuncia la razón que elimina lo individual y heterogéneo, y así critica sus
consecuencias: la cultura de masa (“industria cultural”).
La Escuela de Frankfurt y la cultura de masas:
Denunciaron la explotación de la sociedad alienante del modelo fordista, que convertía a
los seres humanos en máquinas y a la cultura y al arte en productos de consumo de masas.
Mientras el capitalismo controla durante las horas laborables, la industria cultural lo hacia
en el tiempo de ocio. Continuidad entre el tiempo de trabajo y ocio por la industria cultural
que influye en las necesidades del consumidor, dirigiéndolas y disciplinándolas. Critican
que todo tiene valor en la medida en que se puede intercambiar, no por ser algo en sí: el
arte deviene un fetiche consumible, mercancía industrial.
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La Escuela de Frankfurt y el CINE:
Carmen Espejo Cala: “El cine como industria cultural. La visión de la Escuela de
Frankfurt”.
“Casi con tanta frecuencia con la que se concede al cine el apelativo tópico de séptimo
arte, se le relaciona con otro rótulo más pragmático, el de industria cultural. La historia
y la teoría del cine se debaten, es cierto, entre la fábrica y los sueños que dan título a este
encuentro. Hemos elegido la segunda de las definiciones como motivo para nuestra
comunicación. Puede afirmarse que el cine es la industria cultural, por excelencia;
ninguna otra de las nuevas expresiones artísticas surgidas al hilo del avance tecnológico
en Occidente a lo largo de los dos últimos siglos, ni siquiera la televisión, la fotografía o
la moderna publicidad, merece tan a menudo como el cine el apelativo. Las dos
naturalezas simultáneas que se le suponen, la de la industria y la de la cultura, suelen
entenderse normalmente como contrapuestas e incluso contradictorias: la industria
niega al arte, tal como la fábrica manifiesta desbarata los sueños. En esta comunicación
nos parece oportuno recordar que en el origen de esta tensión o, con mayor propiedad,
en el origen de la reflexión acerca de esta tensión, están los clarividentes -por certeros y
tempranos- planteamientos que realizaron dos señalados miembros de la filosófica
Escuela de Frankfurt. Fueron Theodor W. Adorno y Max Horkheimer quienes por vez
primera dedicaron un estudio profundo a la consideración del fenómeno de la industria
cultural. En su obra conjunta Dialéctica de la Ilustración, cuya primera publicación, en
fotocopias y con una tirada de tan sólo quinientos ejemplares, data de 1944, incluían un
largo ensayo titulado "La industria cultural. Ilustración como engaño de masas".
H. Marcuse (1898-1979)
Critica la racionalidad instrumental del capitalismo avanzado por producir necesidades
que no puede satisfacer. Alienación del homo consumens, fetichismo, cosificación y
reificación. La cultura se ha convertido en industria cultural.
Unidimensionalidad: potencialización exclusiva de una sola dimensión del ser: la
económica. Es un rasgo propio de la racionalidad instrumental técnico-capitalista.
Identificación con el orden existente (“alienación introyectiva”). Modo en que el sujeto
reproduce los controles externos.
‘De nuevo nos encontramos ante uno de los aspectos más perturbadores de la civilización
industrial avanzada: el carácter racional de su irracionalidad. Su productividad y
eficiencia, su capacidad de incrementar y difundir las comodidades, de convertir lo
superfluo en necesidad y la destrucción en construcción, el grado en que esta civilización
transforma el mundo-objeto en extensión de la mente y el cuerpo del hombre hace
cuestionable hasta la noción misma de alienación. La gente se reconoce en sus
mercancías; encuentra su alma en su automóvil, en su aparato de alta fidelidad, su casa,
su equipo de cocina. El mecanismo que une el individuo a su sociedad ha cambiado, y el
control social se ha incrustado en las nuevas necesidades que ha producido. Las formas
predominantes de control social son tecnológicas […].’
(Herbert Marcuse, El hombre unidimensional)
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La razón técnica origina mentes unidimensionales. El pensamiento negativo se va
reduciendo. Riesgo de renuncia al Gran Rechazo y a la utopía.
La solución se halla en el arte. Gratuidad del placer estético vs. fetichismo. El arte
preserva la utopía como ideal realizable, tiene poder de transformar la realidad. Todo arte
autentico es en sí negativo, pues rehúsa someterse a lo establecido. El mundo deseado por
el arte no coincide (identifica) con el mundo dado, pero tampoco es una mera fantasía.
El arte construye mundos utópicos, pero depende del existente, lo que le impide cambiar
el mundo, pero puede cambiar las conciencias de individuos capaces de hacerlo.
Los conflictos del cine tras la modernidad (2)
1.2 El cine según Adorno
T. W. Adorno (1903 – 1969)
Dialéctica Negativa: denuncia lo positivo existente.
“Lo que es no debería ser” (principio de no identificación, no identidad).
La identificación se cualifica como dominio, cosificación e ideología. El pensamiento
identificante, cuando conoce algo, lo asimila, anula y subsume. En cambio, para conocer
hay que percibir lo semejante desde lo que no se le asemeja. Parece que lo único que
existe es lo que se identifica.
Adorno pretende una sociedad racional que se defina negativamente; reivindica la
responsabilidad constante del intelectual de rechazar lo positivo.
¿La escuela de Frankfurt que proponía? Esa oposición a los valores del proyecto moderno
encarnado por la razón en mayúsculas, convertida en una razón administrada y positivista
del sistema, del capitalismo. La dialéctica negativa es lo que plantean ellos, la razón
tradicional se caracteriza por la positivización por homogeneizar, por eso Adorno habla
de la necesidad de una dialéctica negativa, que buscar afirmar que lo positivo no debería
ser. Lo que está dado no debería ser así. La actitud crítica o negativa es la que dice esto
que está dado por qué es así, no debería ser así. Esto se resume en “no os identifiquéis”.
Porque el que no se identifica protesta, abre mundo a algo que no es idéntico, a algo
diferente.
La positivación necesita dominar, requiere control, y cosifica. Si queremos subvertir el
proceso de la identificación ¿Qué podemos hacer?
Adorno está convencido de que la persona dedicada al arte es la persona que tiene un
compromiso con la negatividad, y estar continuamente en contra con la identificación.
Quiere un mundo distinto. Nuestra labor no es cambiar el sistema, es estar en medio,
continuamente criticando. Lo que hace el intelectual es la responsabilidad constante del
rechazo, rechazo de lo que se da por hecho.
1.2.1 La identificación se extiende a la cultura.
Adorno contra la industria cultural.
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