TEMA 3
Los orígenes de la industrialización:
En el siglo XVIII, la riqueza en Europa se basaba principalmente en la agricultura de subsistencia en el campo y limitaciones
en las actividades artesanales en las ciudades. A pesar de esto, se observaban cambios económicos, como la
protoindustrialización en la industria doméstica en áreas rurales de Gran Bretaña, Holanda, el norte de Italia y el noreste de
España. Los historiadores diferencian entre el domestic system y el putting out system en la evolución de la producción
artesanal. En el domestic system, los campesinos trabajaban de forma autónoma en sus hogares, mientras que en el putting
out system, los comerciantes controlaban el proceso productivo. Con el tiempo, algunos empresarios pasaron al factory
system, concentrando la producción en fábricas urbanas. La primera región en experimentar la industrialización fue Europa
occidental, especialmente Gran Bretaña, debido a su prosperidad material, desarrollo científico y cultural, y poder comercial.
Esto se debió a la presencia de las metrópolis de los grandes imperios coloniales del siglo XVIII.
En el siglo XVIII, Gran Bretaña tenía un gran imperio colonial y dominaba las rutas marítimas clave. Sus beneficios
comerciales impulsaron la inversión industrial y el crecimiento del mercado interno. El país carecía de obstáculos físicos
significativos y contaba con una red bien integrada de puertos, carreteras y canales.
La monarquía parlamentaria proporcionaba estabilidad política que favorecía los intereses comerciales y empresariales,
mientras que el espíritu de innovación impulsaba la iniciativa privada y la experimentación tecnológica en los talleres,
cambiando el modelo de producción. Esto sugiere que bajo este sistema político, se fomentaba la estabilidad para los
negocios y se promovía la innovación y la experimentación tecnológica en los talleres, lo que a su vez generaba un cambio en
el modelo de producción.
Las revoluciones agraria y demográfica:
La revolución agrícola en Gran Bretaña en el siglo XVIII sentó las bases para el crecimiento industrial posterior al proporcionar
más alimentos, mano de obra y demanda de productos elaborados, así como capitales para la inversión comercial e industrial.
Esto fue resultado de cambios en la propiedad, la tecnología agrícola y los sistemas de cultivo. Las Leyes de Cercamiento en
Inglaterra alteraron la distribución de la tierra, perjudicando a los pequeños propietarios y campesinos sin tierras, quienes se
vieron obligados a vender sus propiedades y trasladarse a las ciudades. Mientras tanto, los grandes terratenientes se
beneficiaron de la concentración de la propiedad. El artículo describe los cambios tecnológicos en la agricultura, incluyendo
mejoras en herramientas como arados y herrajes de caballos, así como la introducción de sembradoras y trilladoras
mecánicas. Se destaca el sistema Norfolk de rotación de cultivos, que aumentó la productividad al combinar cereales con
forrajeras leguminosas, y la difusión del guano como fertilizante, que permitió la expansión de cultivos como la patata y el
maíz. Estos cambios, junto con la selección de semillas y la expansión de la superficie cultivada, contribuyeron al notable
aumento de la productividad agrícola.
En los siglos XVIII y XIX, Gran Bretaña experimentó un crecimiento demográfico sin precedentes debido a una alta tasa de
natalidad y una disminución en la tasa de mortalidad, lo que llevó a un aumento significativo en la población. Este fenómeno se
conoce como proceso de transición demográfica. La caída de la tasa de mortalidad se atribuye a mejoras en la alimentación,
higiene y avances en la medicina, incluyendo el descubrimiento de las vías de contagio de enfermedades y el desarrollo de las
primeras vacunas.El aumento de la población en Gran Bretaña en el siglo XVIII resultó en mano de obra barata y una mayor
demanda de productos, lo que a su vez contribuyó al despegue industrial en el país.
La producción industrial:
La industria textil algodonera fue el sector más importante de la industrialización británica en el siglo XVIII. Fue impulsada por
la prohibición de importar tejidos de algodón estampados y se caracterizó por la adopción de innovaciones tecnológicas en el
hilado y el tejido, como la lanzadera volante, la spinning Jenny, la water frame y la mule Jenny. Además, se desarrollaron el
telar mecánico y la máquina de vapor, esta última utilizada en las minas para extraer agua de las galerías. La invención de la
máquina de vapor de Watt y el desarrollo de la industria siderúrgica impulsaron la revolución industrial, aumentando la
producción y la demanda de hierro y carbón. Esto llevó al desarrollo de nuevas tecnologías y al crecimiento de la industria
textil y ferroviaria, en la mitad del s XIX Bessemer consiguió transformar el hierro fundido en acero.
Gran Bretaña, que disfrutaba de una posición claramente ventajosa en el mercado mundial, defendía el librecambismo, una
política de intercambios comerciales sin intervención estatal, sin trabas legales ni obstáculos aduaneros. Los demás países
europeos adoptaron políticas proteccionistas. Impusieron altos aranceles en las fronteras para frenar la competencia británica
y proteger sus industrias nacionales.
Los británicos intentaron preservar el conocimiento y la aplicación de las nuevas técnicas fabriles, pero las formas de
organización de su industria se difundieron por Europa continental. En las décadas iniciales del siglo XIX se produjo el
despegue industrial en Bélgica y en el norte de Francia, y algo más tarde en la Renania alemana, en la cuenca del rio Rin. Era
un conglomerado de regiones donde habla una mayor tradición de fabricación de manufacturas, disponían de minas de hierro
y carbón, y sus redes comerciales estaban bien conectadas con el centro de Europa y con los puertos del Atlántico. Estos
países, siguiendo el ejemplo británico, se han caracterizado como first comers, los que llegaron primero, o «primeros
seguidores»
El éxito de la Revolución Industrial dependía de varios factores clave, incluyendo la expansión del comercio exterior, la
creación de un sistema financiero y la revolución de los transportes. Estos elementos facilitaron la integración de los mercados
nacionales y el aumento del comercio a larga distancia. Un ejemplo destacado es la producción textil británica, que se basaba