La presentación de la persona en la vida cotidiana
17 de abril de 2024
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2023/2024
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University of Buenos Aires (UBA)
Psicología Social
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LA PRESENTACIÓN DE LA PERSONA EN LA VIDA COTIDIANA
INTRODUCCIÓN. ACTUACIONES.
Erving Goffman (1981)
Resumen:
INTRODUCCIÓN
Cuando nos encontramos en la presencia de otros, es común que intentemos obtener información sobre ellos o usar la que ya
poseemos. Nos interesa su estatus socioeconómico, su autoconcepto, su actitud hacia nosotros, su competencia, integridad, entre
otros aspectos.
Esta información ayuda a definir la situación, permitiendo anticipar lo que esperan de nosotros y lo que podemos esperar de ellos.
Aunque muchas veces esta información se busca por razones prácticas, también puede ser utilizada para aplicar estereotipos o
inferencias sobre su conducta y características.
Durante la interacción, sin embargo, puede haber pocos acontecimientos que proporcionen información directa, y muchos
aspectos pueden ser descubiertos de manera indirecta o a través de inferencias. La comunicación en este contexto puede ser
intencional o involuntaria, transmitiendo tanto información verdadera como falsa.
En última instancia, al interactuar con otros, confiamos en inferencias para guiar nuestra conducta, aunque estas inferencias
siempre implican un grado de incertidumbre.
Cuando nos ponemos en la piel del individuo que se presenta ante otros, podemos tener diversos deseos y motivaciones. Podemos
querer que tengan una buena opinión de nosotros, que perciban nuestros sentimientos hacia ellos o que no tengan una impresión
definida. También podemos buscar mantener la armonía en la interacción o, por el contrario, defraudarlos o confundirlos.
Independientemente de nuestro objetivo específico, nos interesa controlar la conducta de los demás, especialmente cómo nos
tratan. Podemos influir en la definición de la situación expresándonos de manera que los otros actúen según nuestras expectativas.
Por lo tanto, al comparecer ante otros, es probable que movilicemos nuestra actividad para transmitir la impresión que nos
interesa.
Nos enfocaremos principalmente en la expresión no verbal que emana de nosotros, la cual puede ser involuntaria y contextual.
Esta expresión puede ser utilizada para dar cierta impresión a los demás y guiar sus respuestas de acuerdo con nuestro plan. Un
ejemplo ilustrativo de esto es el comportamiento de Preedy en una playa española, donde cuidadosamente presenta diferentes
facetas de su personalidad para influir en cómo los demás lo perciben y responden a él.
El novelista nos alerta sobre la preocupación excesiva de Preedy por las impresiones que sus acciones corporales emiten hacia
quienes lo rodean. Podemos ir más allá en nuestras especulaciones sobre Preedy, considerando que actúa con el único propósito
de dar una impresión particular, que esta impresión es falsa y que los demás no reciben ninguna impresión o, peor aún, la impresi ón
de que Preedy está tratando de hacerles creer artificialmente esa impresión. Sin embargo, lo importante aquí es que la clase de
impresión que Preedy cree causar es, de hecho, la que los demás recogen, ya sea de manera correcta o incorrecta.
Cuando un individuo se presenta ante otros, sus acciones influirán en la definición de la situación que estos tendrán. A veces, el
individuo actuará de manera totalmente calculada para dar una impresión específica que le interesa. Otras veces, actuará de
manera calculada pero relativamente inconsciente de ello. También puede expresarse de cierta manera debido a las tradiciones
de su grupo social, sin buscar una respuesta particular de los demás. En cualquier caso, los demás pueden interpretar
erróneamente la situación, pero si actúan como si el individuo hubiera transmitido una impresión determinada, podemos decir
que ha proyectado efectivamente una cierta definición de la situación.
Los otros a menudo verifican los aspectos más controlables de la conducta del individuo mediante los menos controlables. Esto
crea una asimetría fundamental en el proceso de comunicación, donde el individuo tiene control sobre solo una parte de su
comunicación, mientras que los observadores tienen acceso a toda la corriente de comunicación. Por ejemplo, en la isla de
Shetland, los habitantes observan cómo los visitantes controlan sus expresiones faciales al acercarse a una casa para determi nar
su sinceridad.
Dado que es probable que los demás verifiquen los aspectos más controlables de la conducta a través de los menos controlables ,
el individuo puede intentar explotar esta posibilidad guiando la impresión que comunica mediante la conducta que considera
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, informativa y digna de confianza. Esto restablece la simetría en el proceso de comunicación y da lugar a un juego de información
donde el individuo controla algunos aspectos de su conducta, pero los demás buscan señales no controladas para descifrar su
verdadero estado. En última instancia, el testigo puede tener ventaja sobre el actor, lo que mantiene la asimetría inicial del p roceso
de comunicación.
Cuando permitimos que un individuo proyecte una definición de la situación al presentarse ante otros, también debemos
considerar que los demás, aunque parezcan pasivos, proyectarán eficazmente una definición de la situación en respuesta al
individuo y a cualquier acción que inicien hacia él. Por lo general, estas definiciones de la situación armonizan entre sí lo suficiente
como para evitar contradicciones abiertas. No necesariamente existe un consenso donde cada individuo exprese sinceramente lo
que siente, pero se espera que cada uno transmita una opinión que los demás encuentren temporalmente aceptable.
En la interacción, cada participante contribuye a una definición total de la situación, manteniendo una apariencia de acuerdo para
evitar conflictos manifiestos. Esto se facilita porque cada participante oculta sus necesidades tras afirmaciones que expresa n
valores que todos se sienten obligados a apoyar verbalmente. Además, hay una especie de división del trabajo en la formulació n
de definiciones, donde cada participante establece las disposiciones oficiales sobre asuntos que le incumben directamente.
Es crucial considerar la importancia de la información que el individuo posee inicialmente o adquiere sobre sus coparticipantes, ya
que esto influye en cómo define la situación y en las acciones que inicia. Aunque pueden ocurrir modificaciones a medida que
avanza la interacción, estas deben estar relacionadas sin contradicciones con las posiciones iniciales adaptadas por los
participantes.
En situaciones de conflicto de opiniones, los participantes deben concordar en el tono de voz, vocabulario y seriedad de los
argumentos, manteniendo el respeto mutuo. La adaptación al trabajo en ocupaciones de servicio depende de la capacidad para
tomar y mantener la iniciativa en la relación con el cliente, incluso cuando el status socioeconómico es inferior. La habilidad para
manejar la situación de manera cortés pero firme es crucial, como ejemplifica el caso de la camarera que se destaca por su
capacidad para controlar la conducta de los clientes.
Cuando iniciamos una interacción basada en "primeras impresiones", es crucial comenzar con el pie derecho para establecer el
tono adecuado desde el principio. Algunos maestros y asistentes en instituciones neuropsiquiátricas creen que es esencial
establecer quién tiene el control desde el primer día para evitar futuras dificultades.
Sin embargo, aunque un individuo proyecta una definición de la situación al encontrarse con otros, esta proyección puede ser
desacreditada por hechos que contradicen esta presentación. Esto puede llevar a una situación de confusión y desconcierto, do nde
las respuestas previas de los participantes se vuelven insostenibles y la interacción se detiene en un punto de incertidumbre.
Es importante reconocer que cualquier definición proyectada de la situación tiene un componente moral. Al presentarse de cier ta
manera, un individuo implícitamente demanda ser tratado de acuerdo con esa proyección y renuncia a ser tratado como alguien
que no se parece a esa definición. Esto establece una expectativa moral sobre cómo deben ser tratados por los demás.
Las interrupciones que desacreditan la definición inicial pueden ocurrir con frecuencia, por lo que se emplean prácticas defensivas
y protectoras para evitar y compensar estos problemas de definición. Las prácticas defensivas se utilizan para proteger las
proyecciones propias, mientras que las prácticas protectoras se emplean para salvar la definición de la situación proyectada por
otros. Estas estrategias conjuntas se utilizan para preservar la impresión creada durante la interacción, pero es importante que
aquellos que reciben estas impresiones también actúen con tacto para que estas impresiones sean efectivas.
Además de evitar la interrupción de las definiciones proyectadas, observamos que las disrupciones mismas juegan un papel
importante en la vida social del grupo. Se practican bromas y juegos sociales que crean perturbaciones, como inventar fantasí as
con revelaciones sorprendentes o contar anécdotas sobre disrupciones pasadas, reales o ficticias. Estas historias se utilizan como
fuente de humor, catarsis para las ansiedades y sanciones para inducir la modestia y la razón en las expectativas proyectadas.
Es evidente que cuando un individuo se presenta ante otros, tiene múltiples motivos para controlar la impresión que estos obtienen
de la situación. En este informe, se exploran las técnicas comunes utilizadas para mantener esas impresiones y las contingencias
asociadas con su uso. Nos enfocamos en los problemas dramáticos que enfrenta el participante al presentar su actividad ante l os
demás, sin discutir el contenido específico de esa actividad.
La interacción se define como la influencia mutua entre individuos cuando están físicamente presentes, mientras que el encuen tro
se refiere a la interacción continua entre un grupo de individuos. Una actuación es la actividad total de un participante que influye
de alguna manera en los otros presentes. Los observadores, la audiencia y los coparticipantes contribuyen con otras actuacion es.
El papel o rutina es la pauta de acción preestablecida durante una actuación, que puede representarse en diferentes ocasiones.
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