TEMA 5. LOS AUSTRIAS MAYORES: EL SIGLO XVI
1-. INTRODUCCIÓN:
La dinastía de los Austrias comenzó con el matrimonio de Juana (hija de los Reyes Católicos) con Felipe de Habsburgo
(hijo de Maximiliano de Austria y María de Borgoña). Esta dinastía se diferencia entre los reyes del S.XVI, Carlos I y
Felipe II, conocidos como Austrias Mayores; y los reyes del S.XVII, Felipe III, Felipe IV y Carlos II, conocidos como
Austrias Menores.
Carlos I recibió una herencia sin precedentes en su época.
- De su abuelo, Fernando el Católico: la Corona de Aragón y sus dominios italianos.
- De su madre, Juana: la Corona de Castilla, Navarra, las plazas norteafricanas, Canarias y América.
- De su padre, Felipe: Países Bajos, Franco-Condado y Charolais.
- De su abuelo, Maximiliano de Austria: el Archiducado de Austria, derechos sobre el norte de Italia y la posibilidad de
ser elegido emperador del Sacro Imperio.
2-. DESARROLLO
2.1. Carlos I (Carlos V del Sacro Imperio), 1516 - 1556:
Carlos I llegó a España sin entender el idioma ni las costumbres locales, solicitando fondos para su candidatura como
emperador. Este escenario generó problemas internos:
La revuelta de las Comunidades de Castilla en 1520. Las ciudades castellanas se sublevaron exigiendo el regreso de
Carlos a España, la expulsión de extranjeros de cargos políticos, mayor participación de las Cortes, reducción de
impuestos y gastos de la Corte. La confrontación incorporó a campesinos convirtiendo la revuelta en una rebelión
antiseñorial. La nobleza se unió al rey para sofocar a los comuneros (batalla de Villalar) y sus principales líderes (Bravo,
Padilla y Maldonado) fueron ajusticiados.
La revuelta de las Germanías de Valencia, un conflicto entre burgueses, artesanos y la nobleza. Al igual que en
Castilla, la monarquía y la nobleza se aliaron para someter a los sublevados.
En cuanto a la política exterior, su reinado se vio desafiado por la extensión del territorio, sus roles como emperador y
la defensa de la unidad católica de Europa. Enfrentó al Imperio Otomano y a Francisco I de Francia. Además, lidió con
la Reforma protestante, que desencadenó guerras religiosas culminando en la Paz de Augsburgo en 1555.
Finalmente, en 1556, agotado, Carlos abdicó, cediendo el título y las tierras imperiales a su hermano Fernando y el
resto a su hijo, Felipe II, quien ascendió al trono.
2.2. Felipe II (1556-1598): El monarca estableció su corte en Madrid/El Escorial y cambió a un reinado más
sedentario. Tras la declaración de guerra de Francia, la victoria española en la batalla de San Quintín en 1557 llevó a
un tratado de paz ventajoso, el Tratado de Cateau-Cambresis en 1559. Esto aseguró la supremacía española en Italia
por más de un siglo.
En lo interno, su política se centró en dos pilares: el poder absoluto de la monarquía y la defensa de la ortodoxia
católica. Utilizó la Inquisición como herramienta de control ideológico-religioso para preservar a España de la Reforma
protestante. Su postura inflexible en defensa de la unidad católica se reflejó en la presión ejercida sobre los moriscos
granadinos, lo que desencadenó una rebelión en las Alpujarras. La revuelta, que duró dos años (1568-70), fue
sangrientamente sofocada y se decretó la dispersión de los moriscos granadinos. . El conflicto entre las pretensiones
absolutistas de Felipe II y la defensa de los fueros de Aragón se desencadenó por el caso de Antonio Pérez. La
respuesta del rey fue enviar un ejército para restablecer el orden y ejecutar al líder de la revuelta, el Justicia.
En términos de política exterior, Felipe II se enfrentó a múltiples desafíos en diferentes regiones: en el Mediterráneo,
la confrontación con moriscos, berberiscos y turcos fue recurrente. Participó en la "Liga Santa" con la República de
Venecia y el Papado, logrando una victoria significativa en la Batalla de Lepanto en 1571 contra los turcos. En
Inglaterra, su matrimonio con María Tudor le otorgó un breve período como rey consorte. Tras la muerte de María, el
poder pasó a su hermanastra Isabel, lo que desencadenó conflictos, incluyendo la Armada Invencible. En Francia,
respaldó el bando católico, participando en la matanza de la Noche de San Bartolomé. Sin embargo, fracasó en su
intento de asegurar el trono para su hija, Isabel Clara Eugenia, tras la entronización de Enrique IV. El enfrentamiento
en los Países Bajos desencadenó una rebelión, dividiendo el territorio en una región norte calvinista e independiente
(futura Holanda), y una región sur católica bajo influencia española.
Finalmente, en Portugal, una crisis sucesoria tras la muerte de Sebastián I llevó a Felipe II a convertirse en rey,
consolidando su extenso imperio colonial.
3-. CONCLUSIÓN
La política matrimonial de los Reyes Católicos y la fortuna llevaron a los Austrias a heredar vastos territorios,
incluyendo la "unión ibérica". Sin embargo, la excesiva fragmentación geográfica, la diversidad cultural y la ruptura en
la cristiandad convirtieron este extenso imperio en una entidad casi ingobernable. A pesar de los fabulosos recursos