1.1 Sociedad y economía en el Paleolítico y Neolítico. La pintura rupestre.
La Prehistoria es la etapa más extensa en la historia del ser humano y se define por la inexistencia de
documentos escritos. Comienza con la aparición de los primeros restos humanos y finaliza con la
llegada de la escritura. Se distinguen dos etapas: el paleolítico y el neolítico.
Durante el paleolítico el hombre fue cazador y recolector, y su modo de vida fue nómada. La tecnología
lítica se hará progresivamente más compleja y diversificada sobre la piedra tallada.
El paleolítico inferior se inicia en la Península Ibérica con la aparición de los primeros restos humanos
encontrados en el importantísimo yacimiento de Atapuerca (Burgos) y atribuidos a Homo antecessor.
Se encontraron en 1994 en la Gran Dolina y se fecharon en 800.000 años, demostrando una presencia
humana muy antigua en Europa. En 2008 se encontraron restos en la Sima del Elefante que se fecharon
en 1.2 millones de años. También en Atapuerca, se han hallado importantes restos de Homo
heidelbergensis, fechados en 350.000-400.000 años, en la Sima de los Huesos. Heidelbergensis estaría
en la línea evolutiva entre Homo antecessor y neandertal. Durante el paleolítico inferior, los útiles se
hacen sobre cantos toscamente tallados: unifaciales y bifaciales.
Durante el paleolítico medio vive el Homo neandertal (Homo neanderthalensis). Existen como tales
en Europa desde hace 230.000 años y desaparecen hace unos 35.000-30.000 años. En la Cueva de los
Aviones (Murcia) se ha demostrado un comportamiento cultural simbólico: utilización de adornos,
fabricación de instrumentos musicales y utilización de maquillajes corporales. En la Cueva de Nerja
(Málaga) se está estudiando la posibilidad de atribuir a neandertal la realización de las pinturas halladas
en las estalactitas ya que han sido fechadas en 43.000 años (carbono 14). El Homo neandertal ha
dejado evidencias de hábitat y de enterramientos. Su tecnología lítica es mucho más avanzada y está
basada en el trabajo sobre lascas (técnica Levallois): puntas, raspadores, hendedores…
El Homo sapiens evoluciona en África, y desde allí, conseguirá ocupar todos los continentes. La llegada
de Homo sapiens a la Península Ibérica, marca el inicio del paleolítico superior. Durante el paleolítico
superior (35.000-5.000 a.C), el Homo sapiens desarrolla una cultura cada vez más compleja: avances
en las estrategias de supervivencia, mayor complejidad en los hábitats y en los rituales de
enterramiento, gran desarrollo de la industria y aparición del arte por primera vez en la historia. El arte
rupestre se desarrolla en el interior de las cuevas. La zona cantábrica es donde aparecen estos restos:
Altamira, Tito Bustillo, El Pindal, Puente Viesgo, Covalanas….Aparecen pintados animales de forma
naturalista (bisontes, ciervos, caballos…), manos (en positivo y negativo) y símbolos. No hay escenas y
se utiliza la policromía.
El neolítico supone una gran revolución: aparece la agricultura, se domestican animales (ganadería)
y las sociedades se hacen sedentarias (aldeas). Estas transformaciones enormes, se inician en Próximo
Oriente y llegan a la Península Ibérica hacia el VI milenio; finaliza con la llegada de la metalurgia hacia
el 2.500 a.C. Durante el neolítico peninsular (6.000-2.500 a.C) se desarrolla la economía productora
aunque no se abandona la caza y la recolección. Aparecen cambios muy importantes, relacionados
con el sedentarismo: la cerámica (cardial), los telares (elaboración de tejidos), la piedra pulida (hachas
para la construcción de cabañas más sólidas). Por otro lado, se va a potenciar el comercio a larga
distancia. Uno de los principales yacimientos del neolítico peninsular se encuentra en Alicante: Cova
de L´Or. El arte se hace más esquemático (monocromía y silueteado; no naturalista) y surge la figura
humana y las escenas (bailando, recolectando, cazando…). La pintura aparece fuera de las cuevas; en
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, abrigos. Este tipo de arte se llama también levantino porque es en el Este de la península donde se
desarrolla. Destaca Valltorta (Castellón) y Cogull (Lérida).
1.2. Los pueblos prerromanos. Las colonizaciones históricas: fenicios y
griegos. Tartesos.
El periodo que transcurre desde el año 1000 a.C aproximadamente, hasta el comienzo de la
colonización romana, en 218 a.C, corresponde en la Península Ibérica a la Edad de Hierro, y se confunde
a su vez con la etapa de colonizaciones de pueblos mediterráneos (fenicios, griegos y cartagineses) y
del norte (celtas). En estos 800 años se mezclan por tanto, los rasgos de las distintas culturas ibéricas,
con la influencia cultural venida del exterior.
Los colonizadores mediterráneos llegaron a la península atraídos por la riqueza minera. Iniciaron
actividades comerciales con los pueblos indígenas y establecieron colonias. Estos pueblos
colonizadores aportaron el alfabeto, la moneda, el torno de alfarero, técnicas e influencias artísticas,
nuevos dioses…Traen una cultura mucho más compleja y refinada.
Los fenicios procedían de las costas de lo que hoy es Líbano. Las evidencias más antiguas de presencia
en la península son del siglo VIII a.C. Fundaron enclaves como Gadir (Cádiz), Malaca (Málaga) o Sexi
(Almuñecar): difusión del alfabeto, desarrollo de la actividad comercial, nuevas técnicas de navegación,
uso del hierro, torno de alfarería, técnicas de salazones…
Los restos más antiguos de presencia griega son del siglo VI a.C. Se establecen en la península, griegos
procedentes de Massalia (Marsella) y fundan Rhode (Rosas) y Emporion (Ampurias), ambas en la costa
de la actual Gerona. Rivalizaron con los griegos por el control de los metales (oro, plata, estaño…).
Introducen dioses y rituales funerarios, la moneda, técnicas y modelos cerámicos griegos, desarrollo
de la metalurgia…
Los cartagineses o púnicos, eran originarios de Cartago (en el actual Túnez) y rivalizaron con los fenicios
y los griegos por establecer su dominio en el Mediterráneo occidental. Uno de sus principales puertos
de exportación de mineral fue Baria (Almería). En el siglo VII a.C se establecieron en Ibossim (Ibiza)
donde explotaban salinas (el oro blanco). Consiguieron un gran enriquecimiento comercial: metales,
fábricas de salazones, púrpura (conchas de múrex), esparto….En 227 a.C fundan Qart Hadast (que luego
bautizarán como Cartago Nova los romanos cuando la conquisten en 209 a.C).
Los pueblos indígenas con los que entran en contacto estos colonizadores difieren entre sí en lenguas,
costumbres y organización social y política.
La cultura tartésica se extendía por la región del Bajo Guadalquivir (Huelva, Sevilla, Cádiz) y llegaría
probablemente a ocupar toda la zona meridional peninsular; zona, que más tarde fue llamada
Turdetania por Roma. Tartesos producía plata, estaño y cobre en abundancia, y establecieron
contactos comerciales con fenicios y griegos para proveerles de metales, y éstos a su vez influyeron en
el desarrollo cultural tartésico. Conocieron la escritura (aún sin descifrar), desarrollaron una actividad
orfebre de gran calidad (tesoro de El Carambolo, Sevilla) y fueron grandes navegantes. La monarquía
tartésica desaparece hacia el año 500 a.C. Su decadencia es el punto de partida del mundo ibérico.
La cultura ibérica surge como consecuencia de la influencia que ejercieron fenicios y griegos sobre las
poblaciones indígenas que encontraron en la mitad oriental peninsular. Son muchos los pueblos: los
turdetanos ocupaban el valle del Guadalquivir (herederos de los tartesios), los bastetanos ocupaban el
SE peninsular, los edetanos se extendían por la región de Valencia…todos son pueblos ibéricos.
Tuvieron su máximo esplendor entre los siglos VII y IV a.C. Nunca constituyeron una unidad organizada
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